El perro es el mejor amigo del hombre, pero no solo por su lealtad y compañerismo en el día a día, y es que estas criaturas de cuatro patas son un gran aliado para el salud, que ayuda en el día a día a muchas cosas. La felicidad que desprenden, la necesidad de estar activos o solo el hecho de tener una rutina para poder cuidar del animal ya son beneficiosas, pero es que además tiene otros beneficios escondidos que son incluso mayores para los dueños y quienes los rodean.
Lo primero de todo es lo que más a simple vista se ve, y es que ayudan a estar más activos. Tener un perro implica sacarlo a que haga sus necesidades mínimo tres veces al día y dar al menos un paseo cada jornada. Ya solo por este beneficio físico ya sería muy muy útil tener una mascota de este tipo, pero es que es una pequeña ventaja de las muchas que tiene, algunas más conocidas que otras que sí que sorprenden por lo inesperados de las mismas.
Una ayuda para el corazón y para los niños
Aunque parezca muy extraño, tener una mascota, ya sea un perro o un gato, pero especialmente si es un can, es capaz de ayudar a las personas que sufran enfermedades cardiacas, ya que el riesgo se reduce hasta en un 35 % en comparación con personas con los mismos antecedentes médicos, pero sin perros.
Según la Universidad de Liverpool, se ha asociado el tener un perro con un menor riesgo cardiovascular. Ya que “una serie de estudios demostraron asociaciones entre la tenencia de un perro y los niveles más bajos de presión arterial, un mejor perfil lipídico y una disminución de las respuestas simpáticas al estrés”.
Además, es muy bueno para el sistema inmunológico, porque aunque para algunas personas abrazar al perro o acostarse con él puede parecer ‘poco higiénico’, no lo es para nada o al menos no tan malo como se cree porque puede significar una gran ayuda. Porque la exposición a la suciedad y los microbios que los perros traen del exterior puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico, especialmente en los niños. Hasta el punto de que algunos estudios sugieren que los niños que crecen con perros tienden a usar menos antibióticos.
La salud mental lo agradece
Vivimos en una sociedad muy afectada por los problemas de salud mental derivados del estrés, la soledad o de afectaciones varias del día a día. Casi todo el mundo tiene problemas que trata de paliar con terapias o incluso medicinas, pero hay una ayuda que no todos siguen y es muy útil, la animal. Y es que los perros pueden ser un importante apoyo emocional e incluso pueden ayudar a aliviar síntomas de ansiedad, depresión e incluso estrés postraumático, ya que ofrecen consuelo y sobre todo sirven para establecer una rutina diaria, algo vital para estos pacientes.
Por otro lado, soledad, un problema al alza en occidente, también se ve mitigada por la presencia de un perro, ya que solo el hecho de sacarlos a pasear o hacer sus necesidades obliga a interactuar y ayuda a reducir el aislamiento y refuerza el sentido de pertenencia a una comunidad. Incluso en el caso de los adultos mayores, pasear al perro puede ser una herramienta eficaz contra la soledad y la inactividad.