En el momento del parto, las mujeres esperan recibir atención una atención médica profesional, compasiva, empática y respetuosa; en definitiva, una atención médica que garantice su bienestar y el de sus bebés. Sin embargo, en demasiadas ocasiones, este momento crucial se ve empañado por experiencias traumáticas que caen bajo la categoría de violencia obstétrica. Te contamos todo lo que debes saber sobre ella.
Explicación sobre la violencia obstétrica: qué es y cómo se manifiesta
La violencia obstétrica, según la OMS, se define como «la apropiación del cuerpo y procesos reproductivos de las mujeres por el personal de salud, que se manifiesta en un trato deshumanizado, abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales del parto».
En otras palabras, se trata de una forma de violencia de género que se ejerce durante el embarazo, el parto y el postparto, y que puede manifestarse de diversas maneras, desde la falta de respeto a la autonomía de la mujer hasta intervenciones médicas innecesarias o coercitivas.
Entre las manifestaciones más comunes de violencia obstétrica se encuentran:
- La falta de información y consentimiento informado por parte del personal médico
- La imposición de procedimientos médicos invasivos o innecesarios
- La negación del derecho a la toma de decisiones durante el parto
- El trato deshumanizado o degradante hacia la mujer
- La medicalización excesiva del parto, que puede incluir el uso rutinario de intervenciones como la episiotomía o la cesárea sin justificación médica.
Es importante destacar que la violencia obstétrica no solo afecta la salud física de las mujeres, sino también su salud emocional y psicológica, pudiendo dejar secuelas duraderas en su bienestar y en su percepción de sí mismas como madres y como personas una vez superado el proceso de gestación y el parto en sí.
¿Cuánta violencia obstétrica hay en España?
Según datos del Observatorio de Violencia Obstétrica de España, casi un 40% de las mujeres identifica haber sufrido este tipo de violencia en algún momento durante su experiencia de parto. Este porcentaje tan elevado sugiere que la violencia obstétrica es un problema significativo en el sistema de atención médica del país.
Aún más preocupante es el hecho de que este porcentaje podría subestimar la verdadera magnitud del problema, ya que muchas mujeres pueden no reconocer o denunciar la violencia obstétrica que han experimentado debido a la falta de conciencia sobre sus derechos durante el parto o al temor a represalias por parte del personal médico.
Entre las cifras reveladoras proporcionadas por el Observatorio, destaca que un 44,4% de las mujeres encuestadas considera que fue sometida a procedimientos innecesarios o dolorosos durante el parto. Más alarmante aún es el hecho de que un 83,4% de estas mujeres afirme que no había dado su consentimiento informado para dichos procedimientos, lo que indica una clara violación de su autonomía y derechos como pacientes.
Estos datos ponen de relieve la urgente necesidad de abordar el problema de la violencia obstétrica en España, tanto a nivel legislativo como en la formación del personal médico y en la concienciación de la población sobre los derechos de las mujeres durante el embarazo y el parto.