El asma infantil es una de las enfermedades crónicas más comunes que afectan a los niños. Su manejo adecuado es crucial para minimizar el impacto en la calidad de vida de los pequeños y permitirles llevar una vida activa y saludable. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019 cerca de 262 millones de personas estaban diagnosticadas con asma. Pero esta puede ser controlada de diferentes formas.
Esta guía aborda cómo comienza el asma en los niños, su diagnóstico, los síntomas, cómo actuar ante una crisis asmática y qué se puede esperar en la vida adulta.
¿Cómo empieza un niño con asma?
Según la doctora Lilian Herrera Velasco, coordinadora de la Unidad de Neumología y Alergia Pediátrica del Hospital Universitari General de Catalunya, el asma puede manifestarse desde una edad muy temprana, incluso en los primeros años de vida. “A partir de que un lactante presenta varias bronquitis se considera la posibilidad de que posteriormente presente asma”, explica la doctora.
En muchos casos, los primeros síntomas de asma pueden confundirse con resfriados comunes, ya que se presentan con tos persistente o recurrente. Es importante observar si estos síntomas se repiten a lo largo del tiempo, especialmente si están asociados con sibilancias (ruidos sibilantes al respirar) o con auscultación de secreciones persistentes en el pecho, lo cual puede ser un signo de que se está desarrollando asma.
El diagnóstico del asma en los niños
El diagnóstico de asma en niños puede ser un desafío debido a la variabilidad de los síntomas y su similitud con otras afecciones respiratorias. “Los pediatras deben valorar los síntomas y la auscultación del niño, ver si notan los ruidos de mucosidad o sibilancias en los bronquios, ya que en los catarros no hay afectación bronquial persistente”, agrega la doctora Herrera Velasco.
Síntomas del asma en los niños
El asma infantil se manifiesta de varias formas, y los síntomas pueden variar según la edad del niño. Los más comunes incluyen tos persistente, sibilancias, dificultad respiratoria, tos al hacer esfuerzo y fatiga.
En bebés, los síntomas pueden incluir catarros de repetición o tos crónica que no mejora con los tratamientos habituales. La identificación temprana de estos signos es crucial para iniciar el tratamiento adecuado y prevenir complicaciones.
Cómo se debe actuar ante una crisis asmática en niños
Una crisis asmática es una exacerbación aguda de los síntomas de asma que requiere atención inmediata. “Se tiene que valorar si hay dificultad para respirar, en algunos casos hay niños que ya tienen tratamiento de la crisis indicado por su médico, se utilizan broncodilatadores para contrarrestar la dificultad respiratoria. Si está usando la medicación indicada y los síntomas persisten, deben acudir a urgencias para su valoración y posterior tratamiento Si la crisis se inicia en el ámbito escolar, es importante la colaboración del personal del colegio para reconocer síntomas y ayudarles a iniciar su tratamiento de emergencia”, indica la doctora.
¿Se acentuará el asma cuando sea adulto?
La evolución del asma desde la infancia hasta la adultez puede variar. Según la doctora Herrera, los niños que reciben un tratamiento adecuado y tienen un buen control del asma pueden no desarrollar formas graves de la enfermedad en la edad adulta. Sin embargo, aquellos que tienen un mal control de los síntomas durante la infancia corren el riesgo de sufrir un asma más severo en el futuro.
El manejo efectivo del asma implica una estrecha colaboración entre el niño, los padres y el equipo médico. Es fundamental mantener un seguimiento regular, ajustar los tratamientos según sea necesario y educar al niño sobre su condición y el uso de los medicamentos. Con un buen control, la mayoría de los niños con asma pueden llevar vidas activas y normales sin que la enfermedad limite sus actividades diarias.
El asma infantil es una enfermedad que puede ser gestionada con éxito a través de un diagnóstico temprano, un tratamiento adecuado y una buena educación sobre la condición. Los padres y cuidadores deben estar atentos a los síntomas y trabajar en estrecha colaboración con los profesionales de la salud para garantizar que los niños con asma reciban el mejor cuidado posible.