En los últimos años, el término “superalimentos” ha ganado una notable popularidad en medios de comunicación y entre consumidores que buscan mejorar su salud a través de la alimentación. Productos como las bayas de goji, la quinoa, el açaí o la cúrcuma se han convertido en habituales en las estanterías de supermercados y tiendas especializadas, promovidos por sus supuestas propiedades beneficiosas. Sin embargo, surge la pregunta de si estos alimentos son realmente superiores en términos nutricionales o se trata de una estrategia de marketing bien elaborada.
¿Qué son los superalimentos?
No existe una definición científica o legalmente establecida para los superalimentos. Generalmente, se refiere a alimentos que contienen una alta densidad de nutrientes, como vitaminas, minerales, antioxidantes y otros compuestos bioactivos, que supuestamente ofrecen beneficios para la salud más allá de los proporcionados por otros alimentos comunes. Sin embargo, esta definición carece de consenso en la comunidad científica. Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el término es más una herramienta de marketing que una categoría nutricional reconocida.
Evidencia científica detrás de los superalimentos
Aunque algunos estudios han investigado los beneficios de ciertos alimentos etiquetados como superalimentos, la evidencia científica sólida que respalde sus propiedades excepcionales es limitada. Por ejemplo, las bayas de goji se promocionan por su alto contenido en antioxidantes, pero investigaciones han demostrado que frutas más comunes, como las ciruelas, contienen niveles similares de estos compuestos.
La quinoa es valorada por su contenido proteico y perfil de aminoácidos esenciales. No obstante, legumbres tradicionales como los garbanzos ofrecen cantidades comparables de proteínas y fibra, siendo opciones más accesibles y económicas.
En cuanto a la cúrcuma, se le atribuyen propiedades antiinflamatorias debido a la curcumina, su componente activo. Sin embargo, la biodisponibilidad de la curcumina en el organismo es baja. Eso limita sus efectos terapéuticos. Además, se requieren más estudios en humanos para confirmar sus beneficios.
El papel del marketing en la popularización de los superalimentos
La industria alimentaria ha desempeñado un papel crucial en la promoción de los superalimentos. A través de campañas publicitarias y estrategias de posicionamiento, se ha logrado que estos productos sean percibidos como esenciales para una dieta saludable. Sin embargo, esta percepción no siempre se basa en evidencia científica sólida. La investigadora del CSIC, Jara Pérez, señaló que muchas de las afirmaciones sobre los superalimentos están más fundamentadas en campañas publicitarias que en investigaciones nutricionales.
Además, el alto coste de muchos superalimentos puede no estar justificado desde una perspectiva nutricional. Por ejemplo, las bayas de goji suelen ser más caras que frutas locales con perfiles nutricionales similares. Esto sugiere que el valor percibido de estos alimentos puede estar más relacionado con estrategias de marketing que con beneficios reales para la salud.