Este domingo 17 de noviembre se conmemora el día internacional del cáncer de pulmón y vale la pena señalar que este año en España casi 33.000 personas han sido diagnosticadas con este cáncer, según la Fundación CRIS contra el cáncer. Este tumor es el que más muertes causa, asegura la asociación. Los tratamientos para este tipo de enfermedades podrían llegar a ser invasivos o muy violentos, pero en años recientes la inmunoterapia ha probado ser una alternativa con buenos resultados. “Se usó en algunos pacientes con enfermedad muy avanzada, con metástasis y un pronóstico malo. Al empezar a dar estas terapias, algunos de estos pacientes, respondían tan bien que incluso se consideran algunos de ellos como curados”, explica a Articulo14 la médica radióloga Raquel Pérez-López, investigadora del Vall de Hebrón Instituto de Oncología (VHIO).
La incidencia del cáncer de pulmón ha sido alta en varones. Sin embargo, de acuerdo con lo que la médica comparte, en los últimos años la incidencia ha subido también en mujeres, debido a que el hábito del tabaco se ha vuelto mucho más habitual en ellas. Y es claro que recibir un diagnóstico de cáncer de pulmón puede sonar devastador para cualquier persona, pues antes eso significaba elegir entre la muerte o un tratamiento que se podría equiparar a una tortura.
Pero nuevas investigaciones han tratado de poner la inmunoterapia en el frente de las opciones para poder tratar el cáncer de pulmón, específicamente. “En muchos otros tipos tumorales ha habido resultados un poco dispares. Pero es verdad que podemos decir que esta terapia es una revolución en la oncología porque es cierto que a gran escala muchos tumores sólidos, con muy mal pronóstico, están mejorando la calidad de vida y alargando la supervivencia”, describe Pérez-López.
De acuerdo con la experta, la inmunoterapia hace despertar al sistema inmunitario para que pueda reconocer a un tumor como algo que no forma parte del cuerpo y algo que no debería estar ahí. Esto es muy diferente de los principios de la quimioterapia, que lo que hace es matar a las células de manera muy agresiva. “Lo hace sobre todo en aquellas células que se están replicando de manera continua, como por ejemplo, las uñas o el pelo. Esto es lo que hace que uno de los principales efectos secundarios sea la pérdida de ambas”, agrega la médica.
Debido a que este tipo de terapias es relativamente nueva, no hay una regla para que funcione ante los tumores. Según Pérez-López, hay algunos pacientes que tienen un biomarcador específico para los que la inmunoterapia va dirigida. Pero hay quienes presentan mejorías durante la terapia y hay quienes no. También, hay personas que no presentan el biomarcador y aun así, logran responder al tratamiento. “Esto no es la panacea, o sea, es un marcador que, insisto, no es óptimo y necesitamos tener mejor información para poder seleccionar al mejor candidato”, admite la experta.
A pesar de los fuertes efectos secundarios de tratamientos como la quimioterapia o la radiación, la médica no los descarta del todo. Al contrario, ella explica que ambos se pueden combinar con la inmunoterapia para tener mejores resultados. “La radioterapia genera mucha alteración en el tejido porque lo estás quemando. Esto podría favorecer una posterior respuesta inmunitaria cuando se utiliza inmunoterapia, así que parece ser que son dos tratamientos que funcionarían muy bien de manera combinada o secuencial un adelante de otra. Con la quimio también, hay muchos ensayos que combinan quimioterapia e inmunoterapia”, aclara Pérez-López.
La Inteligencia Artificial ayuda a predecir el futuro
Finalmente, no todo recae en el trabajo de prueba y error, sino en la utilización de la Inteligencia Artificial para ayudar a los médicos a comprender si un tumor responderá a ciertos tratamientos. Según Pérez López, la IA encuentra patrones —podría decirse que similares a los que utiliza Spotify al sugerir música basa en los gustos de cada persona— en la información que varios tumores dejan a su paso al reaccionar a diferentes tratamientos. “Tiene información y puede ver los patrones que se repiten en la gente que responde o no a la inmunoterapia”, agrega. “Esto es un poco precisamente lo que buscamos con el proyecto financiado por la Fundación CRIS. Integrar estos tipos de datos clínicos para encontrar estos patrones que hemos visto en respondedores y no respondedores y que, por lo tanto, cuando nos venga un paciente nuevo podamos etiquetarlo en grupo u otro y tomar la decisión terapéutica con base en esto“, añade.
Aunado a esto, la IA no solamente podía ser una herramienta para estudiar los tumores, sino para predecir su formación antes de que siquiera exista. “Estamos estudiando tanto en la predicción de la posibilidad de que aparezca. Nos puede ayudar a los radiólogos a identificar un nódulo o una pequeña lesión, que a lo mejor si estamos evaluando rápido y pasa desapercibido. Y con un modelo de IA nos hace puede llamar la atención para resaltar algo que sea anormal”, finaliza.