¿Por qué nos cuesta ducharnos cuando estamos deprimidos?

La depresión afecta tanto a nuestra energía física como emocional, y en ocasiones las actividades cotidianas que antes eran automáticas, como ducharse, pueden sentirse abrumadoras o imposibles

La dificultad para ducharse cuando estamos deprimidos es un fenómeno bastante común.

No es de extrañar que si estamos deprimidos nos cueste el doble hacer las tareas del hogar o acciones tan simples relacionadas con la higiene tales como ducharse o lavarse los dientes. La realidad es que para realizar todas estas tareas se necesita de cierta energía, algo de lo que se suele carecer cuando una persona se encuentra en situación de depresión.

Por lo tanto, la dificultad para ducharse cuando estamos deprimidos es un fenómeno bastante común y puede explicarse por varios factores producidos por el estado de depresión en nuestro cuerpo y mente.

La depresión afecta tanto a nuestra energía física como emocional, y en ocasiones las actividades cotidianas que antes eran automáticas, como ducharse, pueden sentirse abrumadoras o imposibles.

Fatiga emocional y física

La depresión suele ir acompañada de fatiga extrema. No se trata solo de sentirse cansado, sino de una falta de energía profunda que afecta a todo el cuerpo. Las tareas cotidianas, como ducharse, pueden parecer agotadoras debido a la falta de motivación y energía, aunque no requieran un esfuerzo físico significativo.

Además, la fatiga emocional puede hacer que simplemente la idea de realizar cualquier actividad sea abrumadora, lo que puede hacer que incluso lo más básico, como cuidar de uno mismo, se sienta como un desafío.

Pérdida de motivación (anhedonia)

La anhedonia es uno de los síntomas centrales de la depresión, y se refiere a la incapacidad de disfrutar de actividades que antes eran placenteras o de encontrarles sentido. Esto incluye actividades cotidianas como ducharse.

Si sientes que la depresión te ha robado el placer o la recompensa de las cosas simples, es probable que no veas sentido en algo tan básico como mantener tu higiene personal. Sin embargo, es importante forzarse a hacer estas actividades para sentirse mejor y levantar el ánimo.

Sentimiento de desesperanza

La depresión puede generar una sensación de desesperanza o de que las cosas no mejorarán. Esta sensación puede hacer que las personas sientan que no vale la pena hacer cosas que, en otros momentos, serían parte de su rutina. La ducha, en este contexto, puede verse como una tarea innecesaria o que no tendrá impacto en cómo se sienten.

Dificultades con la autovaloración

La depresión a menudo va acompañada de una baja autoestima y una sensación de falta de valía personal. Las personas con depresión pueden sentirse tan mal consigo mismas que no tienen ganas de cuidar su cuerpo o de dedicar tiempo a su bienestar.

A veces, el simple acto de ducharse puede sentirse como una tarea que no merecen hacer, lo que aumenta el ciclo de descuido personal. Esto genera un bucle, por lo que es importante luchar contra esas creencias y comenzar a cuidar de uno mismo para conseguir sentirse mejor.

Alteraciones cognitivas

Esta enfermedad también afecta nuestra capacidad cognitiva, lo que puede hacer que incluso las tareas simples se vean como algo complicado.

Se puede experimentar una nublazón mental o dificultad para concentrarse, lo que hace que se perciban las actividades cotidianas como confusas o inalcanzables. Las personas pueden no saber por dónde empezar, sentirse abrumadas por el proceso de la ducha o el cuidado personal y posponerlo continuamente.

Alteración de los patrones de sueño

Las personas deprimidas pueden tener dificultades para dormir, ya sea durmiendo demasiado o experimentando insomnio. La falta de descanso adecuado puede afectar tanto la energía física como la claridad mental, lo que puede contribuir a la sensación de que no tienen la fuerza o el impulso para realizar la actividad de bañarse.

Sentimiento de desconexión con el cuerpo

Algunas personas que padecen este trastorno sienten una desconexión entre su mente y su cuerpo. Esto puede hacer que el cuidado del cuerpo no se sienta como una prioridad o que el cuerpo sea percibido como algo ajeno o incontrolable. Ducharse, que normalmente es una forma de cuidar el cuerpo, puede parecer irrelevante o incluso incómodo.

Aislamiento social

La depresión puede llevar a una pérdida de interés en las interacciones sociales, lo que significa que las personas ya no sienten la necesidad de verse “presentables” o de mantener una apariencia de higiene, especialmente si no tienen muchas interacciones con otras personas. Este aislamiento puede hacer que las tareas relacionadas con el cuidado personal pierdan su importancia.

Estrategias para superar la dificultad de ducharse durante la depresión

Dividir la tarea en pasos pequeños: En lugar de ver la ducha como una tarea única y grande, puedes dividirla en pasos pequeños, como “entrar al baño”, “abrir la ducha”, “mojarme un poco”, etc. Esto hace que la tarea sea menos abrumadora.

Establecer una rutina: Aunque la motivación no sea alta, tener una rutina regular puede hacer que la actividad de ducharse se convierta en un hábito automático, en lugar de algo que se tiene que decidir en cada momento.

Pedir ayuda o apoyo: Hablar con un ser querido sobre lo que sientes o incluso pedirles que te recuerden ducharte o te ofrezcan un poco de ayuda puede ser útil.

Apreciar pequeñas victorias: A veces, simplemente ducharse es un gran logro cuando se está deprimido. Celebrar esas pequeñas victorias, por muy simples que sean, puede ayudarte a sentirte mejor.

Es importante recordar que si estas dificultades son recurrentes y afectan significativamente tu vida, buscar apoyo de un profesional de la salud mental puede ser muy útil para abordar la depresión de manera integral.

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