La primavera es una estación llena de variaciones en el clima. Un día puede hacer mucho frío y otro puede ser mucho más caluroso. La piel es una de las primeras barreras en sentir los cambios tan bruscos y por momentos, verse más afectada.
Con los días más largos y la temperatura más elevada, las personas con enfermedades cutáneas como la dermatitis atópica, la psoriasis, el acné o la rosácea pueden notar un empeoramiento de sus síntomas debido a los factores ambientales. Es por esto que la doctora Ángela Estenaga, dermatóloga de Policlínica Gipuzkoa, recomienda tener una rutina de cuidados específicos durante esta particular estación.

Ángela Estenaga
¿Por qué empeora la piel en primavera?
El cambio de estación implica variaciones en la temperatura, la humedad y la exposición al sol, lo que puede alterar la barrera cutánea y desencadenar reacciones adversas en la piel. Uno de los principales factores que afectan la piel en primavera es la mayor exposición a la radiación solar. “Tras el invierno y con las temperaturas más agradables huimos de las capas de ropa que protegen nuestra piel descuidando nuestra salud dermatológica. Caemos en el falso mito de que, los rayos de sol de primavera, al ser menos fuertes que en verano son menos nocivos”, explica la doctora Estenaga.
Además, el aumento de la polinización puede generar reacciones alérgicas en personas sensibles. Estas alergias pueden causar inflamación, irritación y picazón en la piel, especialmente en quienes padecen dermatitis atópica. Por otro lado, el incremento de la temperatura y la humedad ambiental favorecen la producción de sudor, lo que puede contribuir a la obstrucción de los poros.
Otro factor a considerar son las sustancias producidas por ciertas plantas, que en combinación con la luz solar pueden provocar reacciones como la fotofitodermatitis. Esta afección genera manchas oscuras en la piel y puede aparecer tras el contacto con plantas como la higuera o la lima, seguido de la exposición al sol. “Son como tatuajes que causan algunas plantas tras la exposición solar”, agrega la experta.
¿Cuáles son las enfermedades más comunes?
Durante la primavera, algunas afecciones dermatológicas pueden empeorar debido a los factores mencionados. Entre las más comunes se encuentran:
- Psoriasis: Aunque la exposición al sol suele beneficiar a los pacientes con psoriasis, algunas personas son sensibles a los alérgenos primaverales, lo que puede generar irritación, mayor rascado y un aumento en las placas de psoriasis.
- Dermatitis atópica: Esta condición implica una alteración en la barrera cutánea, lo que hace que la piel sea más vulnerable a los alérgenos presentes en el aire. Durante la primavera, el contacto con los alérgenos puede empeorar los síntomas y aumentar la necesidad de tratamientos tó “En pacientes sin alergias, la exposición al sol de manera progresiva puede mejorar la dermatitis atípica y reducir la necesidad de tratamiento”, asegura.
- Acné: El calor y la humedad aumentan la producción de sudor, lo que puede obstruir los poros y favorecer la aparición de brotes de acné. “Es importante no manipular las lesiones y utilizar foto protección para evitar que las marcas del acné se oscurezcan”, indica la doctora Estenaga.
- Rosácea: Esta afección inflamatoria crónica se agrava en primavera debido a la mayor exposición al sol, los cambios de temperatura y la presencia de viento. Las personas con rosácea pueden notar un aumento en el enrojecimiento y la sensibilidad de la piel.
¿Cómo puedo proteger mi piel en la primavera?
Para mantener una piel saludable durante la primavera, es fundamental adoptar una serie de cuidados específicos. El uso de protector solar es clave para prevenir el daño cutáneo. Es recomendable aplicar un fotoprotector con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30. “En algunos casos también se aconseja tomar antioxidantes o foto protectores por vía oral. Por ejemplo, en las personas con alergia al sol”, agrega la experta.
Si se es propenso a las alergias primaverales, es importante intentar reducir la exposición al polen y otras sustancias que puedan irritar la piel. Evitar salir en los momentos del día en que la concentración de polen es más alta.
Algunos fármacos, como las tetraciclinas o ciertos antiinflamatorios, pueden aumentar la sensibilidad de la piel al sol. Si se está bajo algún tratamiento médico, es necesario consultar con un especialista para saber si hay que tomar precauciones adicionales ante la exposición solar.
Mantener una rutina de limpieza adecuada es esencial para prevenir problemas cutáneos. “Esto incluye el uso de productos específicos para el tipo de piel de cada persona, sobre todo para aquellas con alguna afección diagnosticada”, asevera la doctora.
Para as personas que padecen de alguna afección dermatológica, o que noten cambios en su piel, como la aparición de nuevas manchas o el empeoramiento de una condición preexistente, es importante acudir a un especialista. Un chequeo dermatológico anual puede ayudar a detectar problemas a tiempo y recibir el tratamiento adecuado.
La primavera puede traer consigo una serie de factores que pueden afectar la salud de la piel, especialmente en personas con afecciones dermatológicas. Sin embargo, con una rutina de cuidado adecuada y tomando las precauciones necesarias, es posible disfrutar de esta estación sin comprometer la salud cutánea. La clave está en la prevención y en la consulta con especialistas para recibir el mejor asesoramiento sobre el cuidado de la piel.