¿Sirve de algo gritar, gruñir o resoplar al hacer ejercicio?

Es muy común que la gente cuando realiza deportes o lleva a cabo esfuerzos muy intensos genere algunos ruidos, como gruñidos o gritos, pero, ¿esto tiene algún beneficio en la práctica?

Los gimnasios son cada vez más un punto de reunión de gente que busca ponerse en forma y mantener la línea, cada uno con diferentes objetivos. Pero al igual que no es lo mismo lo que se busca conseguir, no lo es tampoco la forma de llevarlo a cabo, y es que hay muchas formas de comportarse durante el entrenamiento. De hecho, uno de las hábitos más comunes de cuantos se ven en la sala de pesas tiene que ver con el ruido, puesto que no son pocos quienes mientras levantar peso tienen la costumbre de gritar, resoplar muy fuerte o gruñir, sobre todo cuando realizan esfuerzos intensos. Esto es algo que muchas veces es inevitable, porque hay que mover elementos pesados y el cuerpo reacciona así, pero ¿supone alguna ayuda?

No solo es en el gimnasio donde se hace este tipo de sonidos, de hecho, hay deportes en los que va intrínseco a su práctica, por ejemplo el tenis. Estamos más que acostumbrados a que cuando vemos un partido  de tenis, ambos jugadores o jugadoras se pasen cada punto chillando con potencia al golpear la bola. A veces incluso eso ha generado problemas con los rivales, acusando al que grita más de la cuenta de querer molestar, aunque casi todos los usan simplemente para enfocarse y generar más fuerza al pegarle. También es muy típico en halterofilia, aunque aquí volvemos al punto anterior de levantar peso. Por eso mismo, vamos a analizar cuales son de verdad los beneficios de emitir estos sonidos al hacer deporte.

Beneficios de hacer ruido cuando practicamos deporte

Los gritos en el deporte es un tema aún bastante poco estudiado, aunque sí que hay aspectos en los que se ha profundizado. De hecho lo han hecho de forma positiva, puesto que se sabe que mejora la fuerza, la potencia de golpeo y el uso de oxígeno, pero eso sí, los investigadores no están seguros de cómo funciona exactamente, y reconocen que la mayoría de los beneficios asociados tienen más que ver con la forma en que respiramos justo antes de emitirlo que con el sonido en sí, tal y como afirma Mary J. Sandage, profesora de habla y lenguaje en la Universidad de Auburn, quien estudia las actividades físicas extremas y el habla.

Sandage explicó que parte de nuestra fuerza puede provenir de algo conocido como la maniobra de Valsalva, en la que se ejerce presión sobre los pulmones pero se cierra la garganta. “Lo hacemos para producir fuerza. Tenemos que atrapar el aire así para levantar, para empujar”.

Fue más allá, señalando se debe a una presión interna del tronco de esta manera que genera más fuerza en la columna vertebral y permite producir un poco más de fuerza. Y el gruñido es como una válvula de escape para esa presión. Aunque eso sí, Sandage señaló que los beneficios de los gruñidos solo se encuentran en los esfuerzos breves, como levantar peso o golpear una pelota de tenis.

Beneficios psicológicos

Aparte de en lo físico, también ayuda en lo mental, incluso más, debido a que es una manera de centrar la atención en lo que se está haciendo y sirve como una forma de canalizar la presión o los nervios y estar mucho más enfocado. Aunque esto no solo se consigue gritando o gruñendo, ya que hay otras formas más ‘introspectivas‘, con diferentes trucos de concentración, ya que estas técnicas pueden conseguir una mayor sintonía entre cuerpo y mente al hacer deporte.

Por tanto, podemos afirmar que los beneficios de emitir ruidos haciendo deporte son tanto psicológicos como fisiológicos, y los distintos tipos del mismo pueden servir para fines diferentes.