El magnesio es un mineral esencial para el correcto funcionamiento del cuerpo humano, ya que participa en más de 300 reacciones bioquímicas.
Su presencia es clave para la actividad del sistema nervioso y muscular, la regulación del ritmo cardíaco, la presión arterial, el metabolismo de la glucosa y el fortalecimiento del sistema inmunológico. A pesar de su relevancia, muchas personas desconocen la cantidad que necesitan y los beneficios que aporta.
Funciones principales del magnesio
Este mineral cumple un papel fundamental en distintas funciones fisiológicas, tales como:
- Contribuir al equilibrio de los electrolitos en el organismo.
- Reducir la sensación de fatiga y cansancio.
- Intervenir en el metabolismo energético, favoreciendo la obtención de energía.
- Participar en el proceso de división celular, esencial para la regeneración de tejidos.
- Favorecer el correcto funcionamiento del sistema nervioso, ayudando a prevenir alteraciones neurológicas.
- Mantener la salud ósea y dental, colaborando en la fijación del calcio.
- Apoyar el bienestar psicológico, reduciendo el riesgo de trastornos del ánimo.
- Garantizar el adecuado desempeño de los músculos, previniendo calambres y espasmos.
Además, el magnesio también tiene un impacto positivo en la salud cardiovascular, ya que contribuye a la relajación de los vasos sanguíneos, disminuyendo la presión arterial y reduciendo el riesgo de enfermedades cardíacas.
Requerimientos diarios y absorción
Las necesidades de magnesio varían según la edad, el peso y el estado fisiológico de cada persona. En términos generales, los expertos estiman que se requieren aproximadamente 3.6 mg de magnesio por kilogramo de peso corporal. La principal fuente de este mineral es la alimentación, con una ingesta media recomendada de entre 300 y 350 mg diarios. Sin embargo, el organismo solo logra absorber alrededor de un tercio de esta cantidad, eliminando el resto a través de las heces.
Algunas situaciones específicas pueden incrementar los requerimientos de magnesio. Por ejemplo, durante la adolescencia, el embarazo y la lactancia, el cuerpo demanda un mayor aporte de este mineral. También las personas que padecen enfermedades intestinales, como el síndrome de malabsorción o la enfermedad de Crohn, pueden presentar déficits debido a la dificultad para absorber los nutrientes.
Síntomas de deficiencia de magnesio
Una deficiencia de magnesio puede manifestarse con diversos síntomas, tales como:
- Fatiga crónica y debilidad muscular.
- Calambres, temblores o espasmos musculares.
- Problemas de concentración y memoria.
- Irritabilidad, ansiedad o insomnio.
- Palpitaciones o arritmias cardíacas.
- Migrañas frecuentes.
Si bien estos síntomas pueden deberse a diversas causas, una ingesta insuficiente de magnesio podría estar influyendo en su aparición. En casos de deficiencia severa, el déficit puede derivar en problemas neurológicos y alteraciones metabólicas más graves.
El treonato de magnesio: una opción ideal para el cerebro
Según la neuróloga infantil Cecilia Aguilar, el treonato de magnesio es uno de los tipos más beneficiosos para la salud cerebral. Su principal característica es su capacidad para atravesar la barrera hematoencefálica, permitiendo un aumento de los niveles de magnesio en el cerebro.
Este mecanismo favorece la plasticidad sináptica, un proceso clave para la memoria y el aprendizaje. De este modo, el treonato de magnesio podría ser de utilidad para personas que buscan mejorar sus funciones cognitivas o prevenir el deterioro neuronal asociado al envejecimiento.
Además, estudios recientes sugieren que este tipo de magnesio también podría desempeñar un papel importante en la reducción del estrés y la ansiedad, contribuyendo a una mejor calidad del sueño y un estado de ánimo más equilibrado.
Fuentes naturales de magnesio
Para asegurar una ingesta adecuada de magnesio, es recomendable incluir en la dieta alimentos ricos en este mineral, como:
- Frutos secos y semillas: almendras, nueces, avellanas, semillas de girasol y calabaza.
- Legumbres: lentejas, garbanzos y frijoles.
- Cereales integrales: avena, arroz integral y quinoa.
- Verduras de hoja verde: espinacas, acelgas y brócoli.
- Chocolate negro (mínimo 70% cacao).
- Pescados y mariscos: salmón, atún y gambas.
- Lácteos y derivados: yogur y queso.
El consumo de estos alimentos dentro de una dieta equilibrada puede ayudar a prevenir deficiencias y aprovechar los beneficios del magnesio en la salud.