En muchas ocasiones las mujeres experimentan un sangrado entre menstruaciones, de ahí que se conozca como sangrado intermestrual. Abordamos las causas por las que puede suceder este proceso.
Pese a que en muchas ocasiones son leves y no suponen que haya una patología subyacente, este sangrado también puede estar producido por causas más graves. Por ello, es de vital importancia acudir a revisión frecuentemente y más aún si sucede este tipo de irregularidades.
¿Qué es el sangrado intermenstrual?
El sangrado intermenstrual también se conoce como metrorragia (o spotting cuando es simplemente un ligero manchado o goteo). Se trata de la aparición de un sangrado que no se corresponde con la menstruación, sino que se produce entre una regla y la siguiente.
Lo habitual es que el sangrado intermenstrual tenga unos 2-3 días de duración. Además de que no sea tan intenso como la regla, ni en cantidad ni en color. Sin embargo, debido a que no se trata de la menstruación, la mujer debe consultar con el especialista si presenta sangrados intermenstruales de manera frecuente. La importancia de acudir al médico se debe a que aunque por norma general suele estar relacionado con causas menos graves, también puede estar originado por patologías como el cáncer de cérvix.
Suele darse unos 14 días antes de que baje la siguiente menstruación (alrededor de la mitad del ciclo). Lo más común es que la mujer tenga un ligero sangrado vaginal o spotting amarronado o rojizo.
Este sangrado suele tener una duración corta (2-3 días) y puede estar acompañado de molestias similares a los dolores menstruales, pero, generalmente, en el lado correspondiente al ovario que está ovulando. El sangrado entre reglas, por lo general, suele estar relacionado con la ovulación y no implica que haya ninguna patología subyacente.
Otras posibles causas del sangrado intermenstrual
Además de los mencionados, existen otros motivos por los que se puede sangrar entre reglas. Entre ellos, se pueden encontrar los siguientes:
- Lesiones precancerosas o cáncer uterino, en el cuello del útero o, incluso, en las trompas de Falopio.
- Miomas y pólipos.
- Cervicitis, es decir, inflamación del cuello uterino.
- Cambios hormonales, por ejemplo, en la perimenopausia o por inicio en la administración de anticonceptivos hormonales o por su toma irregular. Es habitual que el uso de anticonceptivos hormonales cause, especialmente en los primeros ciclos, sangrados irregulares que desaparecen a los pocos meses.
- Píldora del día después.
- Uso de dispositivo intrauterino (DIU).
- Aborto o amenaza de aborto. La mujer puede sufrir un sangrado por este motivo, incluso, antes de saber que está embarazada.
- Embarazo ectópico o extrauterino.
- Hipotiroidismo.
- Enfermedad de transmisión sexual (ETS) como la clamidia, que puede producir también sangrados después de las relaciones sexuales.
- Irritación o heridas vaginales por relaciones sexuales, infecciones, etc.
- Estrés o ciertas situaciones emocionales conflictiva