La dispareunia es una dolencia mucho más frecuente de lo que se pueda imaginar. Según un estudio, el 61% de las mujeres experimentan dolor al tener relaciones sexuales a lo largo de su vida. Además, para muchas personas resulta algo frustrante, ya que pretenden tener un momento de satisfacción junto a su pareja que se ve imposibilitado debido al dolor. Es decir, esta dolencia acarrea efectos más allá de la salud física, pues puede perjudicar también a la salud mental y la tranquilidad de la persona, así como a su calidad de vida.
A nivel demográfico, es una dolencia que suele darse en mujeres peri y post menopáusicas, o las que han tenido que ser operadas del suelo pélvico o han dado a luz recientemente. Otros factores como la depresión y la ansiedad, o un historial de abuso sexual pueden desembocar en dispareunia. El síndrome del intestino irritable, la fibromialgia y los trastornos musculoesqueléticos pueden favorecer esta dolencia.
Es más frecuente en mujeres debido a circunstancias como su anatomía o procesos biológicos; pero en realidad esta dolencia puede darse también en los hombres, provocado por problemas urológicos o por la propia anatomía de la persona.
¿Qué puede causar la dispareunia en las mujeres?
La dispareunia en las mujeres se puede clasificar como superficial o introital (en el inicio de la penetración) o profunda (con la penetración intensa). Las causas son muy variadas, y aunque puede deberse a factores anatómicos o procesos biológicos, en realidad es diferente en cada persona.
Sin embargo, lubricación inadecuada, disfunciones del suelo pélvico, atrofia vaginal y vaginitis pueden generar esta situación. Condiciones como el fallo ovárico prematuro, la menopausia, los tumores pituitarios, la diabetes o la quimioterapia pueden favorecer esta dolencia. Es común en las mujeres en situación de postparto ya que se da una mayor sequedad vaginal al verse reducidos los estrógenos durante el periodo de lactancia. Alrededor del 40% de las mujeres indican sufrir dolor durante el sexo en los tres meses siguientes al parto.
Causas específicas
Algunas de las causas más específica podrían ser las enfermedades dermatológicas en la zona, como el liquen escleroso. Esta es una enfermedad inflamatoria de la piel que afecta predominantemente a la zona anogenital, más frecuente en mujeres, pero también presente en hombres.
El vaginismo es otra posible causa que se da cuando la mujer experimenta miedo y ansiedad en el momento de la penetración. En cuanto a la vulvodinia, se trata de un dolor y malestar prolongado en la zona de la vulva, pero no provocado por el sistema nervioso.
En el caso de la dispareunia profunda, una de las posibles causas es la endometriosis. Esta consiste en el crecimiento ectópico del tejido endometrial, lo que afecta aproximadamente al 10% de las mujeres en edad fértil, mostrando la mitad de ellas síntomas de dispareunia.
¿Cómo identificar la dispareunia?
En caso de no poder realizar relaciones sexuales y que estas resulten placenteras debido al dolor. Lo más recomendable es acudir al ginecólogo para que le ofrezca a la paciente o al paciente las causas de su dolencia.
En consulta, el médico le preguntará a la persona dónde y cuándo siente dolor exactamente; en caso de haber dado a luz, se le preguntará cómo era el sexo para ella antes del parto. Por otro lado, para descartar causas físicas, se realizará un examen abdominal y vaginal.
Otros factores como la falta de exitación o la presencia de ansiedad y depresión pueden ser posibles motivos por los que esté presente la dolencia.
¿Cómo se da la dispareunia en los hombres?
No solo las mujeres sufren esta dolencia, también los hombres pueden sentirla debido a diversos motivos. Uno de ellos puede ser el liquen escleroso, que afecta tanto a hombres como mujeres. Ellos también pueden presentar molestias durante las relaciones sexuales.
Otras posibles causas son el frenillo corto, la enfermedad de Peyronie -la cual consiste en la formación de una masa fibrótica en la túnica albugínea del pene-, fimosis o infecciones genito-urinarias. También puede haber implicados traumas psicológicos o la influencia de ciertos medicamentos que dificulten las relaciones placenteras.
¿Cómo tratar esta dolencia?
En función del diagnóstico, la dolencia se tratará de una manera u otra. En caso de tratarse de vaginismo, lo mejor es realizar terapia de sensibilización para aprender ejercicios de relajación vaginal. El asesoramiento o la terapia sexual de pareja es otro elemento clave en esta situación, la comunicación se convierte en algo esencia.
Usar lubricantes, probar diferentes posiciones y mantenerse relajados son elementos clave. Otro tratamiento efectivo es la realización de ejercicios para fortalecer el suelo pélvico, algo que te ayudará a mejorar tu salud en general.