Siempre ha habido una gran duda sobre que actividad es mejor, el cardio o el entrenamiento de fuerza. Sobre todo en el caso de las mujeres, usualmente ha estado la creencia de que se actuaba mejor si se entrenaba el cardio, para perder grasa y tonificar el cuerpo, dejando de lado la fuerza y las pesas, algo considerado más ‘masculino’. Pero afortunadamente eso es parte del pasado, y aunque el deporte sea bueno y recomendable de cualquier forma, hay que saber elegir y obtener de cada uno los mayores beneficios. El vilipendiado entrenamiento de fuerza genera muchas cosas buenas al organismo, por lo que si se consigue emparejar, aunque priorizándolo, con el cardiovascular, los beneficios van a ser mucho mayores.
Beneficios del entrenamiento de fuerza respecto al cardio
Principalmente lo que genera el entrenamiento de fuerza es el aumento de la masa muscular, y eso es algo que está relacionado con múltiples mejoras de la salud:
A nivel de salud general, fortalece el sistema inmunitario, por lo que disminuye el riesgo de parecer cáncer, osteoporosis y otras patologías articulares. Además, mejora y acorta los tiempos de recuperación de cualquier proceso clínico que se sufra, prácticamente del tipo que sea; también mejora la postura, lo que ayuda a una mejor salud articular; y previene todo tipo de molestias. Por otro lado, a nivel psicológico, genera endorfinas, lo que aumenta en gran medida la felicidad y favorece un mejor estado de ánimo; también mejora la seguridad personal al encontrarse mejor físicamente y aumenta los niveles de tolerancia a esfuerzos altos, lo que ayuda en casi cualquier circunstancia vital
El cardio también favorece muchas mejoras a nivel de salud
Para empezar, el ejercicio cardiovascular mejora el cuerpo a nivel metabólico. Principalmente, el sistema respiratorio y circulatorio se ven beneficiados aumentando los niveles de tolerancia a esfuerzos y recuperándose mejor y antes de ellos, al usar mucho de resistencia y trabajo vascular, hace que el corazón trabaje a alto ritmo, y esto es positivo siempre se controle. Y es así porque previene enfermedades cardiovasculares como infartos o isquémicas, y también ayuda a disminuir el colesterol malo de la sangre y mejora los procesos de síntesis de energía. Para llegar a todos estos beneficios, es importante trabajar el cardio a diferentes intensidades.
En qué orden trabajar fuerza y cardio
En lo que se refiere a combinar ambos entrenamientos, hay muchas teorías para ello, las cuales han evolucionado y variado mucho en los últimos tiempos. Recientemente se han puesto ‘de moda’ algunas tendencias que priman una mezcla, en la que mientras se trabaja la fuerza, también el cardio. Aquí destacan los famosos circuitos HIIT, ejercicios de alta intensidad con pesos, como pueden ser mancuernas o pesas rusas -kettelebells-, en los que los tiempos de descanso serían cortos para poder acelerar también el metabolismo mediante el trabajo de tonificación y de fuerza. Esto es similar en el CrossFit, sobre todo en el tipo de wods que premian esta intensidad con el esfuerzo por levantar peso y el cardio como puede ser el remo, la bicicleta de crossfit o la carrera continua.
No obstante, si se va a trabajar por separado, es mejor entrenar primero la fuerza y luego el cardio; para tener más opciones de levantar un mejor peso y no acusar el cansancio en esta parte, y además, para que luego en el cardio, ya con el metabolismo activado, se puedan aumenta la quema de grasas, ya que se gastan más a partir de los 30 minutos de actividad.