¿Alguna vez has examinado tu lengua en el espejo? Puede que no le prestes mucha atención, pero este órgano pequeño y aparentemente simple es una ventana sorprendente hacia tu salud. Aunque a menudo ignorada, la lengua puede ofrecer pistas cruciales sobre el bienestar de tu cuerpo. Los cambios en su color, textura y forma no solo afectan a nuestra capacidad de comer y hablar, sino que también pueden ser señales de problemas de salud subyacentes.
Según la medicina tradicional china, y en palabras de expertos modernos como el Dr. Yanfang Ren, profesor del Instituto de Salud Oral Eastman en la Universidad de Rochester, en The Guardian, la lengua puede reflejar el estado de varios órganos internos. Esto significa que al observar ciertos signos en la lengua, los médicos pueden identificar problemas antes de que se manifiesten de otras formas. Pero ¿cómo es que un órgano tan pequeño puede revelar tanto?
¿Qué dice el color de tu lengua?
El color de la lengua es uno de los indicadores más obvios de su estado. Mientras que una lengua saludable suele tener un color rosa claro o ligeramente rojizo con una capa blanquecina delgada, algunos cambios notables pueden alertar sobre condiciones más serias.
- Lengua roja brillante. Una lengua de color rojo brillante o “lengua de fresa”, como se le llama coloquialmente, puede ser un signo de diversas afecciones. Algunas de las causas más comunes incluyen deficiencia de vitamina B12, escarlatina, síndrome de shock tóxico e incluso alergias graves. Además, este color puede estar relacionado con enfermedades como el síndrome de Kawasaki, que afecta principalmente a los niños. Si notas un tono rojo brillante persistente en tu lengua, es recomendable acudir a un médico.
- Lengua blanca o con manchas. Las manchas blancas en la lengua pueden aparecer debido a varias causas. Una de las más comunes es la candidiasis oral, una infección por hongos que afecta a personas con sistemas inmunológicos debilitados, bebés o ancianos. Si las manchas blancas no se desprenden al cepillar, podrían ser un signo de leucoplasia, una condición precancerosa que requiere evaluación médica.
- Lengua amarilla. La acumulación de una capa amarilla en la lengua generalmente indica una mala higiene oral, pero también puede ser consecuencia de fumar o usar ciertos medicamentos. En algunos casos, una lengua amarilla puede ser un signo de problemas digestivos o hepáticos. Mejorar la higiene bucal y consultar a un médico puede ser la clave para eliminar esta decoloración.
Cambios en la textura: ¿es normal?
La textura de la lengua también puede ofrecer información vital. Normalmente, la lengua tiene una superficie cubierta de pequeñas protuberancias llamadas papilas, que incluyen las papilas gustativas. Sin embargo, ciertos cambios en la textura pueden señalar problemas de salud.
- Lengua geográfica. Esta condición, también conocida como glositis migratoria benigna, se caracteriza por manchas rojas con bordes elevados de color blanco que cambian de lugar en la lengua. Aunque puede parecer alarmante, la lengua geográfica es inofensiva y no se asocia con riesgos para la salud. Algunos estudios sugieren que podría estar relacionada con el estrés o incluso con enfermedades autoinmunes.
- Lengua vellosa o negra. Si las papilas de la lengua no se desprenden adecuadamente, pueden crecer más de lo normal, atrapando bacterias y restos de alimentos. Esto produce lo que se conoce como lengua vellosa o lengua negra. Esta condición no es peligrosa, pero es más común en personas que fuman o no practican una adecuada higiene bucal. La solución es sencilla: mejorar la limpieza bucal y, en algunos casos, dejar de fumar.
- Llagas o úlceras. Las llagas en la lengua pueden ser molestas, pero suelen ser benignas. Las aftas bucales son comunes y pueden estar causadas por pequeñas heridas, como morderse la lengua accidentalmente, o por cambios hormonales y estrés. Si bien la mayoría desaparecen por sí solas, algunas úlceras pueden estar asociadas a enfermedades más graves, como la enfermedad de Crohn o el síndrome de Behçet.
Cómo mantener una lengua saludable
La buena noticia es que mantener una lengua saludable no requiere un esfuerzo extraordinario. La clave está en la higiene bucal adecuada. Según la Asociación Dental Americana, es esencial cepillarse los dientes durante al menos dos minutos, dos veces al día, utilizando pasta dental con flúor. También es recomendable usar hilo dental y un enjuague bucal antimicrobiano.
Además de estas prácticas, muchas personas utilizan raspadores para eliminar la capa de bacterias que se acumula en su superficie. Si bien los raspadores son útiles, los expertos recomiendan usarlos con moderación. Según la Dra. Jiwon Lim, del Centro Clínico de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, raspar la lengua con demasiada fuerza puede causar irritación y agrandar las papilas.
Lim también sugiere que, aunque el raspado es una buena práctica, la prioridad debe ser un buen cepillado de dientes, lo cual es suficiente para la mayoría de las personas.