Neumonías: todo lo que debes saber para hacerles frente este invierno

La neumonía es una infección del tejido pulmonar que puede complicarse debido a la presencia de gérmenes agresivos

Con la llegada del invierno, las bajas temperaturas no solo nos hacen buscar abrigo, sino que también influyen de manera directa en nuestra salud respiratoria. De acuerdo con la Organización Panamericana de Salud (OPS), el aire frío es capaz de inflamar los pulmones e inhibir la circulación, aumentando el riesgo de afecciones respiratorias como las crisis de asma, el empeoramiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y las infecciones pulmonares, entre las que se destaca la neumonía.

Además, las temperaturas frías pueden causar vasoconstricción, lo que ejerce un estrés significativo en el sistema circulatorio, incrementando el riesgo de problemas cardiovasculares graves como cardiopatías y accidentes cerebrovasculares. Estas repercusiones no solo se sienten en el exterior, sino también en interiores mal acondicionados, donde la falta de calefacción y aislamiento agrava la exposición al frío.

Diversos estudios han demostrado que los periodos de frío se asocian con un aumento de la mortalidad y morbilidad respiratoria y cardiovascular, siendo más pronunciados en los países con climas fríos y templados, donde las tasas de mortalidad en invierno superan a las del verano. Por ello, la prevención y atención a las infecciones respiratorias, como la neumonía, se vuelven cruciales durante esta estación del año.

¿Por qué hay que prestar especial atención a las neumonías en invierno?

Las neumonías, al igual que otras infecciones respiratorias, son significativamente más comunes en invierno, constata la doctora Inmaculada Bodegas, pediatra del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid. Esta tendencia se debe a la mayor circulación de virus en esta época del año, como el virus respiratorio sincitial (VRS) y el virus de la influenza, que pueden provocar inflamaciones pulmonares y, en algunos casos, derivar en infecciones bacterianas secundarias. Además, durante el invierno, la gente tiende a pasar más tiempo en espacios cerrados, donde la transmisión de secreciones respiratorias es más probable, facilitando así la propagación de estas infecciones.

Inmaculada Bodegas, pediatra del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid

Es importante resaltar que, aunque la neumonía puede afectar a personas de todas las edades, los niños pequeños y los ancianos son particularmente vulnerables. Las infecciones virales como las causadas por el VRS y la influenza son más frecuentes en los más jóvenes, lo que aumenta su riesgo de desarrollar neumonía durante los meses fríos.

Causas y síntomas de las neumonías

“La neumonía es una infección del tejido pulmonar que puede tener diversas causas, siendo las más comunes los virus y las bacterias”, explica la doctora. En los niños, los virus son los principales responsables, especialmente el virus respiratorio sincitial (VRS), la influenza, y en menor medida, otros virus como el adenovirus y el bocavirus. Sin embargo, las bacterias, con el neumococo a la cabeza, también son causantes frecuentes de esta enfermedad. En ocasiones, puede haber coinfecciones que inician con un virus y posteriormente se complican con una infección bacteriana, lo que agrava la situación.

“El síntoma cardinal es la fiebre, la tos y, en ocasiones, la dificultad para respirar. No todos los pacientes padecen los mismos síntomas”, explica la experta. En los niños pequeños, los signos más comunes incluyen fiebre, tos y dificultad para respirar, mientras que en los niños mayores pueden añadirse dolor costal y abdominal, debido a la irritación diafragmática.

Tratamiento, diagnóstico y gravedad

La doctora Bodegas explica que el diagnóstico de la neumonía generalmente se realiza a través de la sospecha clínica basada en los síntomas y se confirma con una radiografía de tórax, la cual es la prueba principal para identificar esta afección. Dependiendo de la edad del niño, la radiografía puede mostrar diferentes patrones: en los más pequeños es común observar una bronconeumonía, mientras que, en los mayores, la neumonía condensativa que afecta solo a un lóbulo del pulmón es más frecuente.

El tratamiento varía según la causa de la neumonía. Las infecciones virales no requieren antibióticos y pueden manejarse en casa con medidas sintomáticas, siempre y cuando el estado del paciente no empeore. Por otro lado, las neumonías bacterianas sí necesitan tratamiento con antibióticos y, en casos graves, hospitalización para recibir terapia intravenosa.

Aunque muchas neumonías pueden tratarse en casa, es fundamental buscar atención médica cuando los síntomas son severos, como fiebre alta, dificultad respiratoria o deterioro del estado general, ya que las complicaciones pueden ser graves y requieren intervención inmediata. Con el tratamiento adecuado, la mayoría de las neumonías se resuelven en una semana, aunque en casos agresivos, pueden dejar secuelas en el tejido pulmonar que ameriten seguimiento médico.

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