Medir el ejercicio físico en mujeres es un tema crucial en la promoción de la salud y el bienestar. Un estudio reciente ha puesto en cuestión las directrices actuales de actividad física en los Estados Unidos, que recomiendan un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física de moderada a vigorosa (MVPA) para mantener una buena salud.
Sin embargo, la falta de una recomendación basada en la cantidad de pasos diarios sugiere que aún existen lagunas significativas en nuestra comprensión de cómo medir el ejercicio físico en mujeres. Al menos, de una forma efectiva. De una manera que merezca la pena y no revele datos sesgados.
¿Es bueno medir el ejercicio física en mujeres en términos de minutos?
El estudio, que analizó los patrones de actividad física en una muestra representativa de mujeres de diversas edades (casi 15.000 mujeres), encontró que medir el ejercicio exclusivamente en términos de minutos puede no ser el enfoque más adecuado. Las directrices actuales, aunque tienen una buena intención, no tienen en cuenta las variaciones en la intensidad y el tipo de actividad física que las mujeres realizan a diario. Esto es especialmente relevante dado que muchas mujeres pueden alcanzar niveles óptimos de salud a través de actividades que no se consideran MVPA. Pero que, sin embargo, contribuyen de manera significativa a su bienestar general.
Una de las conclusiones clave del estudio es que la medición de los pasos diarios puede ofrecer una visión más holística y precisa de la actividad física en mujeres. Los investigadores encontraron que un enfoque basado en los pasos permite capturar una gama más amplia de movimientos, desde caminatas ligeras hasta actividades más intensas, proporcionando una imagen más completa del nivel de actividad física de una persona. Además, este método es más accesible y comprensible para la mayoría de las mujeres, quienes pueden encontrar más fácil y motivador contar pasos que medir minutos de actividad física.
El objetivo de los pasos diarios, clave en la lucha contra el tiempo
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El estudio sugiere que un objetivo de pasos diarios puede ser una meta efectiva para muchas mujeres. Se alinea con recomendaciones informales que ya son populares en muchos programas de bienestar. No obstante, los investigadores también señalaron que este objetivo puede necesitar ajustes según la edad, el estado de salud y el nivel de condición física de cada individuo.
Otro hallazgo interesante del estudio es la relevancia de la intensidad y la distribución de la actividad física a lo largo del día. No se trata solo de alcanzar un número determinado de pasos, sino de asegurarse de que estos pasos incluyan períodos de actividad moderada a vigorosa. Integrar breves (pero frecuentes) episodios de actividad más intensa puede tener beneficios significativos para la salud cardiovascular y metabólica. Incluso si la duración total de estos episodios es relativamente corta.
Además, la investigación subraya la importancia de considerar las barreras específicas que enfrentan las mujeres al intentar cumplir con las directrices de actividad física. Factores como las responsabilidades familiares, las limitaciones de tiempo y el acceso a instalaciones seguras para el ejercicio pueden influir en la capacidad de las mujeres para mantenerse activas. En este sentido, la medición de los pasos diarios ofrece una mayor flexibilidad. Permite a las mujeres incorporar la actividad física en sus rutinas diarias de manera más natural y sostenible.