Apenas ha empezado junio, lo que significa que el verano ya está aquí y es el momento más esperado del año. Calor, sol, chiringuito, es decir, playa. Y es que si España destaca por algo es por la espectacular calidad de sus playas. El turismo es la principal fuente de ingresos de nuestro país y las playas tienen muchísima culpa de eso. Pero no todo es bueno, y es que estamos más que acostumbrados a que cada verano se viralicen comportamientos incívicos que perturban la tranquilidad que normalmente reina en las playas.
Para prevenir que estos lugares de descanso y relax, cada vez son más los lugares que ponen normas que les permitan mantener a raya a la gente que causa malestar a los que hacen un uso y disfrute cabal de las playas y de sus servicios. Hay algunas normas que son relativamente normales y lógicas, pero hay otras que se escapan de lo esperable, pero si están, es porque alguien las ha infligido en algún momento.
Fumar
El tabaquismo se ha perseguido en las últimas décadas con ahínco, prohibiendo fumar en muchos lugares donde hasta hace poco era legal. Comenzaron los interiores de bares, centros comerciales y otros lugares de ocio, y poco a poco se fue avanzando en las limitaciones. Y estas tuvieron su auge en el covid, y es que aprovechando la pandemia, cada vez fueron más los sitios donde dejó de estar permitido, y la playa es uno de ellos. En España hay 540 playas libres de humos, y que ponen multas de hasta 450 euros por hacerlo.
Guardar la plaza
En las playas que se llenan hasta la bandera en la temporada de verano es muy común que las familias manden una avanzadilla a que pillen sitio en primera línea de costa plantando la sombrilla. Así se aseguran un sitio mientras van a desayunar y hacer otras cosas hasta que llegue la hora de bajar. Y esto, pese a que en muchos sitios se puede hacer, es un práctica prohibida en algunas lugares. Por ejemplo en Gandía, donde las multas pueden alcanzar hasta los 750 euros, o en El Rincón de la Victoria, en la provincia de Málaga; Oropesa del Mar, en Castellón; San Pedro del Pinatar, en Murcia; y otras localidades.
Pasarse con el volumen de la música
Las playas son en muchos casos lugares de descanso, y por eso hay zonas de España en las que poner la música demasiado alta es motivo de sanción, es el caso de Murcia, Valencia o Cantabria, donde hay que tener mesura a cuanto al uso que se hace de estos artefactos. Por ejemplo, en la playa de Cartagena, indican que no está permitido el uso de “cualquier artefacto que emita ruidos que produzcan molestias a los demás usuarios”. O en Tarifa, donde son más exactos, y el ruido no puede superar los 45 decibelios durante el día y los 35 por la noche, esto último para no interrumpir el descanso nocturno de los vecinos.
Bañarse con bandera roja
Esta parece muy lógica, puesto que cuando se coloca este distintivo es por un motivo claro, el de que el mar es lo bastante peligroso como evitarlo. Sin embargo, hay muchos usuarios que se lo saltan a su antojo y prefieren vivir la experiencia de jugarse la vida, la vida y el dinero, puesto que pueden recibir castigos que van desde los 100 hasta los 3.000 euros por bañarse si está izada la bandera roja.