Si hay una época en la vida adulta de las mujeres en la que se suceden los cambios, esa es sin duda la menopausia, cuando la edad va haciéndose notar y llega un punto en el que aparece, con un gran chute hormonal que general mucho, pero muchas novedades. Y aunque muchas veces es un engorro para quien lo sufre, está en las manos de cada uno sobrellevarlo lo mejor posible, eso mismo, el deporte es una herramienta maravillosa para llevar a cabo esa fuerza que permita mantenerse mucho mejor y que este cambio en la vida no afecte y cada una siga con su rutina de la mejor forma, adaptándose a lo que le ocurre a su cuerpo.
La menopausia y el deporte, obligados a encontrarse
Cada mujer puede vivir la menopausia de manera muy diferente, ya que este choque hormonal afecta de muy diferentes maneras, pero independientemente de eso, lo que sí es igual para todas ellas son las recomendaciones en cuanto a la necesidad de mantener un nivel adecuado de actividad física. Para democratizar esta necesidad de movimiento existen diferentes métodos, entre las que destacan las recomendaciones para la población adulta por parte de la Organización Mundial de la Salud, las cuales son, de son de manera semanal las siguientes:
- Al menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada.
- Realizar como mínimo entre 75 y 150 minutos de actividad física aeróbica intensa.
- Como mínimo dos veces a la semana actividades de fortalecimiento muscular con una intensidad de moderada a alta que involucren todos los grupos musculares principales.
Existen multitud de opciones, clases dirigidas, salir a andar, bailar, taichí, trabajo de fuerza… Todas ellas tienen el poder del ejercicio en las mujeres con menopausia, y aportan beneficios y escoger la que más se adapta a las preferencias individuales, aumenta la garantía de regularidad, indispensable para mejorar la forma física y la calidad de vida.
El trabajo de fuerza, clave
El sistema músculo-esquelético será uno de los más beneficiados del trabajo de fuerza y de impacto que se ejecute. Y es que hay que tener en cuenta que la disminución de las hormonas que se da con esta nueva condición afecta a la densidad mineral ósea, y por lo tanto, la calidad de los huesos que será menor. Por eso mismo, efectuando ejercicios específicos de fuerza, como pueden hacerse con gomas, pesas o con el propio cuerpo, y de impacto como saltar o andar, se fortalece en gran medida el cuerpo, y con ese se reduce el riesgo de rotura o caída.
Además, la práctica de actividad física ayuda a aliviar algunos de los síntomas que puede acompañar a la menopausia, como sofocos o dificultad para el descanso. Pero ser constante no solo tiene un efecto a nivel físico, sino que también existirán beneficios a nivel de la salud mental, lo cual es indispensable para que la calidad de vida sea aún mejor con esta nueva condición.
Aunque eso sí, el cuerpo humano sufre muchos cambios con esta nueva condición, y por eso mismo, es muy importante saber como puede reaccionar, y para ello debería consultarse con profesionales, ya que las necesidades individuales pueden ser muy cambiantes de una persona y otra, y puede haber algunas recomendaciones muy concretas, además de existir contraindicaciones que requieran de prescripción específica.