Los tres son trastornos digestivos que están a la orden del día, sobre todo en redes sociales. Pero es importante diferenciarlos y conocer cuáles son las causas y los síntomas de cada uno de ellos. El SIBO, por un lado, hace referencia al crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado. El Helicobacter es una bacteria que infecta el estómago y provoca úlceras. Y el síndrome del intestino irritable, por último, es un trastorno digestivo originado por la ansiedad y la mala digestión de los alimentos al no estar la persona relajada.
A veces, se pueden confundir los unos con los otros, por ello lo ideal es acudir al médico para que mediante pruebas y análisis puedan ofrecerte una respuesta de qué es lo que te ocure. Aún así, te explicamos qué es cada una de estas enfermedades, cuáles son sus causas y los síntomas que generan.
SIBO
El Sobrecrecimiento Bacteriano del Intestino Delgado, popularmente conocido, sobre todo en Tik Tok e Instagram, como SIBO, es un trastorno digestivo que ocurre cuando hay un crecimiento excesivo de bacterias en el instestino delgado. Tal situación es alarmante ya que este debería tener una cantidad de bacterias mucho menor a la del intestino grueso. Dicho desequilibrio puede llevar a una serie de problemas digestivos que terminen afectando a la salud en general.
Este trastorno puede ser causado por una motilidad intestinal deficiente, una dieta pobre, el uso excesivo de ciertos medicamentos como los inhibidores de la bomba de protones o enfermedades previas como la de Crohn o la diabetes.
Esta proliferación bacteriana indebida en el intestino delgado interfiere con la absorción normal de nutrientes, por lo que puede causar síntomas como la distensión abdominal y gases, el dolor en el abdomen y cólicos, diarrea o estreñimiento o pérdida de peso y malabsorción. En algunos casos más puntuales también puede generar fatiga crónica, síntomas neurológicos o problemas en la piel.
¿Cómo diferenciarlo?
Muchos de estos síntomas son compartidos por otra enfermedad como es el síndrome del intestino irritable. Por ello es crucial realizar pruebas médicas para descartar una opción u otra. Un punto esencial para diferenciar una enfermedad de la otra es que con el SIBO las bacterias competirán por conseguir los nutrientes y a menudo, estos pacientes suelen sufrir carencias de ciertas vitaminas, micronutrientes y pérdida de peso. Algo que no sucede con el intestino irritable. Este último no ocurre por ninguna bacteria maligna, sino por una alteracion de la microbiota -microorganismos beneficiosos- entre el intestino y el cerebro. Por lo que está más relacionada con la ansiedad que con la presencia de cualquier bacteria maligna.
Helicobacter
El helicobacter es una enfermedad por la que una bacteria infecta el estómago, y es más propensa a darse durante la infancia. La infección por Helicobacter pylori es una causa frecuente de las úlceras estomacales (úlceras pépticas) y es mucho más común de lo que parece.
La mayoría de las personas no se dan cuenta de que tienen una infección por Helicobacter pylori porque no suelen tener síntomas graves. Sin embargo, esta enfermedad provoca la conocida como úlcera péptica, una llaga en el revestimiento del estómago (úlcera gástrica) o en la primera parte del intestino delgado (úlcera duodenal).
En cuanto a los síntomas, estos suelen ser:
- Dolor urente o ardor en el estómago (abdomen)
- Dolor estomacal más agudo que puede empeorar con el estómago vacío
- Náuseas
- Pérdida del apetito
- Eructos frecuentes
- Hinchazón
- Pérdida de peso involuntaria
En algunos casos, se pueden dar las heces con sangre o de color negro alquitranado y vomitos con sagre o de color negro. En estos casos se debe acudir rápidamente al médico para que realice pruebas al paciente.
Síndrome de intestino irritable
Este último hace referencia a una alteración en el denominado eje microbiota-intestino-cerebro. Está asociado directamente a la ansiedad ya que existe un mal funcionamiento entre el cerebro y el intestino, por lo que no se digieren bien los alimentos al estar el sistema en tensión.
Entre los síntomas, cabe destacar los notables cambios en la función intestinal, así como el dolor abdominal, la alteración en el ritmo intestinal y la consistencia de las deposiciones (estreñimiento, diarrea, alternancia diarrea/estreñimiento) y/o flatulencia.
Aunque el síndrome del intestino irritable no tiene un tratamiento definitivo, sí que podría controlarse eliminando algunos factores exacerbantes, como ciertos fármacos, condiciones estresantes, mejorar el sueño y cambios en los hábitos alimentarios. La dieta del paciente con s´ndrom de intestino irritable debe incluir alimentos frescos y no procesados. Como curiosidad, es un síndrome mayormente presente en mujeres y personas jóvenes.