En la casilla de "salvadas"

Beatriz Galindo, un refugio para las mujeres sin hogar

El 24% de mujeres en situación de sinhogarismo ha sido víctima de agresiones sexuales y muchas han sufrido violencia de género antes de perder su hogar. Por miedo, prefieren la calle a los centros mixtos

Rosita, madrileña sin hogar, llevaba más de 6 años viviendo en la calle Cano

Hace un día de invierno precioso en Madrid. Hoy voy a visitar el Beatriz Galindo. Por seguridad, no se puede desvelar su ubicación. Me reciben muy amablemente y con una sensibilidad especial, Sandra del Castillo, adjunta al Departamento de Prevención del Sinhogarismo y Atención a Personas sin Hogar del Ayuntamiento de Madrid (Área de Políticas Sociales, Familia e Igualdad) y Yolanda Helguera, directora del Beatriz Galindo, el único centro exclusivo de mujeres sin hogar del Ayuntamiento de Madrid. Estas dos mujeres y sus equipos protegen y cuidan la vida de las mujeres olvidadas, vejadas, maltratadas y apartadas, y con la dedicación de una madre, tiran de ellas hacia arriba y las sacan del mismísimo infierno para darles un hogar, una oportunidad real de volver a ser (no sé si felices).

Yolanda Helguera, directora del centro me recibe en el hall de entrada. “El perfil que atendemos aquí son mujeres que vienen de largas trayectorias en situación de calle y pueden presentar adicciones, enfermedad mental grave y duradera, -diagnosticada o no- y haber sufrido o sufrir ahora mismo una situación de violencia de género”, explica, antes de comenzar la visita.

El edificio está dividido en centro de día, donde se llevan a cabo actividades con un equipo integral de auxiliares y educación social y la zona de residentes, que actualmente ofrece unas 35 plazas. “Las actividades se evalúan cada tres meses con las propias residentes, se les hace una encuesta. Son voluntarias porque nuestra prioridad es que ellas se vinculen con el centro. Conseguir que vuelvan a dormir aquí cada noche”. Se respira comprensión y libertad absoluta, “que el tiempo que participan sea porque ellas quieren y porque se sienten cómodas” me comenta.

Frase colgada en la pared de la sala de actividades grupales del centro de acogida para mujeres Beatriz Galindo

Control de adicciones

Uno de los temas centrales de trabajo del centro es el control de adicciones. Porque prácticamente todas las mujeres llegan con -al menos- una. Para ello hay una sala de reducción del daño, donde las usuarias pueden consumir de forma supervisada. No se les prohíbe, sólo se les supervisa. “Colaboramos con la subdirección general de adicciones y una vez a la semana viene un médico y hace un control de las tomas” me explica Yolanda. María, una residente, nos interrumpe en este momento para decir dando saltos; “¡Esto es supermaravilloso, estoy muy contenta y feliz de vivir aquí!”. Nos hace sonreír a todos. Parece que tiene un buen día y hay que aprovecharlo, aunque Yolanda asevera, “aquí hay que tener cuidado con los momentos de euforia, porque pasamos de la alegría al llanto en un segundo, e igual la de al lado no tiene tan buen día y salta la chispa”.

Volvemos a la sala de reducción del daño y nos explica, “aquí las usuarias hacen la ingesta de una toma terapéutica en un espacio controlado y supervisado. De esta forma, podemos trabajar el resto de los objetivos en las diferentes áreas de las mujeres, que si estuvieran en calle no podríamos trabajar, como es el caso de las citas médicas, los temas judiciales, administrativos…, lo que sea necesario en cada caso”.

Nos sentamos a charlar en una de las salas y aprovecho para preguntar a Sandra del Castillo, adjunta al departamento de prevención del sinhogarismo y atención a personas sin hogar del ayuntamiento de Madrid que también nos recibe y acompaña en la visita.

Sala de actividades del centro de Acogida femenino del Beatriz Galindo

 ¿Era necesario hacer un centro exclusivo de mujeres?

R. C. En los centros mixtos siempre hay una proporción del 80-20 (hombres-mujeres). En general, no pasa nada si son centros grandes. Los residentes conviven y las mujeres tienen sus zonas, sus espacios de intimidad, sus salas de estar con su tele, su bici estática…Tienen sus espacios seguros, llámeselo entre comillas. Pero dentro de todo este perfil de personas sin hogar que manejamos, había muchas mujeres con más reticencias a acceder a centros mixtos, quizá por sus trayectorias de vida. Con mucho daño y con muchas situaciones de violencia por parte de hombres. Un altísimo porcentaje de mujeres que están en la situación de calle han sufrido situaciones de violencia de género.

Se vio que era muy necesario el crear un espacio más específico y especializado en atender a mujeres que traen esa trayectoria y yo creo que está siendo un éxito. Aquí se sienten seguras. En el Beatriz Galindo trabajamos en dos direcciones. El centro de día como tal, que tiene sus plazas de alojamiento, y luego el proyecto de pensiones que es Las Galindas, para cuando ya tienen un cierto nivel de autonomía y está ubicado en otro distrito.

Rosita, por ejemplo, ha pasado de no estar vinculada a ningún centro a estar vinculada al Beatriz Galindo. Ahora hay que trabajar muchas cosas más antes de pensar en exponerla a un mundo laboral en el que quizás va a tener que explicar qué ha hecho todos estos años, qué formación tiene, etc. Se trabaja sobre la autonomía de cada persona dentro de su circunstancia. En muchos casos no se recupera, en otros sí.

¿Me podéis hablar sobre el programa “No second night”?

R. C. Tenemos programas de atención temprana como es el caso de “No second Night”, enfocado también a mujeres. Tenemos unas 52 plazas ubicadas en dos pensiones diferentes y es para mujeres que no han tenido una trayectoria de calle y de repente se han encontrado en esa situación. Como su propio nombre indica, el objetivo es que no duerman una segunda noche en la calle.

Muchas vienen de situaciones de vulnerabilidad residencial, pérdida de empleo, pérdida de hogar…Es un recurso que está funcionando también muy bien, que está dando cabida y apoyo a muchas mujeres. En muchos casos se evita que terminen de caer y remontan. Todo se analiza a través de la puerta única de entrada, hacen la derivación o las detectan y es la puerta única de entrada la que asigna la plaza en la pensión de No Second night.

Es una iniciativa muy interesante

R. C. Si, allí tienen a su disposición psicólogos, trabajadores sociales y distintos profesionales que trabajan de una manera muy intensiva con ellas para tratar de recuperar la prestación económica o apoyarlas en la búsqueda de empleo, búsqueda de vivienda, a salir a vida autónoma. En ese recurso sí que la mayoría sale en vida autónoma. Se les da una guía práctica de qué es lo que pueden hacer y a dónde recurrir.

A tiempo, es otro programa para jóvenes de 18 a 25 que también está funcionando muy bien.

Yolanda Herguera, (izq) y Sandra del Castillo

¿Cuáles creéis que son los caldos de cultivo más comunes por las que una mujer termina en la calle?

Y. H. Hay tanta casuística… se trata de poner el foco en la persona, en lo que sufre, en todo lo que la rodea. Creo que es más acertado hablar de un cúmulo cosas a la vez. Porque puede ser una pérdida laboral, o de un familiar, o de otro origen, y que justo en ese momento conozcas a una persona que no es la adecuada. Las razones son muchas.

Ahora en los meses de invierno, ¿ qué pasa con la gente que está fuera en la calle y no tiene acceso a una plaza en los centros?

R. C. Dentro de la emergencia social, el Samur social, cuenta con lo que es la campaña de frío, que tiene varios dispositivos, centros grandes de alojamiento y centros de acogida donde pueden ir a pernoctar. También tienen plazas de centro de día también para gente pues más vulnerable, claro. La abren desde finales de noviembre hasta principios de abril. Ellos se dedican solo a la emergencia y nosotros solo a las personas sin hogar.

Hay gente que está en la calle ahora mismo que me dice, “Es que no hay sitio en los centros, es que me piden tantos requisitos que no puedo, jamás podría llegar a llegar a meterme ahí, la gente no ve estos centros nada accesibles. 

R. C. Estando empadronado en Madrid, tú tienes derecho a un profesional en servicios sociales que te atienda, aclara Sandra. Para todas las personas que están en situación de calle disponemos de equipos de calle de profesionales que hacen barrido y prospecciones por toda la ciudad de Madrid y luego aparte, hay gente que nos va avisando de oye, hemos visto que esta persona lleva tres días durmiendo aquí, pero el problema es que hay gente que se va moviendo de lugar, son itinerantes y es más difícil, expone.

Y añade; los equipos de calle intervienen en todos los sentidos con la persona, hacen una atención y apoyo a nivel social para conseguir prestaciones, empadronamiento, en fin, para todo. Están compuestos por trabajadores sociales, auxiliares de servicios sociales, psicólogas y asesor jurídico y mediadoras, gente que habla árabe y rumano y educadoras sociales para trabajar el tema de los asentamientos. Hay profesionales muy diversos que trabajan un poco para que las personas o bien puedan salir por sus propios medios a una vida autónoma o bien puedan acceder a recursos de nuestra propia red o de otras redes” nos aclara.

¿Cómo se hace la aproximación psicológica?

Y.H. Aquí priorizamos el vínculo. Que nos sientan como hogar y que vuelvan cada noche. Cada tratamiento debe ser individual. Pero esto es un centro de la red de personas sin hogar, con lo cual, todas las personas pueden entrar y salir cuando quieran y o necesiten por eso pueden volver cuando quieran y necesiten. Estamos abiertos 24 horas.

¿Si una mujer se va y no vuelve, cuánto tiempo se le guarda la plaza?

Y.H. Se va viendo, se pregunta a los equipos de calle, se la busca si lleva varias noches sin venir, llamamos a los hospitales, a ver si es que está ingresada, se hace una labor de búsqueda y se valora cuando se le da de baja o no, según que se vaya obteniendo en esa valoración.

Hay mucha gente durmiendo el aeropuerto. ¿Con esa gente se hace algo?

El aeropuerto es un lugar donde a veces la gente pernocta, pero también es un lugar donde hay otras otro tipo de circunstancia y no todos son personas sin hogar vinculados a la ciudad de Madrid. Puede haber gente sin hogar vinculadas a otros municipios cercanos al aeropuerto también.

Luego hay gente pues sin hogar que va allí. Para esto está el equipo de calle, que acude allí al aeropuerto. Hacer ese apoyo a nivel social y ofrecer o informar de todos los recursos que existen. Aquí han venido varias derivadas del aeropuerto.

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