La fórmula de la psicóloga María Esclapez para evitar una discusión: “Estas frases hacen que el ambiente empeore”

La psicóloga María Esclapez pone el foco en las frases y expresiones que usamos todos de manera incorrecta para estallar una discusión

Discusión de pareja - Salud
Ilustración que muestra los resultados de una discusión de pareja Shutterstock

En las interacciones cotidianas, una discusión puede estallar sin previo aviso. Aunque los desacuerdos son naturales en cualquier relación, la psicóloga María Esclapez ha identificado ciertos patrones de lenguaje que no solo intensifican el conflicto, sino que también perjudican la salud emocional de quienes participan en él. A través de su cuenta de Instagram, Esclapez ha compartido una lista de frases que, lejos de apaciguar los ánimos, empeoran el ambiente. Estas expresiones, aparentemente inocentes, esconden dinámicas destructivas para la comunicación.

“Siempre haces lo mismo”, “nunca haces nada bien”

María Esclapez destaca algunas frases que suelen aparecer en los momentos de mayor tensión. “Siempre haces lo mismo” o “Nunca haces nada bien” son dos de las más frecuentes en discusiones acaloradas. Según la psicóloga, el uso de términos absolutos como “siempre” y “nunca” es extremadamente dañino, ya que colocan a la otra persona en una posición defensiva y niegan la posibilidad de diálogo.

Estas expresiones generan una trampa cognitiva conocida como pensamiento dicotómico. Un error en el que las personas solo ven dos posibilidades: todo está mal o todo está bien. Por ejemplo, en una relación de pareja la realidad suele ser más compleja, con matices que estas frases no permiten contemplar. Para María Esclapez, cambiar este tipo de lenguaje es esencial para construir puentes en vez de levantar muros.

“Eres una persona egoísta”, “eres un desorganizado”

La fórmula de la psicóloga María Esclapez para evitar una discusión: "Estas frases hacen que el ambiente empeore"

Una mujer con un vestido blanco en la bañera | Licencia Unsplash

Otras frases que María Esclapez aconseja evitar son aquellas que atentan directamente contra la identidad de la otra persona. Expresiones como “eres una persona egoísta” o “Eres un desorganizado” no solo juzgan una acción puntual, sino que etiquetan a la persona. Este tipo de comentarios alimenta la culpabilización de la personalidad. Un mecanismo que transforma problemas temporales en defectos intrínsecos del carácter del otro.

“No es para tanto”, “estás exagerando”, “¿otra vez lo mismo?”

La minimización de las emociones es otro de los grandes problemas que María Esclapez señala. Frases como “no es para tanto“. “estás exagerando” u “¿otra vez lo mismo?” invalidan el sentimiento de la otra persona, lo que puede generar frustración y una sensación de incomprensión. Estas expresiones minimizan la validez de los sentimientos ajenos y pueden llevar a la otra persona a cerrar su mundo emocional, dificultando así la resolución del conflicto.

En el ámbito de la psicología, este tipo de comportamiento se conoce como gaslighting emocional. Aunque en la mayoría de los casos no sea intencional, la persona que usa estas frases está distorsionando la percepción emocional del otro. Eso puede tener consecuencias graves para la salud mental de ambas partes involucradas.

“Me da igual”, “no me importa”, “haz lo que quieras”, “tú verás”

La fórmula de la psicóloga María Esclapez para evitar una discusión: "Estas frases hacen que el ambiente empeore"

Una pareja disfruta del móvil en lugar de sí mismos | Pexels

Por último, la indiferencia es una de las respuestas más destructivas en cualquier relación, tal como indica María Esclapez. Frases como “me da igual“, “no me importa“, “haz lo que quieras” o “tú verás” muestran una falta de interés en el bienestar de la otra persona y su situación emocional. Este tipo de lenguaje puede ser devastador, ya que crea una barrera emocional y alimenta el resentimiento.

La indiferencia es un mecanismo de defensa que a menudo se usa para evitar enfrentar un conflicto, pero sus efectos a largo plazo son altamente dañinos. Se trata de una forma de desapego emocional que, en lugar de resolver el problema, agrava la sensación de aislamiento dentro de la relación.

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