A la hora de dar a luz hay varias, maneras, principalmente dos, de forma natural o por cesárea, y aunque parece que lo normal es lo primero, el segundo caso es cada vez más común. Y es que en en España hasta 1 de cada 4 partos se hace por cesárea, una cifra muy grande, y lo peor, alejada del objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que lo sitúa en el 15%, algo que en nuestro país sólo consiguen País Vasco y Navarra. Y es que se practican cesaréas por encima de ese porcentaje tanto en los hospitales públicos como en los privados, pero en estos últimos, la cifra se sitúa casi en el 40%, 17,25% más que en los públicos.
Esto, tal y como explican desde la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública, se produce porque los centros privados no tienen suficientes ginecólogos para una atención presencial día y noche, y por eso se programan los partos por cesáreas “para que sea más fácil la planificación”. Además, claro está que como en todo, se hace por dinero, puesto que los beneficios económicos que esta intervención tiene para el centro sanitario y el médico que lo practica son mucho mayores que los otros tipos de parto.
Todo mal en las cesáreas: riesgos para la salud de la mujer y dos meses más de recuperación
Por esto mismo están buscando diferentes formas de para frenar la realización de una intervención que tiene riesgos para la mujer como infecciones y daño a otros órganos, además, claro está, de que recuperación posparto es dolorosa y mucho más lenta, alargándose entre 4 y 8 semanas. Aunque hay que reconocer que es cierto que hay casos, tales como cuando el bebé viene en una postura extraña o cuando por tamaño es inviable, en la que es necesario que haya una cesárea, pero esa es realmente la naturaleza de la operación, que se haga cuando no haya opción de parto natural
Según el informe La Atención Especializada en las comunidades autónomas 2024, se pone de manifiesto que el colapso que vive la Atención Primaria ha obligado a miles de ciudadanos a recurrir a la Especializada de manera clara. De hecho, los servicios de urgencias han sufrido un importante incremento en los últimos años debido a las dificultades que tienen los ciudadanos para acceder a los centros de salud.
Según este informe, que evalúa las intervenciones quirúrgicas, el número de profesionales sanitarios, el gasto farmacéutico, y demás factores, la atención especializada tiene un estados mucho mejor que el de la atención primaria y mantiene su nivel de calidad, algo que aprecian los ciudadanos en las sucesivas encuestas de satisfacción.
Per según el mismo informe antes mencionado, la mala situación de la atención primaria depende de otros factores: “Hay que evaluar las derivaciones hacia consultas de atención especializada para valorar su idoneidad. Es, por ello, importante proporcionar a la Atención Primaria de los medios necesarios para así poder disminuir las derivaciones inapropiadas”.
Hay casi 155.000 camas hospitalarias, pero 14.100 están sin utilizar
Lo que también hay es escasez de camas, algo que se agudiza aún más con el número de ellas que no están en funcionamiento: más de 14.100 (año 2022). ”Deben incrementarse de manera importante el número de camas hospitalarias con el objetivo de conseguir entre 4,5 y 5 camas por cada 1000 habitantes, lo que supone entre 50.000 y 80.000 camas en todo el país. Este incremento debe realizarse especialmente en las camas de media y larga estancia, para que así haya al menos 1 cama por 1000 habitantes”, según el informe.