Siempre se ha dicho que el desayuno es la comida más importante del día, y aunque eso no es tan categórico como lo pintan, si que es cierto que es muy útil en según que contextos. Pero realmente va a depender mucho de cada persona, ya que mientras que hay quienes si que necesitan estar bien alimentados desde por la mañana para tener energía, a otros muchos les cuesta mucho más que les entre nada al estómago nada más levantarse y prefieren esperar a más tarde. Al final, lo importante es el balance de calorías del final del día, no cuando se hayan ingerido, por lo que no afecta a la hora de perder o ganar peso el desayunar o no. Pero si se lleva a cabo, es mucho mejor hacerlo lo más saludable posible.
Y es que hay muchas formas de desayunar, por ejemplo, es muy típica la de los niños, de un vaso de leche con cereales o galletas, algo que muchos siguen haciendo con los años, pese a que seguramente no sea la mejor opción para hacer día a día. O la también muy habitual en la infancia tostada de mantequilla y mermelada, muy palatable eso sí, pero a nivel nutricional no es ni mucho menos la mejor idea. Por eso mismo, para saber elegir de forma correcta, vamos a ver algunas ideas de tostadas que son mucho más sanas y también están muy ricas.
Recetas de tostadas saludables para desayunar
Aguacate, salmón y huevo
Esta es sin duda una de las más típicas, ya que es la típica que vemos en instagram, pero claro, tiene un punto malo, que es relativamente cara. Pero para darse un capricho un día está muy bien. Para hacerla, debemos coger medio aguacate que esté maduro y aplastarlo junto a un poco de sal de tiempo; luego lo untamos sobre el pan y ponemos un chorrito de aceite de oliva y salmón ahumado, para rematar con un huevo poché o a la plancha que dará el toque umami.
Huevos revueltos y queso fresco
Esta es la típica de un desayuno de buffet libre de hotel. Para hacerla necesitamos un buen pan, a poder ser gordito y con buena miga, el cual tostaremos hasta que quede bien hecho. Luego pondremos la sartén a fuego bajo y romperemos dos huevos hasta que queden melosos, que será el momento de ponerlos en el pan; y nada más estén ahí, unos trozos de queso fresco, para sentir el contraste, tanto de sabores, como de temperaturas.
Jamón con tomate
Esta es la más típica, pero siguen estando buenísima. Para hacerla solo necesitamos, como su nombre indica, jamón y tomate. Y es que aquí es más importante el qué, que el como. Y es que cuanto mejor sean los productos más rico estará. Untaremos un poco de tomate sobre el pan y unas lonchas de jamón y a disfrutar.
Hummus con champiñones caramelizados
Esta es muy simple, pero se disfruta mucho. Para empezar, tenemos que poner en una sartén unas láminas de champiñón cortadas finas a fuego bajo y tener paciencia durante diez minutos, evitando que se peguen hasta que estén un poco caramelizados; después expandimos bien el hummus en el pan, para que justo cuando empiecen a cambiar de color los champiñones los sirvamos y comemos caliente.
Plátano y crema de cacahuete
No todo va a ser salado, porque también hay que dejar un hueco para el dulce, y en este caso no nos vamos a complicar mucho. Una buena rodaja de pan, crema de cacahuete al gusto y unas rodajas de plátano. También se pueden añadir unos trocitos de chocolate negro, pero eso sí, de un porcentaje alto, superior al 70%.