La revista científica ‘Nature Neuroscience’ ha publicado recientemente un estudio que ha revelado cómo el embarazo puede causar cambios en el cerebro humano, incluso una reducción de tamaño y una mejor conectividad entre las diferentes áreas. Con este estudio, se ha plasmado los cambios que se produce en el cerebro de las mujeres no solo durante el embarazo sino que también antes y después de la maternidad.
Emily Jacobs, una de las autoras del estudio y miembro de la UC Santa Bárbara destacó la peculiaridad de este estudio por ser el primero en analizar algo de semejantes características. «Este estudio es pionero porque muestra cómo el cerebro cambia semana a semana, desde antes del embarazo hasta dos años después del parto», ha señalado.
Explicó además que , «aunque se sabe que las hormonas sexuales influyen en el cerebro, la mayoría de los estudios previos se han basado en animales o imágenes cerebrales de un solo momento en el tiempo, lo que no muestra cómo el cerebro cambia constantemente».
Por otro lado, cabe destacar que ha sido una española la investigadora pionera en este campo, Susana Carmona, directora del grupo de investigación Neuromaternal del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Tanto ella como su equipo explicó que la maternidad produce numerosos cambios en las mujeres dignos de analizar.
¿Cómo se analizaron los cambios de una mujer embarazada?
El embarazo provoca en la mujer muchos más cambios de los que se puedan imaginar. Si bien es cierto que los cambios físicos han sido muy estudiados, los cerebrales no lo han sido tanto. Por eso este estudio resulta tan interesante e innovador. Para poder estudiar este tema, una de las investigadoras del equipo, que estaba embarazada, se ofreció para que se hiciera un análisis detallado de los cambios cerebrales que ella experimentaría a lo largo de 9 meses.
De tal modo, Elizabeth Chrastil se puso a disposición de un estudio en el que se usaron técnicas de imagen de alta precisión y análisis de sangre para así controlar el cerebro de una madre primeriza. Chrastil se sometió además a 26 resonancias magnéticas (MRI) y evaluaciones de sangre que comenzaron tres semanas antes de la concepción y se extendieron durante los tres trimestres del embarazo, hasta dos años después del nacimiento del bebé.
«Esto permitió observar cambios en el volumen de la materia gris, grosor cortical, microestructura de la materia blanca y los ventrículos cerebrales a medida que el embarazo avanzaba. Los resultados muestran que el cerebro sufre una transformación coordinada durante el embarazo, algo que nunca se había visto antes en tiempo real», detalla Jacobs.
Los cambios que produce la maternidad
Una vez finalizadas las pruebas, los expertos compararon los escáneres de la mujer embarazada con la de otras ocho personas que no lo estaban. Descubrieron que a partir de la novena semana de gestación, el volumen y grosor cortical de la mujer embarazada comenzó a disminuir notablemente. Las reducciones en esta zona concreta del cerebro están relacionadas con la cognición social, la empatía y la introspección, dando lugar a los primeros cambios psicológicos que genera la maternidad.
El estudio detectó también un aumento en la microestructura de la materia blanca, así como en el volumen ventricular y el líquido cefalorraquídeo. Unos cambios que están directamente relacionados con el estradiol y la progesterona, hormonas fundamentales en el embarazo.
Algunos cambios cerebrales vuelven rápidamente al modo en el que estaban antes del embarazo. Sin embargo, otros perduran hasta dos años después del parto.
A pesar de haber supuesto un avance, aún queda mucho por investigar. Sobre todo, determinar si tales cambios se producen a nivel general en todas las mujeres embarazadas o si tienen un efceto a largo plazo en la salud mental, por ejemplo. De momento el estudio, aunque es pionero e innoador, tan solo supone un mapa inicial.
¿Son los cambios cerebrales durante la maternidad similares a los de la adolescencia?
Mucho se ha hablado sobre la depresión perinatal, un trastorno en el ánimo de la mujer que se da durante el embarazo y después del parto. Como curiosidad, afecta a una de cada cinco mujeres, por lo que no es tan inusual.
La antropóloga Dana Raphael utilizó el término “matrescencia” por primera vez en 1973. Lo describió como “el proceso de transición que viven y experimentan las mujeres en el proceso de convertirse en madres”.
Este término es una mezcla entre maternidad y adolescencia, lo cual se debe a que durante el embarazo, así como antes y después, se dan cambios en la mujer muy similares a los de la adolescencia a nivel biológico, social y psicológico.
Se dan numerosos cambios hormonales, donde destacan principalmente los estrógenos, la oxitocina y la prolactina, hormonas que contribuyen a la conexión emocional con el bebé. Además, el cerebro cuenta con una mayor plasticidad, lo que supone una mayor facilidad para adaptarse a las situaciones y un desarrollo de la cognición social.