A partir de los 40 años el metabolismo de la mujer comienza a cambiar. De ahí que sea esta la mejor edad para empezar a cuidar los huesos y músculos y conseguir retrasar los efectos de la menopausia.
El Dr. Ignacio Lobo, ginecólogo y obstetra especialista en ginecología oncológica, cirugía de la reproducción, endoscópica y robótica (pionero en España), histeroscopia y laparoscopia, y uno de los principales expertos en España en cirugía vaginal, ha explicado por qué es importante tener ciertos hábitos a partir de los 4o años.
La importancia de cuidarse antes de que llegue la menopausia
“El pico de masa ósea en el cuerpo se adquiere hacia los 35 o 40 años, y a partir de ahí esa densidad de masa ósea va disminuyendo progresivamente y todos acabamos aproximadamente a los 70- 80 años con cierto grado de osteoporosis”, asegura Lobo.
Es decir, es esencial comenzar a cuidarse antes de que ese pico de masa comience a descender. “Cuando me preguntan por la menopausia, suelo decir que está muy bien cuidarse pero que es importante empezar a hacerlo antes”, subraya el Dr. Lobo.
Cuidarse no es solo comer bien, también es realizar ejercicio físico diario, no cargar con peso que pueda lastimarnos la espalda, dormir suficientes horas, y en definitiva incorporar una serie de hábitos saludables en nuestra vida.
El ejercicio físico, la clave para fortalecer los huesos
Según el doctor Lobo, los mejores ejercicios para el fortalecimiento de los huesos son los de impacto. Es decir, correr, jugar al tenis o practicar boxeo pueden ser muy buenas opciones. Ejercicios de ingravidez como puede ser la natación, puede ser muy bueno para los músculos pero algo indiferente para los huesos si lo que buscamos es el fortalecimiento de los mismos. Otra opción es el HIIT, un entrenamiento de alta intensidad.
Son sobre todo las mujeres que han sido madres las que más hincapié deben hacer en realizar ejercicio, ya que son las que más posibilidades tienen de desarrollar problemas relacionados con los huesos. “El porcentaje de pacientes que puedan tener problemas de prolapsos o incontinencia sin haber sido madres es mucho menor, pero también hay un factor que es el genético-hereditario. Cómo tenemos el colágeno y las estructuras; cuando hay déficit o alteraciones de estas sustancias y de estas estructuras, aun no habiendo tenido hijos, también se pueden producir”, añade el ginecólogo.
Otra clave: cuidar la salud uterina y el suelo pélvico
A partir de los 40 años, como apunta el Dr. Ignacio Lobo, “estamos en el proceso de envejecer, a partir de esta edad estamos gastando etapas en la vida y es muy importante a nivel uterino cuidarse y estar atentas a las primeras alteraciones que se van a tener antes de que se produzca la menopausia”.
“Es interesante, si se tienen miomas, tenerlos controlados; si se tienen sangrados, consultar con el ginecólogo para que pueda valorar si se necesita hacer una biopsia para analizar, ya que algunas veces están motivados por pólipos que se pueden retirar con una histeroscopia”, asegura.
Es decir, no solo es importante tener buenos hábitos como una alimentación equilibrada y realizar ejercicio. También es esencial prestar mucha atención a la salud del útero antes de que aparezca la menopausia.
Según este ginecólogo, es también de vital importancia cuidar y fortalecer el suelo pélvico, especialmente aquellas mujeres que han sido madres. “A esta edad, si han deseado serlo, la mayoría de las mujeres habrán sido madres. Por el canal vaginal ha salido la cabeza de un recién nacido de unos 9-10 centímetros. Esto implica una serie de tensión, distensiones, incluso probablemente desgarros de fascias y músculos del suelo de la pelvis”, explica este ginecólogo.
Los hábitos que toda mujer de 40 años debería tener
Las principales recomendaciones son la implementación de una buena alimentación, a poder ser una dieta mediterránea equilibrada. Realizar ejercicio de impacto a diario, dormir 8 horas y cuidar la salud emocional y mental son otros esenciales. Cuidar la salud del útero y fortalecer el suelo pélvico adquiere también una gran importancia.
El doctor Lobo también destaca la importancia de tomar vitaminas como la D, propia del sol. Otra esencial es el Omega 3, presente en alimentos como el pescado y una muy buena opción para el fortalecimiento de los huesos.