En plena revisión de las políticas contra el tabaquismo, varios expertos en salud pública han vuelto a poner sobre la mesa el método sueco para dejar de fumar como alternativa eficaz que debería ser tenida en cuenta en España. En una jornada organizada por la Plataforma para la Reducción del Daño por Tabaquismo, celebrada esta semana, se reunieron reconocidas figuras del ámbito médico para analizar las propuestas del Ministerio de Sanidad sobre los productos alternativos al tabaco.
Entre los participantes se encontraban el psicólogo clínico Karl Fagerström, creador del conocido test para medir la dependencia a la nicotina; el cardiólogo Konstantinos Farsalinos, investigador de la Universidad de Patras, y Fernando Fernández Bueno, cirujano oncológico del Hospital Gómez Ulla y portavoz de la plataforma organizadora. Todos coincidieron en una idea central: España necesita adoptar medidas más efectivas. Y el método sueco para dejar de fumar es una de las herramientas más sólidas disponibles.
Una estrategia con resultados: el método sueco para dejar de fumar
Durante la jornada, el profesor Karl Fagerström explicó con claridad cómo el método sueco para dejar de fumar ha conseguido posicionar a Suecia como el país con la tasa más baja de tabaquismo en Europa. Gracias al uso de productos alternativos de administración oral, como las bolsas de nicotina, Suecia ha logrado reducir su población fumadora a menos del 5%. Eso le acerca al objetivo de convertirse en el primer país libre de humo del mundo según los estándares de la OMS.
Según Fagerström, el éxito del método sueco para dejar de fumar reside en ofrecer alternativas menos dañinas a los fumadores adultos. “España no ha hecho ningún avance real en la lucha contra el tabaquismo, y prohibir sabores o limitar la concentración de nicotina solo va a mantener elevadas las cifras de fumadores”, advirtió el experto.
Una persona saca un cigarro de su cajetilla de tabaco | Shutterstock
A diferencia de Suecia, España mantiene unas tasas de tabaquismo que preocupan a los profesionales sanitarios. Según los datos más recientes, más del 25% de la población adulta sigue fumando. Las cifras apenas han variado en los últimos años. En este contexto, los médicos insisten en que el método sueco para dejar de fumar podría suponer un punto de inflexión. En especial, si se acompaña de políticas que permitan el uso responsable de productos alternativos al cigarrillo tradicional.
Fernando Fernández Bueno lamentó que las autoridades españolas equiparen los cigarrillos electrónicos y las bolsas de nicotina al tabaco de combustión. “Es un error grave desde el punto de vista de salud pública. La ciencia ha demostrado que estos productos son menos dañinos y pueden ser una vía de salida real para millones de fumadores”, apuntó. Para el cirujano oncológico, el método sueco para dejar de fumar demuestra que ofrecer alternativas seguras puede reducir la prevalencia del tabaquismo sin necesidad de recurrir a prohibiciones poco eficaces.
El riesgo del mercado negro
Uno de los temas más debatidos en la jornada fue el posible efecto colateral de las restricciones actuales: la proliferación del mercado negro. El doctor Konstantinos Farsalinos advirtió que las medidas restrictivas podrían generar una economía paralela que ponga en riesgo a los consumidores. “Cuando no se ofrecen soluciones realistas, los usuarios recurren a fuentes ilegales. Y eso es aún más peligroso”, explicó.
Desde su punto de vista, el método sueco para dejar de fumar no solo reduce el daño del tabaquismo, sino que previene el desarrollo de un mercado ilegal que escapa al control sanitario. En su opinión, España debería seguir los pasos de Suecia y del Reino Unido. Es decir, debería apostar por la reducción del daño en lugar de imponer vetos generalizados.
Una persona te da a elegir entre cigarrillos tradicionales y el cigarrillo electrónico | Shutterstock
El Reino Unido también ha adoptado políticas inspiradas en el método sueco para dejar de fumar, incorporando el cigarrillo electrónico como herramienta en su estrategia nacional contra el tabaquismo. Como resultado, la tasa de fumadores ha descendido al 12%. Una cifra muy por debajo de la media española. Esta diferencia muestra cómo el enfoque basado en la evidencia puede lograr resultados más sólidos que las prohibiciones tradicionales.
Farsalinos recordó que incluso las autoridades británicas promueven el vapeo como herramienta para dejar de fumar, respaldado por estudios de instituciones sanitarias reconocidas. Frente a este modelo, el rechazo del método sueco para dejar de fumar por parte del Ministerio de Sanidad español parece, según los expertos, una oportunidad perdida.