Insuficiencia cardíaca, ¿cómo puede alterar tu calidad de vida?

Este domingo se celebra el Día Mundial del Corazón. Según la OMS, las enfermedades cardiovasculares se cobran más de 17 millones de vidas al año

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares se cobran 17,9 millones de vidas anualmente. Esto las convierte en la principal causa de defunción en el mundo.

La OMS explica que este tipo de enfermedades derivan de factores de riesgo conductuales como la alimentación poco saludable, el sedentarismo y el consumo de tabaco y bebidas alcohólicas, lo que favorece la aparición de hipertensión, hiperglucemia e hiperlipidemia, además de sobrepeso y obesidad y llevar a algún tipo de enfermedad cardiovascular.

La doctora Catherine Lauwers, jefa del Servicio de Cardiología del Hospital Quirónsalud Valencia, explica que la insuficiencia cardíaca es un síndrome que se caracteriza por una deficiencia en la capacidad del corazón para bombear sangre de manera efectiva. Esto provoca síntomas como falta de aire, fatiga y dificultad para respirar al esfuerzo o, incluso, estando acostado. Es un problema que puede manifestarse en personas de cualquier edad, aunque su incidencia aumenta significativamente con la edad. “Hoy en día, esta enfermedad afecta al 6,8% de los españoles mayores de 45 años, llegando a ascender hasta el 15-20% en las personas mayores de 85 años, según la Fundación Española del Corazón”, asegura la doctora Lauwers.

Catherine Lauwers, jefa del Servicio de Cardiología del Hospital Quirónsalud Valencia

Posibles causas de la enfermedad y síntomas

Las causas de la insuficiencia cardíaca son diversas y están relacionadas con otras enfermedades cardiovasculares. Entre las principales causas se encuentran la cardiopatía isquémica, la cual ocurre cuando las arterias coronarias se estrechan, reduciendo el flujo sanguíneo y el suministro de oxígeno al corazón. Las miocardiopatías, que afectan al músculo cardíaco y pueden estar provocadas por factores como el alcoholismo o enfermedades de origen desconocido. También existen las valvulopatías, que se originan por el mal funcionamiento de las válvulas cardíacas, lo que impide que la sangre fluya correctamente. Y las arritmias, que ocurren cuando el ritmo cardíaco es irregular, ya sea demasiado rápido o lento.

Finalmente, el aumento de la demanda sanguínea provocadas por enfermedades como la anemia, infecciones generalizadas o trastornos de la tiroides. Esto hace que se supere la capacidad de un corazón sano para responder.

Los síntomas de la insuficiencia cardíaca pueden no aparecer durante mucho tiempo, lo que se conoce como fase asintomática. Sin embargo, cuando se presentan, los síntomas más comunes incluyen:

  • Cansancio excesivo
  • Dificultad para respirar (disnea)
  • Sensación de plenitud en el abdomen
  • Pérdida de apetito 
  • Tos seca y persistente
  • Mareos y pérdida de conciencia
  • Retención de líquidos, lo que puede causar hinchazón en las extremidades y micción frecuente durante la noche (nicturia)

¿Cómo se corrige una insuficiencia cardíaca?

El diagnóstico de insuficiencia cardíaca requiere una evaluación exhaustiva por parte de un especialista. Este proceso incluye una historia clínica detallada, la revisión de factores de riesgo y antecedentes familiares, así como exámenes físicos y pruebas complementarias como radiografías, ecocardiogramas y pruebas de esfuerzo. “La insuficiencia cardíaca es una enfermedad directamente ligada al envejecimiento de las personas, por lo que la incidencia está en constante aumento. Especialmente la insuficiencia cardiaca con función sistólica preservada es muy frecuente en las personas mayores”, asevera la cardióloga.

Tipos y tratamientos para la insuficiencia cardiaca

Existen dos tipos principales de insuficiencia cardíaca. La insuficiencia cardíaca con función sistólica deprimida: “El músculo cardíaco está debilitado y no puede contraerse con suficiente fuerza, lo que suele ocurrir después de un infarto de gran tamaño o debido a miocardiopatías dilatadas”, explica la doctora Lauwers.

Y está la insuficiencia cardíaca con función sistólica preservada (diastólica), en donde el músculo cardíaco se contrae normalmente, pero no es lo suficientemente flexible para llenarse de sangre adecuadamente durante la diástole. “Este tipo está frecuentemente asociado con la hipertensión no tratada o insuficientemente tratada”, agrega la cardióloga.

En cuanto a los tratamientos para la insuficiencia cardíaca recomiendan desde cambios en el estilo de vida hasta intervenciones médicas y quirúrgicas. Dentro de las recomendaciones se sugieren cambios en el estilo de vida como dejar el cigarro y el alcohol, controlar el peso, mantener una vida activa y seguir una dieta equilibrada, especialmente baja en sal.

En cuestión de tratamiento farmacológico, los pacientes son tratados dependiendo de su necesidad de diuréticos, inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA)/ARA-II y betabloqueantes, vasodilatadores y fármacos inicialmente indicados para la diabetes (sacubitrito-valsartan).

“En algunos casos, se recomienda el uso de marcapasos o desfibriladores automáticos implantables (DAI). Si el paciente no mejora con todos los tratamientos previos, se podría plantear — dependiendo de ciertos factores— un tratamiento quirúrgico”, asegura la doctora.

Insuficiencia cardíaca e infarto, ¿es lo mismo?

Aunque la insuficiencia cardíaca y el infarto están relacionados, no son lo mismo. Un infarto ocurre cuando una arteria coronaria se bloquea, lo que provoca la muerte de una parte del músculo cardíaco. Si el infarto es grande y no se trata a tiempo, puede llevar a insuficiencia cardíaca, ya que el músculo dañado pierde su capacidad para contraerse eficazmente. En resumen, un infarto puede ser una causa de insuficiencia cardíaca, pero esta última también puede deberse a otras condiciones o enfermedades cardiovasculares.