Daniel Sancho y la hibristofilia: el oscuro atractivo de los asesinos

A tan solo unas horas de conocer la sentencia de Daniel Sancho, vuelve a salir a la palestra la parafilia conocida como hibristofilia

Hibristofilia - Sociedad
Un montaje con Daniel Sancho, Charles Manson y Ted Bundy para ejemplificar la hibristofilia (Artículo14)

En los últimos años, la fascinación por criminales notorios ha tomado un giro inesperado. Las redes sociales y los medios de comunicación han dado voz a un fenómeno inquietante: el surgimiento de clubs de fans dedicados a asesinos. Este fenómeno, que en el caso de Daniel Sancho ha vuelto a cobrar notoriedad dada la cercanía de su sentencia, plantea interrogantes acerca de la hibristofilia. Se trata de una parafilia que describe la atracción hacia personas que han cometido crímenes. Y no, no es algo exclusivo de la era de las redes. La hibristofilia siempre se ha existido, desde antes de que se estudiase la psicología de los asesinos en serie.

¿Qué crimen cometió Daniel Sancho?

Daniel Sancho, hijo del conocido actor español Rodolfo Sancho, se convirtió en el centro de la atención mediática tras ser acusado del asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta en Tailandia. Según los informes, Sancho habría confesado el crimen, describiendo con frialdad los detalles de un acto que conmocionó tanto a la comunidad internacional como a sus allegados. Este caso no solo expuso la brutalidad del crimen, sino que también reveló la aparente normalidad con la que Sancho llevó una doble vida, presentándose ante el mundo como un joven exitoso y bien relacionado.

La naturaleza impactante del crimen y la figura pública de Daniel Sancho contribuyeron a la creación de un aura alrededor de su persona. De alguna forma, las televisiones, los medios de comunicación y las redes sociales construyeron un fenómeno peligroso a su alrededor. Un fenómeno de extraña fascinación, a la par que repulsión por el crimen cometido. Ahora que estamos a horas de conocer la sentencia —y podría enfrentarse incluso a la pena de muerte o cadena perpetua si se confirma que viajó hasta Tailandia solamente para cometer el crimen allí—, este fenómeno conocido como hibristofilia ha vuelto a llamar la atención de la gente. Y por eso merece la pena repasarlo.

¿Qué es la hibristofilia?

La hibristofilia es una parafilia que se caracteriza por la atracción sexual hacia individuos que han cometido actos violentos o criminales. Esta atracción va más allá de la simple curiosidad morbosa. Se trata de un deseo profundo y, a menudo, obsesivo, que puede llevar a quienes la padecen a buscar activamente relaciones con criminales. En el caso de Daniel Sancho, la hibristofilia se ha manifestado en la formación de clubs de fans y en el envío de mensajes de apoyo a través de redes sociales, donde sus seguidores idealizan su figura a pesar de los crímenes que se le imputan.

Daniel Sancho y la hibristofilia: la verdad tras las seguidoras del asesino

Daniel Sancho acompañado por la policía tailandesa tras su detención | EFE

Como hemos dicho, la hibristofilia no es un fenómeno nuevo. Sin embargo, la globalización, la hiperconectividad de las redes sociales y la consolidación de las NTIC han amplificado su visibilidad y alcance. Básicamente, permiten que más personas compartan y refuercen estos sentimientos.

¿Qué es el ‘efecto halo’ y cómo funciona?

El ‘efecto halo‘ es un sesgo cognitivo en el que la percepción positiva de una característica de una persona influye en la percepción de otras características, incluso si no están relacionadas. En el contexto de los criminales como Daniel Sancho, este efecto se manifiesta cuando las cualidades físicas o sociales atractivas de un individuo hacen que otros minimicen o justifiquen sus actos criminales.

En el caso de Sancho, su apariencia física y su perfil como hijo de una celebridad han contribuido a que algunos lo perciban como menos culpable o más comprensible. Todo ello, a pesar de la gravedad de sus actos. Este sesgo puede llevar a una peligrosa romantización de figuras que deberían ser vistas de manera crítica y objetiva, especialmente cuando sus acciones han causado un daño irreparable.

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