La DANA valenciana se ha llevado por delante vidas, pero también proyectos, sueños y anhelos. Ha dificultado (y sigue haciéndolo) que las personas puedan volver a sus vidas cotidianas, ha roto redes de apoyo, ha entorpecido planes y anulado propósitos. A punto de cumplirse un mes desde las inundaciones de la Comunidad Valenciana, la mayoría de las zonas afectadas no sólo permanecen destruidas, sino que conviven todavía con el lodo.
Es el caso de Alba Murciano, una joven que hace cinco años tuvo un accidente que le causó una lesión medular en sus cervicales, lo que le ha supuesto perder muchas de sus capacidades físicas y motrices, como la movilidad total en brazos y piernas o un control adecuado de sus esfínteres.
Ella misma explica lo que la DANA ha supuesto para ella: “Soy Alba Murciano, tengo lesión medular y vivía en Picanya, en un bajo enfrente del barranco”. La realidad es que debido a su lesión, esta joven valenciana decidió cambiarse de casa y habilitar su nueva vivienda para facilitar su movimiento en silla de ruedas. Sin embargo, lo ha perdido todo: la casa entera y dos coches. “La primera foto es lo que estuve viendo durante los primeros tres días: mis pertenencias en la calle, mi casa nueva de cuatro años destrozada, un coche estrellado en la puerta de mi casa. Vino la policía local de Picanya a ‘sacarme’; dieron por supuesto que iba a caerme. Si no llega a ser por mis primos mayores, aún seguiría allí y sin comer ni poder hacer nada”, relata junto a unas fotos en las que se aprecia el estado de su vivienda.
En el post explica también que necesita apoyo económico para poder adaptar de nuevo su casa, adquirir un coche para desplazarse e ir a fisioterapia y poder volver a una nueva terapia del dolor a la que acude en Toledo. “También puedes ayudar si eres profesional del sector sobre cómo adaptar una casa o profesional para la obra”, añade, antes de facilitar un link a un Go Fund Me en el que lleva recaudados más de 11.000 euros de un total de 70.000.
Una casa adaptada, en ruinas
Alba Murciano no es la única en una situación similar. Cientos de personas con enfermedades, dificultades o alguna discapacidad están viendo su vida alterada, y no sólo por sus casas o edificios, sino por las calles cortadas, los escombros acumulados, la suspensión de servicios o la imposibilidad de desplazarse en transporte público. A ello se suma que han perdido también sus medios de transporte privados.
Picanya es además una de las zonas más afectadas por las inundaciones. La casa de Alba Murciano estaba justo al lado del barranco que se desbordó en su pueblo, y estaba completamente adaptada para una persona con discapacidad: “Sillas adaptadas, baño adaptado, cama articulable, armario motorizado, bipedestador, rampas… todo está roto y tirado a un montón de escombros en frente de casa”, explica la afectada.
Más allá de los casos particulares, la DANA también ha afectado a centros especializados. El caso de Aldis Paiporta, Asociación de discapacitados físicos, psíquicos y sensoriales, es particularmente grave. El desbordamiento del barranco del Poyo arrasó su sede situada en la calle San Jorge: donde antes había un edificio de una única planta del ayuntamiento, ahora hay una explanada después de haber retirado los escombros. Más allá de los medios materiales, lo que más sienten es que no pueden atender a sus pacientes: cuentan con cinco usuarios fijos del programa respiro matinal, para los mayores de 21 años que acaban la educación especial obligatoria y están a la espera de que Generalitat les ofrezca una plaza en centros de día o residencias, y con 14 que cada tarde acudían al programa de ocio.
Por ello, el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha anunciado que el ministerio que dirige va a transferir tres millones de euros a las zonas afectadas por la DANA para atender a las personas con discapacidad que residen en estas zonas, así como a sus familias. Esta cuantía económica procede del Real Patronato sobre Discapacidad, órgano adscrito al ministerio que lidera, y se destinará a sufragar obras para reconstruir las infraestructuras que permiten tener accesibilidad a personas con discapacidad en viviendas particulares o en edificios y que han quedado dañadas como consecuencia de la DANA.