Cada vez es más normal que cuidemos a rajatabla nuestra alimentación, para poder mantener una vida más saludable y seguir un mejor estilo de vida, y ahí normalmente no entran los alimentados procesados, que son, por normal general, muy malos para la salud, y hacen que tengamos problemas varios. Pero como en todo, no solo hay blancos o negros, y entre esos procesados, muchas veces plagados de químicos y azúcares refinados, también hay buenas opciones. Y eso es precisamente lo que vamos a destacar hoy, los alimentos procesados que sí que son una gran opción para incluir en nuestra alimentación.
Los alimentos procesados más saludables
Frutas y verduras congeladas
El simple proceso de congelar ya hace que un alimento esté procesado. Sin embargo, la congelación no hace que ni las frutas ni las verduras pierdan nada de sus múltiples beneficios y propiedades nutricionales. Y es que el proceso industrial que reciben este tipo de alimentos en sencillo y muy similar al que haríamos cualquiera de nosotros en nuestra casa, tanto como que solo se cortan y se congelan, lo que permite que se conserven durante mucho tiempo y que pueden comerse en cualquier momento, lo que evita uno de los mayores hándicaps a la hora de comprar fruta y verdura, la extremadamente corta durabilidad que tienen.
Además, uno los mayores beneficios de este tipo de procesado es que, no solo conservan los nutrientes de las verduras y frutas, sino que pueden incluso tener más que los mismos alimentos frescos cuando ya llevan varios días en nuestra casa. Además, nos ayudan a tener fruta y verdura lista para comer en cualquier estación del año y nos sacan de un apuro cualquier día de la semana, porque se hacen muy rápido, y nos ahorramos cortarla y lavarla, haciendo que sea mucho más fácil comer sano y equilibrado.
Legumbres de bote
Las legumbres de bote no siempre han tenido muy buena fama, sobre todo porque llevan conservantes, los cuales han estado mucho tiempo demonizados. Sin embargo, se tratan de un procesado estupendo y recomendable, ya que solo son legumbres que han sido previamente cocinadas y después envasadas en agua con sal y algún que otro conservante que sirve precisamente para eso, para conservarlas.
Pero pesar de este procesado, las legumbres siguen con sus propiedades prácticamente intactas, son sencillas y rápidas de cocinar y no requieren el tiempo y la necesidad de tenerlas metidas a remojo o cocerlas. Y si lo que nos preocupa son los temidos conservantes, basta con aclararlas bien en un escurridor antes de comerlas y estarían listas y como nuevas. Con este sencillo truco podremos comer de manera totalmente saludable. Aunque si no se escurren, tampoco no harían daño estos consevantes, que son aptos para el consumo humano.
Alimentos en conserva
Especialmente en el caso de los pescados, las latas de conserva tanto al natural como en aceite, sobre todo si es de oliva virgen extra, eso sí, son un buen procesado que podemos consumir con tranquilidad. Aunque lo que sí debemos tener en cuenta si vamos a comer este tipo de productos es que por su conservación suelen contener más sodio de lo habitual, y eso sí hay que controlarlo para no excedernos con él.
Pero para hacerlo es tan simple como enjugarlos antes de comer, igual que en el caso de las legumbres, de manera que nos desharemos del exceso de sal. De esta manera estaremos comiendo pescado de manera rápida, sencilla y saludable.
Pescado y marisco congelado
Igual que en el caso de las verduras, el único proceso que siguen estos pescados es la congelación. Se trata de una manera más fácil de consumir pescado y marisco en cualquier época del año. En el caso de los mariscos podemos encontrarlos previamente cocidos, lo que hace todavía más rápido su cocinado.
Además, por medio de este proceso, tanto pescados como mariscos conservan sus propiedades, lo que nos ayuda a consumir proteínas, hierro, y grasas saludables. Y si tenemos prisa o no tenemos ganas de limpiar y cocinar, esta opción es estupenda, además de que es más barata que comer pescado fresco, aunque si se tiene la opción, siempre será mejor hacerlo así, ya no por las propiedades, si no sobre todo por el sabor, ya que el no haber sido congelado hace que sea, normalmente, más palatable.