En la mayoría de los hogares, uno de los primeros rituales de la mañana es preparar una taza de café. No solo es una bebida que ayuda a despertar los sentidos, sino que algunos estudios sugieren que podría tener beneficios a largo plazo.
Según una investigación de 2017 liderada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), consumir tres o más tazas de café al día podría reducir la mortalidad prematura en un 18% en hombres y un 8% en mujeres, especialmente en enfermedades cardiovasculares y digestivas. Sin embargo, esta bebida tiene también un impacto en el aparato digestivo que es importante conocer.
¿Qué efectos tiene el café en el aparato digestivo?
Julyssa Cobian, especialista en Aparato Digestivo de Policlínica Gipuzkoa, explica que “el aparato digestivo es el primero que se enfrenta al café. Al ingerirlo, puede provocar un aumento en la secreción gástrica y una relajación en el esfínter que conecta el esófago con el estómago”. Esto puede ser problemático para quienes padecen reflujo gastroesofágico, ya que esta relajación facilita el paso de los ácidos estomacales al esófago, provocando esa molesta sensación de acidez o ardor.
Según la doctora Cobian, el café también puede aumentar el movimiento intestinal, lo cual puede ser beneficioso para quienes sufren de estreñimiento, pero resulta contraproducente en pacientes con diarrea o colon irritable, ya que puede agravar sus síntomas. Además, el consumo de café influye en la microbiota intestinal, aumentando bacterias beneficiosas como los bifidobacterios y los lactobacilos. “Se ha observado que el consumo moderado de café puede estimular estas bacterias, lo que beneficia la salud intestinal en general”, comenta la doctora.
Un consumo que aumenta con la edad
El consumo de café es habitual en gran parte de la población, especialmente entre las personas mayores. Julyssa Cobian menciona que “nueve de cada diez personas entre los 45 y 55 años consumen café regularmente, mientras que en personas menores de 35 años, tres de cada cuatro lo beben a diario”. Con la edad, el consumo de café tiende a aumentar de forma gradual, aunque para algunos la bebida puede ocasionar más molestias digestivas con el paso de los años.
Cómo consumir el café para minimizar sus efectos
Entonces, ¿cuál es la cantidad recomendada? La doctora Cobian sugiere un consumo de hasta 3 o 4 tazas al día, que equivalen a unos 300-400 mg de cafeína. No obstante, aclara que la tolerancia al café es muy variable, y cada persona debería ajustar el consumo en función de sus síntomas y su sensibilidad individual.
Para aquellos que padecen problemas digestivos, recomienda alternativas como reducir la cantidad diaria, optar por café descafeinado o agregar leche o bebidas vegetales, ya que pueden neutralizar la acidez del café. Incluso, algunas preparaciones frías tienden a ser mejor toleradas. “Para quienes no toleran la cafeína, existen cafés de cereales que simulan el sabor sin contener cafeína”, señala Cobian.
La celiaquía y el café: aspectos a considerar
Un tema menos conocido es la relación entre el café y la celiaquía. Aunque el café en su estado natural no contiene gluten, la doctora advierte sobre la importancia de revisar los ingredientes añadidos que puedan estar presentes en algunas presentaciones comerciales, ya que podrían contener gluten. La especialista explica que es importante diagnosticar la celiaquía a tiempo pues es fundamental que el etiquetado indique ‘sin gluten’ para evitar problemas de salud. Además de que la calidad de vida del paciente mejora y previene complicaciones en el futuro-“Una exposición continua al gluten puede causar daños graves en el intestino”, explica Cobian.
Además, la especialista señala que, para quienes son diagnosticados con celiaquía, es fundamental tomar medidas para evitar la contaminación cruzada y adoptar hábitos de cocina en casa. “Familiarizarse con nuevos ingredientes y preparar la comida en casa ayuda a controlar la enfermedad”, aconseja.
¿Es el café un amigo o un enemigo de la digestión?
El café no es ni completamente bueno ni completamente malo para la digestión; su impacto depende de la cantidad y de la sensibilidad de cada persona. Si bien puede ayudar a regular el tránsito intestinal y estimular bacterias beneficiosas en el intestino, también tiene efectos que pueden ser incómodos o problemáticos en personas con problemas digestivos específicos. En general, la clave está en consumirlo con moderación y hacer ajustes según los síntomas y las recomendaciones médicas.
Así, el café, una de las bebidas más queridas y consumidas en todo el mundo, no solo es un placer diario, sino que representa también un reto y una oportunidad para cuidar de nuestra salud digestiva.