La industria espacial privada está atravesando una revolución sin precedentes. En el centro de esa transformación se encuentra Helios, el nuevo vehículo de transferencia orbital (OTV) que promete cambiar para siempre la forma en que gestionamos los satélites y otras operaciones espaciales. Desarrollado por la empresa Impulse Space, esta nave no solo permitirá transportar satélites entre diferentes órbitas con mayor rapidez, sino que también contribuirá a ordenar el creciente tráfico de satélites y limpiar el espacio de basura orbital.
¿Qué es Helios y por qué es tan revolucionario?
Helios es un tipo de vehículo de transferencia orbital diseñado para mover satélites de una órbita a otra, optimizando el uso de los recursos en el espacio y facilitando la gestión del creciente número de satélites. En la actualidad, hay aproximadamente 8.000 satélites en órbita, según la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Exterior (UNOOSA). Y se espera que esta cifra crezca exponencialmente en los próximos años.
El papel de Helios será crucial para gestionar esta gran cantidad de satélites y también para transportar nuevas naves a diferentes órbitas de manera más eficiente. Su principal misión será mover satélites desde la órbita baja terrestre (LEO) hasta la órbita geoestacionaria (GEO), situada a 35.786 km sobre la Tierra, en menos de 24 horas. Esta capacidad supone una mejora significativa respecto a los tiempos actuales, que pueden extenderse a semanas o incluso meses.
Helios está equipado con el motor Deneb. Hablamos de un innovador sistema propulsado por oxígeno líquido y metano, diseñado por el ingeniero Tom Mueller, cofundador de SpaceX y fundador de Impulse Space. Este motor tiene un empuje de 67 kN y le permite transportar cargas de hasta 5.000 kilogramos desde la órbita baja terrestre hasta la órbita geoestacionaria en un tiempo récord. En comparación, otros vehículos de transferencia orbital no tienen la capacidad de alcanzar esas velocidades ni cargar tanto peso en una sola misión.
El vehículo también cuenta con la flexibilidad de poder lanzarse desde una amplia variedad de cohetes, incluyendo el Falcon 9 y Falcon Heavy de SpaceX, el Starship, el New Glenn de Blue Origin, el Ariane 6 y muchos más. Esta versatilidad le permite integrarse en múltiples misiones espaciales y ofrecer soluciones adaptadas a las necesidades de diferentes operadores de satélites y agencias espaciales.
El auge de la industria privada en el espacio
El lanzamiento de Helios supone un hito en la creciente expansión de la industria espacial privada. Empresas como Impulse Space están tomando la delantera en el desarrollo de tecnologías de transporte espacial que ofrecen alternativas más rápidas y económicas que los métodos tradicionales. En el pasado, enviar un satélite a la órbita geoestacionaria requería meses de planificación y un considerable gasto económico. Con Helios, este proceso se reducirá de manera drástica.
Los vehículos de transferencia orbital como Helios también abren la puerta a una nueva era de ordenación en el espacio. Con el número de satélites en aumento y el peligro de colisiones en órbita creciendo, Helios podrá desempeñar un papel crucial en mantener las rutas espaciales libres de obstáculos, además de ayudar a eliminar la basura espacial. Esto último es de vital importancia. A fin de cuentas, la acumulación de desechos espaciales puede generar serios problemas para futuras misiones y para la seguridad de los satélites en operación.
El desarrollo de Helios ha sido posible gracias a una importante inversión de 150 millones de dólares. La financiación permitirá a la empresa continuar con su investigación y desarrollo de nuevas tecnologías que revolucionarán el transporte espacial. Como curiosidad: Founders Fund, uno de los principales inversores en SpaceX, ha sido clave en esta ronda de inversión.
El propio Tom Mueller ha asegurado que el objetivo de Impulse Space con Helios es replicar el éxito que SpaceX ha tenido en la órbita baja terrestre, pero aplicándolo a todas las demás órbitas de alta energía. La visión de Mueller es que la nave no solo optimice el transporte espacial actual, sino que también abra nuevas posibilidades para la exploración del espacio profundo y la colonización de otros planetas.