El cáncer de cuello de útero es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad entre las mujeres a nivel mundial. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2022 se registraron aproximadamente 660.000 nuevos casos y 350.000 muertes por esta enfermedad.
A pesar de que su causa principal es la infección persistente por el virus del papiloma humano (VPH), existen otros factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar este tipo de cáncer. La detección temprana, la vacunación y las estrategias de prevención son clave para reducir la incidencia y la mortalidad asociadas al cáncer de cuello de útero.
El cáncer de cuello uterino es una enfermedad oncológica que se origina en las células de la parte inferior del útero, conocida como cérvix, que conecta con la vagina. Su desarrollo está estrechamente vinculado a la infección persistente por ciertos tipos de VPH de alto riesgo. La doctora Paula Soriano, ginecóloga del Hospital Quirónsalud Murcia, señala que en sus fases iniciales, este tipo de cáncer puede ser asintomático, lo que hace que muchas mujeres no sean diagnosticadas hasta que la enfermedad está en etapas avanzadas. Los síntomas más comunes en fases avanzadas incluyen sangrado vaginal anormal, dolor pélvico y flujo vaginal con mal olor.

Paula Soriano, ginecóloga del Hospital Quirónsalud Murcia
Factores de riesgo
La doctora Soriano también advierte que existen otros factores que pueden contribuir a la aparición del cáncer de cuello uterino. “El tabaquismo, el uso prolongado de anticonceptivos orales o los tratamientos inmunodepresores, así como no realizarse controles ginecológicos periódicos”, explica.
Prevención
La prevención del cáncer de cuello de útero se basa en estrategias de salud pública dirigidas a la detección temprana y la reducción de factores de riesgo, de acuerdo con la OMS. Entre las principales medidas de prevención se incluyen el uso del preservativo, pues aunque no elimina por completo el riesgo de infección por VPH, reduce la probabilidad de transmisión. También, la realización de analíticas periódicas como la prueba de Papanicolaou y los test de VPH permiten identificar lesiones precancerosas en etapas iniciales.
Vacunación contra el VPH
La vacunación contra el VPH es una de las estrategias más eficaces para prevenir el cáncer de cuello uterino. Actualmente, existen seis vacunas aprobadas a nivel mundial que protegen contra los principales tipos de VPH oncogénicos. La OMS recomienda la vacunación de las niñas entre los 9 y 14 años, antes de que inicien su vida sexual, para garantizar la máxima efectividad.
Además, algunos países han incluido la vacunación de varones para reducir la circulación del virus en la población y prevenir otros tipos de cáncer relacionados con el VPH, como los de garganta y ano.
Diagnóstico precoz
La detección temprana del cáncer de cuello uterino es clave para su tratamiento y curación. La OMS recomienda el cribado de mujeres a partir de los 30 años (o 25 años en el caso de mujeres con VIH), utilizando pruebas de alta precisión.
Soriano concuerda y afirma que este tipo de cáncer sería curable en nueve de cada diez pacientes si se diagnosticara de manera precoz. “Su detección es sencilla, ya que solo es necesario someterse a citologías periódicas para localizar las células anormales que tratadas a tiempo eviten el desarrollo del tumor”, asevera.
Además, es fundamental acudir a un especialista ante la presencia de síntomas como un sangrado anormal entre periodos o tras la menopausia; flujo vaginal abundante o con mal olor; dolor persistente en la pelvis, la espalda o las piernas; pérdida de peso, fatiga y falta de apetito.
Estrategia de la OMS
La OMS ha establecido una estrategia global con el objetivo de eliminar el cáncer de cuello uterino como problema de salud pública para el año 2030. Para ello, se han fijado tres metas principales:
- Vacunar al 90% de las niñas con la vacuna contra el VPH antes de los 15 años.
- Realizar cribados al 70% de las mujeres con pruebas de alta precisión antes de los 35 y nuevamente antes de los 45 años.
- Asegurar que el 90% de las mujeres con lesiones precancerosas o cáncer cervical reciban tratamiento adecuado.
Si se cumplen estos objetivos, se podrían prevenir aproximadamente 74 millones de nuevos casos de cáncer de cuello uterino y salvar hasta 62 millones de vidas de aquí al año 2120.
El cáncer de cuello de útero es una enfermedad prevenible y curable si se detecta a tiempo. La estrategia global de la OMS representa un esfuerzo coordinado para eliminar esta enfermedad y garantizar el acceso a la prevención y el tratamiento en todo el mundo.