El colesterol es uno de los valores en los que más nos fijamos a la hora de realizarnos un análisis de sangre, ya que es uno de los que más ‘fama’ tienen, por los anuncios de televisión de productos para controlarlo, así por las diferentes atribuciones que se le dan en nuestro día a día y a nivel médico. Pero debemos estar concienciados, tanto para tener claro como tenerlo controlado, y para conocerlo. Porque hay dos tipos, el colesterol bueno y el colesterol malo.
Pero eso sí, no todo el colesterol bueno es saludable, así como tampoco debemos alarmarnos en exceso si nos detectan colesterol malo por encima de los niveles recomendados. Por ello es bueno conocer las diferencias entre el colesterol bueno y malo, así como saber diferentes formas de tener ambos en los niveles correctos y saludables.
Diferencias entre colesterol bueno y colesterol malo
Normalmente asociamos el colesterol a algo negativo, pero no siempre es así. Porque aunque tener el colesterol no HDL alto supone un riesgo probado para la salud, no debemos olvidar que el colesterol en sí mismo tiene numerosas atribuciones positivas para nuestro organismo. Por ejemplo:
- En la formación de las células de nuestros órganos.
- Como precursor en la síntesis de hormonas sexuales.
- En la creación de cortisol.
- En la producción de vitamina D y sales biliares.
- En la digestión de las grasas.
Por lo tanto, cuando hablamos de colesterol bueno y colesterol malo, debemos saber que ambos cumplen funciones esenciales para nuestro organismo y que lo realmente perjudicial, en cualquier caso, será tener unos niveles de colesterol bueno y malo fuera de lo recomendable en términos de salud. Pero para entender bien esto es vital profundizar bien en ambos.
¿Cuál es el colesterol bueno y cuál el colesterol malo?
Existen dos tipos de colesterol: el bueno y el malo. Sin embargo, pero esto de forma genérica y ‘coloquial’, porque sus nombres científicos y sus funciones naturales son aspectos que suelen generar confusión.
- Está por un lado el colesterol HDL, conocido como colesterol bueno, es el que transporta el exceso de colesterol al hígado para que sea metabolizado y destruido.
- Y por el otro el colesterol no HDL o colesterol LDL, conocido como colesterol malo, es el que acaba depositado en la pared de las arterias y forma placas, obstrucciones y otros problemas.
¿Cuáles son los niveles normales de colesterol?
Estos son los niveles de colesterol bueno y malo a tener en cuenta en términos de salud:
- Colesterol total, sumando el bueno y el malo: menos de 200 mg/dl. Por encima de 240 mg/dl, el riesgo de sufrir un infarto se duplica.
- Colesterol HDL o colesterol bueno: superior a 35 mg/dl en el hombre y a 40 mg/dl en la mujer.
- Colesterol LDL o colesterol malo: se considera normal si está por debajo de 116mg/dl y normal-alto de 116 a 130 mg/dl; en caso de asociarse más factores de riesgo cardiovascular se debe mantener por debajo de 100 y en caso de haber sufrido algún evento cardiovascular por debajo de 55.
Cómo mantener buenos niveles de colesterol malo (LDL) y colesterol bueno (HDL)
Lo más importante para tener unos buenos niveles de colesterol bueno y malo es mantener un estilo de vida saludable. Para ello, todos los expertos coinciden en seguir una rutina de buenos hábitos que podrían resumirse en la siguiente lista de recomendaciones y consejos para controlar el colesterol:
- Aumentar el consumo de verduras, hortalizas, frutas, legumbres, frutos secos, semillas, cereales integrales y aceite de oliva como grasa saludable.
- Consumir pescado azul al menos 3 veces por semana: salmón, sardina, trucha, caballa, jurel, anguila, arenque y atún.
- Conservar un peso saludable, ya que la obesidad incrementa el riesgo de sufrir desarreglos hormonales y descontrol en el metabolismo de los lípidos. Porque sí, como está quedando claro, la alimentación es la gran clave para mantener a raya el colesterol.
- Suprimir o reducir al máximo el consumo de grasas saturadas: bollería industrial, precocinados, congelados…
- Optar siempre por productos lácteos que sean desnatados.
- Evitar o limitar todo lo posible el consumo de alcohol, ya que eleva los niveles de colesterol en sangre. También el consumo de tabaco.
- Realizar ejercicio de manera regular.