El Hospital General Universitario Gregorio Marañón ha presentado el primer sistema no invasivo a nivel mundial capaz de realizar un mapeo global del corazón en tiempo real y detectar arritmias cardíacas en apenas 10 minutos. Esta innovación permite diagnosticar, tratar y hacer seguimiento a los pacientes sin necesidad de recurrir a procedimientos invasivos como el cateterismo, la tomografía axial computarizada (TAC) o la resonancia magnética.
El sistema consiste en un chaleco equipado con electrodos que se adhieren al tronco del paciente y registran la actividad eléctrica de todas las cavidades del corazón de manera simultánea. Su precisión y rapidez suponen una mejora en el diagnóstico y tratamiento de arritmias cardíacas, como la fibrilación auricular y la taquicardia ventricular, patologías que afectan a millones de personas en el mundo y que incrementan el riesgo de mortalidad, ictus e insuficiencia cardiaca. Se estima que más del 30% de los adultos desarrollará algún tipo de arritmia a lo largo de su vida.
Los métodos tradicionales de estudio eléctrico del corazón requieren entre dos y tres horas y suelen estar asociados a sistemas radiológicos complejos que pueden ser más perjudiciales para el paciente. En contraste, el nuevo dispositivo del Gregorio Marañón permite la detección rápida de arritmias sin intervención invasiva, lo que mejora la tolerancia del paciente y facilita su aplicación en el entorno clínico.
El chaleco se divide en cuatro partes y emplea un sistema de escáner similar a una tableta digital para registrar la posición tridimensional de los electrodos en el torso del paciente. Mediante un código de colores, de rojo a morado, el sistema muestra el tiempo de propagación de la señal eléctrica, permitiendo a los especialistas identificar el origen exacto de la arritmia para su tratamiento. Además, la tecnología utiliza inteligencia artificial para estimar la posición del corazón según las características físicas de cada paciente.
El investigador principal del proyecto, Felipe Atienza, explicó que el sistema es independiente y no requiere equipamiento adicional, por lo que puede emplearse tanto en laboratorios de electrofisiología como en entornos ambulatorios. Por su parte, el ingeniero Andrew Clement destacó que el dispositivo también tendrá impacto en procedimientos como la implantación de marcapasos, ya que proporciona información en tiempo real sobre la actividad cardíaca durante la colocación del dispositivo.
El desarrollo de esta tecnología es el resultado de 20 años de investigación y se ha probado en 1.800 pacientes con resultados positivos. Ha sido desarrollado por el Servicio de Cardiología del Laboratorio de Investigación Traslacional del Hospital Gregorio Marañón, en colaboración con la Universidad Politécnica de Valencia y la startup Corify Care. Además, cuenta con certificación CE, lo que permite su comercialización en la Unión Europea. En 2020, fue reconocida como la innovación del año por el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología.