En el mundo actual, las bebidas carbonatadas como Coca-Cola, Fanta y Nestea son consumidas a gran escala. Sin embargo, a pesar de su popularidad, estos refrescos contienen una variedad de aditivos sintéticos que pueden tener serias implicaciones para la salud, incluyendo el riesgo de obesidad y diabetes.
¿Qué aditivos sintéticos hay en los refrescos?
Los aditivos sintéticos son compuestos químicos añadidos a los alimentos y bebidas para mejorar su sabor, apariencia o conservación. Entre los más comunes en los refrescos se encuentran:
- Acesulfamo K (E-950): Este edulcorante es aproximadamente 200 veces más dulce que el azúcar y se encuentra en muchas versiones sin azúcar de bebidas como Coca-Cola Zero, Fanta Zero y Nestea Light. A pesar de su bajo contenido calórico, estudios han sugerido que el consumo de edulcorantes como el acesulfamo K puede alterar el metabolismo y aumentar el riesgo de obesidad y diabetes.
- Aspartamo (E-951): Similar al acesulfamo K, el aspartamo es un edulcorante intensamente dulce usado en productos light y zero. Su seguridad ha sido objeto de debate durante años. Algunos estudios sugieren que, aunque no contiene calorías, puede afectar la regulación del apetito y la tolerancia a la glucosa.
- Ciclamato sódico (E-952): Este edulcorante es menos dulce que el aspartamo y el acesulfamo K, pero aún es 50 veces más dulce que el azúcar. A menudo se usa en combinación con otros edulcorantes en refrescos sin azúcar. La ingesta de ciclamato ha sido vinculada con efectos negativos en el metabolismo.
- Sucralosa (E-955): Derivada de la sacarosa, la sucralosa es 600 veces más dulce que el azúcar. Está presente en muchas bebidas, tanto en sus versiones regulares como en las light. Aunque se considera segura por diversas agencias de salud, su impacto a largo plazo sobre el metabolismo y la salud en general sigue siendo estudiado.
- Neohesperidina dihidrocalcona (E-959): Utilizado principalmente para enmascarar sabores amargos, este compuesto es hasta 1.800 veces más dulce que el azúcar y se encuentra en algunos sabores de refrescos como Sprite y Fanta.
- Glucósido de esteviol (E-960): Extraído de la planta stevia, este edulcorante es 300 veces más dulce que el azúcar y se utiliza en productos como Lipton Ice Tea y 7up. Aunque es de origen natural, el impacto de su consumo prolongado aún no está completamente claro.
El impacto en la salud de los aditivos
El consumo habitual de bebidas azucaradas y endulzadas artificialmente está fuertemente asociado con un mayor riesgo de desarrollar obesidad y diabetes tipo 2. Aunque los edulcorantes artificiales proporcionan una alternativa baja en calorías al azúcar, no están exentos de efectos negativos. Investigaciones recientes sugieren que estos edulcorantes en refrescos como el Nestea pueden alterar la microbiota intestinal, lo que puede llevar a una mala regulación del azúcar en la sangre y, eventualmente, a la resistencia a la insulina.
Además, los edulcorantes artificiales pueden aumentar la apetencia por alimentos dulces, llevando a un mayor consumo calórico general. Esto contradice el objetivo original de reducir la ingesta calórica y controlar el peso
Para poner en perspectiva, una lata de 330 ml de Coca-Cola contiene aproximadamente 35 gramos de azúcar, equivalente a casi 10 terrones de azúcar, lo que representa una alta carga calórica y de carbohidratos simples. En contraste, las versiones Light o Zero contienen múltiples edulcorantes para mantener el sabor dulce sin calorías añadidas, aunque con los potenciales riesgos mencionados anteriormente.