En Sierra Leona, un fenómeno alarmante ha llamado la atención de la sociedad y el gobierno. Se trata del consumo descontrolado de ‘kush’, una nueva droga sintética que está devastando a la juventud del país. Esta sustancia, que combina elementos químicos altamente adictivos —incluido el fentanilo—, está causando estragos en las calles de Freetown, donde se pueden ver jóvenes en estados lamentables, errantes, como sombras de lo que una vez fueron. El Gobierno, en una medida drástica, ha declarado la “emergencia nacional” para combatir lo que podría ser una pandemia similar a la de mencionado fentanilo en Estados Unidos.
¿Qué está sucediendo en Sierra Leona?
En las calles de Freetown, la capital de Sierra Leona, es común ver a jóvenes vagando sin rumbo. Su comportamiento está alterado dramáticamente por el ‘kush’. Solomon Clarke, de 27 años, compartió con EFE su dura experiencia como adicto a esta droga. “Es una situación mala”, confesó. “La gente no se siente cómoda a mi lado. Me llueven insultos a diario”.
Solomon Clarke, quien es huérfano y duerme en el mercado callejero de Krootown, comenzó a consumir ‘kush’ buscando un escape a su solitaria y dura realidad. Pero pronto se dio cuenta del precio devastador de su adicción. Muchos, como Clarke, encuentran en el ‘kush’ una falsa promesa de alivio y compañía.
“Cuando tomo ‘kush’, siento que lo tengo todo”, explicó. “Es como si mi familia estuviese otra vez cerca de mí. Mis sueños se hacen realidad”. Sin embargo, el desenlace es amargo, como él mismo reconoce. “Ahora, ningún ser humano quiere sentarse a mi lado. La gente está alejándose de mí. No sabía que el ‘kush’ me afectaría de esa manera”.
El ‘kush’ ya es un problema de salud pública
El director de atención hospitalaria del Hospital Psiquiátrico Universitario de Sierra Leona, el doctor Abdul Jalloh, tiene actualmente 147 pacientes, la mayoría adictos al ‘kush’. “Tenemos mano de obra limitada, medicamentos psicotrópicos limitados, financiación limitada, abandono de pacientes por parte de familiares, suministros médicos limitados”, lamentó Jalloh. Esta situación refleja la grave crisis de salud pública que enfrenta el país, exacerbada por la falta de recursos y la creciente adicción a las drogas.
Ante este escenario, el presidente Julius Maada Bio declaró el pasado 4 de abril una “emergencia nacional”, destacando que “este ‘kush’ mortal, que no conoce fronteras de clase, etnia, género ni religión, está cobrándose un precio devastador en nuestras comunidades, destrozando familias y privándonos de futuros líderes”. La creación de un Grupo de Trabajo Nacional sobre Drogas y Abuso de Sustancias es un primer paso, pero el desafío es monumental.
El cambio debe ser estructural en todo el país
El activista Hassan Ibrahim Koroma, director ejecutivo de Mental Watch Advocacy Network, aplaudió la iniciativa del gobierno pero criticó la tardanza en abordar este problema. Además, señaló el desempleo y la falta de oportunidades como catalizadores del consumo de drogas entre los jóvenes. “Es necesaria la intervención del Gobierno en esta epidemia de ‘kush'”, afirmó.
Sierra Leona es un país que ha sufrido mucho en las últimas décadas. Ha lidiado con una guerra civil y una epidemia de ébola, factores que han dejado una huella profunda en su estructura social y económica. Según el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, alrededor del 57% de la población tiene dificultades para alimentarse adecuadamente. Lo que complica aún más una situación ya de por sí desesperada.