La enfermedad cardiovascular es una de las principales causas de mortalidad en las mujeres, superando a menudo a otras afecciones graves como el cáncer de mama. A pesar de su prevalencia, los síntomas y factores de riesgo cardiovasculares en mujeres pueden diferir significativamente de los observados en hombres, lo que frecuentemente conduce a diagnósticos tardíos o incorrectos. Entre estos factores de riesgo cardiovasculares, uno destaca particularmente por su impacto en la salud femenina: el estrés y la depresión.
Factores de riesgo cardiovasculares en mujeres
Los factores de riesgo cardiovasculares son múltiples y variados, pero es crucial entender aquellos que tienen un impacto diferencial en mujeres para poder abordarlos adecuadamente. Además de los factores comunes como la hipertensión, el colesterol alto, y la diabetes, las mujeres enfrentan riesgos adicionales relacionados con su biología y experiencias de vida únicas.
El estrés y la depresión son factores de riesgo cardiovasculares particularmente insidiosos en mujeres. Estudios han demostrado que las mujeres son más propensas que los hombres a experimentar estrés crónico y depresión, condiciones que están fuertemente correlacionadas con el desarrollo de enfermedades del corazón. La Asociación Estadounidense del Corazón ha señalado que las mujeres que sufren de estrés y depresión tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas en comparación con aquellas que no presentan estas condiciones.
El estrés crónico puede conducir a comportamientos poco saludables como el tabaquismo, la inactividad física y la mala alimentación, todos ellos factores de riesgo adicionales para la salud cardiovascular. Además, el estrés y la depresión pueden provocar alteraciones en el sistema nervioso autónomo y en el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, lo que resulta en niveles elevados de cortisol, una hormona que, en exceso, puede dañar las arterias y el corazón.
Síntomas de enfermedades del corazón en mujeres
Los síntomas de las enfermedades cardíacas en mujeres pueden ser menos evidentes y más variados que en los hombres. Mientras que el dolor torácico es un síntoma común en ambos sexos, las mujeres también pueden experimentar otros síntomas atípicos como dolor en el cuello, la mandíbula, los hombros, la parte superior de la espalda o el abdomen. Otros síntomas pueden incluir falta de aire, náuseas, vómitos, sudoración excesiva, mareos y fatiga inusual. Esta variedad en los síntomas puede llevar a que las mujeres no reconozcan un ataque cardíaco hasta que sea demasiado tarde.
La menopausia también juega un papel significativo en el riesgo cardiovascular de las mujeres. Los niveles de estrógeno, que tienen un efecto protector sobre el corazón, disminuyen durante la menopausia, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas. Este cambio hormonal puede contribuir a un aumento de la presión arterial, cambios en los niveles de colesterol y la acumulación de grasa abdominal, todos ellos factores que incrementan el riesgo cardiovascular.
Otro factor de riesgo cardiovascular específico de las mujeres son las complicaciones del embarazo, como la preeclampsia, la diabetes gestacional y la hipertensión gestacional. Estas condiciones no solo afectan la salud durante el embarazo, sino que también pueden tener efectos a largo plazo, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas en el futuro.