La ciencia ha sido capaz de conseguir que la piel no sea un problema para ver lo que hay dentro del cuerpo. Un equipo de investigadores ha conseguido crear un líquido que vuelve a esta completamente transparente de manera segura y reversible. Lo han hecho utilizando un colorante alimentario muy común. De momento, solo se ha podido probar en un ratón de laboratorio, pero se espera probar la técnica en humanos próximamente.
Este equipo de investigadores ha usado una aproximación teórica a la escrita por el británico H. G. Wells hace un siglo, en la cual explicaba la posibilidad de cambiar el índice de refracción del cuerpo de una persona para hacerla invisible. Adoptando ciertas aproximaciones, se ha conseguido resultados similares a los descritos por Wells sobre la piel de un ratón.
Una mezcla de agua y el colorante tartrazina
El equipo liderado por Zihao Ou, de la Universidad de Texas, ha conseguido este hito con una mezcla de agua y un colorante alimentario amarillo muy común llamado tartrazina. “Para aquellos que entienden la física fundamental detrás de esto, tiene sentido; pero si no estás familiarizado con ello, parece un truco de magia”, confiesa Ou.
Solución que permite hacer transparente la piel y que se ha probado tan solo en ratones. | Universidad de Texas en Dallas.
Se trata de un líquido capaz de conseguir que luz se disperse mucho menos en la piel y pase a través de ella, lo que permite ver lo que hay debajo. Para ello, debe penetrar en los tejidos y modificar el índice de refracción de las células.
“Combinamos el tinte amarillo, que es una molécula que absorbe la mayor parte de la luz, especialmente la luz azul y ultravioleta, con la piel, que es un medio de dispersión (…) Individualmente, estas dos cosas impiden que la mayor parte de la luz las atraviese. Pero cuando las combinamos, pudimos lograr la transparencia de la piel del ratón”, explica el líder de la investigación.
Conseguir que la luz viaje sin obstáculos
Ese era el principal objetivo de la investigación: evitar que la luz viaje sin obstáculos y conseguir la transparencia en la piel. Antes de conseguirlo, los investigadores descubrieron que los colorantes podían ser capaces de dirigir la luz de manera uniforme a través de una amplia gama de índices de refracción.
El colorante más efectivo terminó siendo la tartrazina o Amarillo 5, un elemento que se usa en caramelos, bebidas alcohólicas e incluso para dar color a la paella. Finalmente pudieron comprobar que al disolver el colorante en agua y ser absorbido por los tejidos, las moléculas de tartrazina coinciden con los índices de refracción y evitan que la luz viaje sin obstáculos, lo que da lugar a la transparencia.
Tartrazina, el colorante que se alinéa con las células y permite que la piel no sea un obstáculo para ver el interior del organismo. | National Science Foundation.
Su aplicación en humanos
“Los equipos ópticos, como el microscopio, no se utilizan directamente para estudiar a seres humanos o animales vivos porque la luz no puede atravesar el tejido vivo”, subraya Ou. “Pero ahora que podemos hacer que el tejido sea transparente, nos permitirá observar dinámicas más detalladas. Revolucionará por completo la investigación óptica existente en biología”, explica el científico responsable de la investigación.
Se piensa además, que se podría llegar a tener visiones incluso aún más profundas del organismo. Lo que se traduciría en un grandísimo avance tanto para la ciencia de la biología como para la medicina.
Los investigadores pretenden probar la técnica en humanos, cuya piel es aproximadamente diez veces más gruesa que la de un ratón. No está claro qué dosis de tinte o método de administración sería necesario. Posiblemente mayor que la empleada en los ratones. Este avance supondría la posibilidad de ser aplicado en diagnósticos médicos. Permitiría desde la localización de lesiones hasta el control de trastornos digestivos o la identificación de cánceres.