Conforme pasan los años es normal que las personas vayan ganando cierta sabiduría. Pero también es verdad que con el tiempo el cuerpo pierde algunas sensaciones. De acuerdo con MedlinePlus –el servicio de información en línea de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos– todos los sentidos cambian la forma de percibir el mundo a medida que las personas envejecen.
Con el avance de la edad, es común notar cambios en nuestras preferencias alimentarias. Esto no es solo una cuestión de hábitos o de nuevas recetas, sino que tiene una base biológica que afecta la percepción de los sabores. Comprender estas variaciones y sus causas puede ayudarnos a adaptar nuestras elecciones alimentarias y mantener una dieta equilibrada sin sacrificar el sabor.
¿Es cierto que cambia el gusto con la edad?
Es un hecho demostrado que la percepción de ciertos sabores cambia con el paso del tiempo. A medida que envejecemos, es común que varíen nuestras elecciones alimentarias o la forma en la que condimentamos los platos. Según explica Elena Pérez Montero, nutricionista de los hospitales universitarios Ruber Juan Bravo y Quirónsalud Madrid, este cambio se debe a una disminución en la capacidad de percibir los sabores. “A partir de los 40 años, la sensación del gusto empieza a debilitarse, y esta pérdida se hace aún más notable alrededor de los 60”, explica Pérez Montero. Curiosamente, los sabores que suelen afectarse primero son el dulce y el salado, mientras que la percepción de los sabores amargo, ácido y umami tiende a mantenerse por más tiempo.
¿Qué causa la pérdida del gusto?
Existen varias razones biológicas por las cuales disminuye la percepción del gusto con la edad. Una de las principales es la pérdida gradual de las membranas que recubren los cilios en las papilas gustativas, que son las encargadas de transmitir la información al cerebro. Además, la regeneración celular se vuelve más lenta, lo que afecta la renovación de las células responsables de percibir el gusto. También hay cambios en la superficie de la lengua: a medida que se reduce el número de papilas gustativas, es más difícil captar los matices de los sabores.
A estos factores se suman otros relacionados con el envejecimiento, como la disminución en la producción de saliva, que es fundamental para saborear correctamente los alimentos, y la pérdida en la percepción de los olores, que afecta la experiencia gustativa general. Curiosamente, estos cambios suelen tener un impacto mayor en los hombres que en las mujeres.
Cómo consumir menos sal sin perder sabor en los platos
Uno de los mayores retos al disminuir la capacidad de percibir los sabores es la tentación de añadir más sal a las comidas para intensificar el sabor. Sin embargo, hay estrategias efectivas para reducir el consumo de sal sin renunciar a platos son sabor:
- Cuida la temperatura de los platos: Los alimentos muy calientes o muy fríos pueden reducir la percepción de los sabores. Servir la comida a una temperatura moderada puede ayudar a que los sabores se aprecien mejor sin necesidad de añadir sal extra.
- Usa menos sal, pero más especias: Las especias y hierbas aromáticas son grandes aliadas para realzar el sabor sin recurrir a la sal. Especias como la pimienta, el pimentón, el tomillo, el romero, el anís o la canela pueden aportar matices interesantes y hacer que los platos resulten igual de sabrosos.
- Prueba con marinados: Marinar los alimentos en jugos de frutas, vinagre, aceite, hierbas y especias es una excelente manera de intensificar el sabor sin añadir sal. Dejar que los ingredientes reposen con estos condimentos permite que absorban sus sabores de manera natural.
- Varía tu menú: Comer siempre los mismos platos puede hacer que las papilas gustativas se acostumbren y no perciban los sabores con la misma intensidad. Experimentar con nuevas recetas o dar un giro a los platos de siempre puede sorprender al paladar y hacer que los sabores se aprecien mejor.
- Recurre a la nostalgia: Preparar recetas que evoquen recuerdos de la infancia o momentos especiales puede aumentar la satisfacción al comer, especialmente si se incorporan pequeños cambios que sorprendan al paladar.
- Añade color y textura: Incluir una variedad de colores y texturas en los platos no solo mejora su atractivo visual, sino que también puede estimular las papilas gustativas y hacer que la experiencia culinaria sea más interesante. Jugar con ingredientes crujientes, cremosos o jugosos puede realzar la percepción de los sabores.
La pérdida del gusto con la edad es un proceso natural que afecta a la mayoría de las personas, pero hay formas de adaptarse a estos cambios. Con ajustes sencillos en la forma de cocinar y en los ingredientes que elegimos, es posible mantener una dieta saludable y sabrosa, incluso cuando el paladar ya no es tan receptivo como antes. Adaptar nuestra cocina a estos cambios nos permite disfrutar de la comida de una manera plena y satisfactoria, incluso después de los 40 años.