¿Por qué el estrés engorda? Así afecta el cortisol a tu alimentación

El estrés, aunque aparentemente no lo parezca, es uno de los mayores enemigos de nuestra salud. La clave está en el cortisol, la hormona de la ansiedad

El estrés influye directamente en las decisiones alimentarias que tomamos.

El estrés, aunque aparentemente no lo parezca, es uno de los mayores enemigos de nuestra salud. La clave está en el cortisol, la hormona que se libera cuando sufrimos estrés o asniedad. La quema de grasa puede verse alterada cuando estás sometido a altos niveles de ansiedad y estrés.

Ciertamente, nos encontramos en una época en la que todo parece ir demasiado deprisa. Vivimos la era de la inmediatez, las redes sociales y el estímulo rápido. Esta situación genera un estrés a nuestra vida del cual no somos conscientes en la mayoría de las ocasiones. Además, hay un componente clave en todo esto: la incertidumbre. El hecho de no saber lo que va a ocurrir en esta sociedad que necesita tener respuestas a la velocidad de la luz, puede ser un gran agravante del estrés. Por lo tanto, si estás intentando perder grasa, es importante entender cómo estos factores pueden influir en tu cuerpo y afectar a tu salud. 

¿Por qué engorda el estrés?

Una mínima cantidad de estrés es normal en todas las personas, además, es necesario en ciertas ocasiones que requieren de una respuesta rápida. Sin embargo, el estrés crónico, el tipo que no desaparece y que se acumula con el tiempo, puede tener efectos negativos significativos en tu salud, incluida la capacidad para perder grasa.

Cuando sufrimos estrés o ansiedad, el cuerpo libera una hormona llamada cortisol. Niveles altos de cortisol durante mucho tiempo puede ser algo problemático para la salud. Uno de los efectos del cortisol es que puede aumentar el apetito y hacer que tu cuerpo almacene más grasa, especialmente en la zona abdominal. Además, al tener estrés, generalmente se suele tener incertidumbre por los aspectos que te preocupan. Esta incertidumbre a su vez, suele afectar a las elecciones alimentarias que tomamos. Generalmente se suele optar por “alimentos reconfortantes” que en realidad son altos en azúcar. 

El estrés genera malas decisiones alimentarias

Cuando tenemos estrés e incertidumbre solemos tirar de alimentos que sirvan como “desahogo”. Generalmente, suele tratarse de productos altos en azúcar y grasas muy poco saludables. Por ejemplo, chocolate, patatas fritas o en general comida rápida. Además, estos alimentos no solo son altos en calorías, sino que también pueden sabotear tus esfuerzos por perder grasa. Comer en exceso debido al estrés puede llevar a un ciclo de culpa y más estrés, creando un círculo vicioso.

La incertidumbre y el estrés afectan también a la calidad del sueño. Dormir bien y descansar es crucial para la recuperación y el buen funcionamiento del cuerpo. Por tanto, la falta de sueño puede desregular las hormonas que controlan el hambre, como la grelina y la leptina, haciendo que te sientas más hambriento y menos satisfecho después de comer. Lo cual suele suponer un aumento en la ingesta calórica y mayor dificltad para perder grasa.

¿A qué más ámbitos de nuestra vida afecta el estrés?

Es estrés descontrolado puede afectar a numerosos ámbitos de nuestra vida. Entre ellos, la toma de decisiones impulsivas, el descontrol de las rutinas, problemas en el trabajo y con la familia, problemas con la calidad del sueño e incluso dificultades para realizar la digestión de una manera óptima y saludable. 

Muchas personas que padecen de estrés o ansiedad terminan desarrollando el síndrome del intestino irritable. El cortisol genera una inflamación de nuestro cuerpo, también de los órganos, especialmente los implicados en el proceso digestivo. Al encontrarse el intestino irritado, la digestión no se realiza de la mejor manera. En la mayoría de ocasiones, estas personas suelen tener dolores de estómago o gases frecuentes ya que su cuerpo no está realizando la función digestiva de una manera óptima. 

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