En los quirófanos del Instituto Viamed de Oncología Quirúrgica Avanzada (IVOQA), la doctora Delia Cortés, cirujana especialista en oncologia peritoneal, y su equipo aplican una técnica poco conocida y que podría cambiar la forma de abordar el cáncer peritoneal avanzado: administrar quimioterapia en forma de aerosol directamente dentro del abdomen. El procedimiento se llama PIPAC —quimioterapia intraperitoneal presurizada en aerosol—, y ofrece una nueva opción terapéutica para pacientes con carcinomatosis peritoneal avanzada, una condición con pocas alternativas en estadios terminales.
Después, aplican su evolución técnica: ePIPAC, una opción para pacientes quimio-resistentes, que es mínimamente invasivo para el paciente. El procedimiento solo supone realizar dos o tres incisiones de 1 centrímetro y administrar PIPAC. A este tratamiento se le añade ePIPAC, una precipitación electrostática para aumentar la penetración de la quimioterapia en los nódulos tumorales.
ePIPAC: la variante europea poco conocida en España
“No hablamos de una cura milagrosa, pero sí de una herramienta que mejora la calidad de vida y puede prolongarla allí donde antes no había opciones”, explica la doctora Cortés. Con este tratamiento, IVOQA se ha convertido en uno de los pocos centros en España que ofrece tanto el tratamiento PIPAC como EPIPAC, pionero en Europa y donde se aplica en Suiza, Alemania Francia y España.
La clínica atiende a pacientes con enfermedad muy avanzada, que ya no pueden beneficiarse de una cirugía curativa. En esos casos, PIPAC nació con el objetivo de ser herramienta paliativa: su objetivo inicial era aliviar síntomas y mejorar el confort del paciente.
Con el tiempo, los resultados sorprendieron: algunos pacientes mostraron una respuesta tan positiva que pudieron pasar a tratamientos quirúrgicos con intención curativa, cuando antes estaban completamente desahuciados. “A día de hoy hay muchísimos centros en España no tienen unidades de tratamiento específico para estos pacientes, es decir, no tienen unidades especializadas en cirugía peritoneal”.
“Es importantísimo, y las asociaciones de pacientes también lo reclaman, que todos los pacientes que sean diagnosticados con carcinoma peritoneal, sea cual sea el origen del tumor primario, que contacten y que sean evaluados por un comité de tumores con expertos en patología peritoneal“, afirma la doctora Cortés.
Primer caso del tratamiento
El primer caso tratado con nanopartículas mediante esta técnica fue un hombre que fue intervenido en otro centro. Lo abrieron, pero al ver la extensión del tumor, cerraron la cirugía sin poder actuar. Con el tratamiento ofrecido en el centro IVOQA, recibió tres ciclos de tratamiento y que “tuvo muy buen resultado”.
Desde entonces, han tratado a numerosos pacientes usando nanopartículas administradas mediante PIPAC y EPIPAC. “España todavía no está implementado en muchos centros, pero es esperanzador ver que poco a poco vamos divulgando y se va conociendo la técnica”, afirma Cortés.
La aplicación de esta técnica tiene unos requerimientos muy específicos, como una infraestructura quirúrgica y acreditaciones oficiales para el equipo médico. “Son pacientes con cáncer avanzado en los que hay que ser extremadamente minucioso en la aplicación del tratamiento”, explica Cortés. Además, también es necesario contar con comités de tumores especializados en pacientes con cáncer avanzado. “Debemos asegurarnos de que estamos ofreciendo el tratamiento a los pacientes adecuados y que tienen más probabilidades de poder beneficiarse de este tratamiento”, añade.
Pacientes potenciales de tratamiento
Los candidatos a PIPAC y EPIPAC suelen ser pacientes con cáncer de colon, estómago, ovario, páncreas o apéndice, pero también personas con mesotelioma peritoneal o incluso casos de cáncer de mama que se ha extendido al abdomen. Lo que tienen en común es que desarrollan metástasis en el peritoneo, una membrana que recubre los órganos abdominales.
En muchos centros hospitalarios, estos pacientes solo reciben quimioterapia paliativa. “Falta información y también difusión de estas opciones. A veces ni siquiera se les menciona que estas técnicas existen”, advierte la doctora Cortés. La escasa presencia de cirujanos especializados en estas técnicas dentro de los equipos de oncología médica también dificulta su implementación.
“Durante unas charlas durante el Congreso de Cirugía Gástrica de la Sociedad Española de Cirujanos, varios compañeros cirujanos de otros hospitales me han preguntado cómo pueden enviar los pacientes y si podemos desde un comité de tumores con expertos en patología peritoneal evaluar casos de otros hospitales. Como ves, incluso entre los profesionales falta algo de conocimiento ”, añade.
“Falta mucha promoción y falta muchísima información, a veces a los pacientes ni siquiera les comentan en otros hospitales que estas técnicas existen en otros centros o que están disponibles entre los equipos de oncólogos médicos”, explica la doctora Cortés.
“Y que sepan que en muchos casos, PIPAC o EPIPAC pueden combinarse con los tratamientos intravenosos que ya reciben en sus ciudades. La mayoría de los pacientes que vienen de fuera a Madrid siguen recibiendo sus tratamientos de quimioterapia o de inmunoterapia en sus ciudades de origen, es mucho más cómodo realizar sus tratamientos intravenosos cerca de sus domicilios y venir para hacer tratamientos más específicos a Madrid”, señala.
Electroporación reversible
Además del tratamiento peritoneal, el equipo de IVOQA trabaja con otra técnicas puntera para otros tumores difíciles de tratar, por ejemplo, el cáncer de páncreas: Electroporación Irreversible (IRE). Este tratamiento está dirigido por el equipo de Cirugía y Radiología Intervencionista del doctor José María Badal.
Esta técnica permite operar tumores pancreáticos localmente avanzados que antes eran inoperables y que les permite alargar la supervivencia en algunos casos o ser candidatos a una cirugía curativa.
La doctora Cortés explica que el tratamiento se aplica a pacientes con cáncer de páncreas avanzado, ya que se suele dar un diagnóstico tardío: “al inicio no da casi síntomas hasta que ya ha invadido algunas estructuras vasculares arteriales y venosas”, lo que provoca, expone, que los pacientes no sean candidatos a cirugía.
“Somos muchos profesionales trabajando e investigando sin descanso para seguir avanzando en el tratamiento del cáncer y, sobre todo, del cáncer avanzado. Estamos siempre abiertos y dispuestos a colaborar con pacientes de otros centros, como con compañeros oncólogos, médicos y cirujanos de otros centros para poder aportar lo que podamos, por supuesto, a todos los pacientes”, concluye Cortés.