Mantener los dientes blancos y saludables es una prioridad para muchos. Sin embargo, algunas prácticas que parecen correctas podrían estar dañando el esmalte dental a la hora de lavarse los dientes, generando el efecto contrario: dientes amarillos.
Uno de los errores más comunes al lavarse los dientes es cepillarse sin mojar el cepillo previamente. Esta práctica, conocida como “cepillado en seco”, impide que la pasta de dientes se distribuya uniformemente, reduciendo su eficacia. Esto no solo afecta la higiene general, sino que también contribuye a que los dientes se vean más opacos y amarillos. El odontólogo Ferakh Hamid advierte sobre este mal hábito y sugiere que mojar el cepillo antes de aplicar la pasta mejora significativamente la limpieza.
¿Hay que lavarse los dientes justo después de consumir alimentos ácidos?
Otro error a la hora de lavarse los dientes que pasa desapercibido para muchas personas es cepillarse justo después de consumir alimentos o bebidas ácidas. Estos incluyen vino, refrescos, zumos cítricos o frutas como las naranjas. Aunque parece una buena idea limpiar la boca tras comer, hacerlo en este momento puede ser contraproducente. El esmalte dental se debilita al contacto con el ácido, y si se cepillan los dientes mientras están en ese estado, es probable que el esmalte se desgaste, exponiendo la dentina, una capa amarilla que se encuentra debajo del esmalte.
Los expertos recomiendan esperar al menos 30 minutos después de ingerir alimentos ácidos antes de cepillarse los dientes. Esto da tiempo para que el esmalte se remineralice y recupere parte de su fortaleza.
La importancia del tiempo y la técnica en el cepillado
Además de evitar el cepillado en seco y dar tiempo después de consumir ácidos, es crucial adoptar una técnica de cepillado correcta. El cepillado vigoroso o excesivo también puede causar desgaste en el esmalte. Lo ideal es realizar movimientos suaves, circulares y emplear un cepillo de cerdas suaves.
El tiempo que dedicamos a lavarnos los dientes es igualmente fundamental. Se recomienda cepillarse durante al menos dos minutos, cubriendo todas las áreas de la boca, incluidas las encías y la lengua. Esta rutina, combinada con el uso de hilo dental y enjuague bucal, puede prevenir la acumulación de placa y sarro, dos factores que también contribuyen al amarillamiento dental.
El impacto de la alimentación en la salud bucodental
La dieta también juega un papel crucial en la apariencia de los dientes. Algunos alimentos y bebidas tienden a manchar el esmalte, como el café, el té, y las frutas oscuras. Reducir su consumo, o enjuagar la boca con agua tras ingerirlos, puede ayudar a mantener el esmalte blanco.
Por otro lado, ciertos alimentos promueven la salud dental. Las verduras crujientes, como zanahorias y manzanas, ayudan a limpiar los dientes de manera natural mientras se mastican. Además, alimentos ricos en calcio, como el queso y el yogur, ayudan a fortalecer el esmalte.