Puigdemont traslada a Zapatero que Sánchez está “muerto” por la corrupción

El expresidente acompañó a Santos Cerdán en la última reunión con el prófugo en Suiza. El catalán quiere que Sánchez afronte una cuestión de confianza y envía mensajes al PP para una moción de censura

Carles Puigdemont vive un momento dulce. El líder de Junts sabe que sus siete diputados en el Congreso son ahora, más que nunca, quienes pueden marcar el futuro de Pedro Sánchez. El informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) sobre el caso Koldo ha servido para apuntalar la idea del prófugo de que el presidente del Gobierno es un “cadáver político”.

El fin de semana del 21 de septiembre, José Luis Rodríguez Zapatero viajó junto al secretario de Organización, Santos Cerdán, a Suiza para reunirse con Puigdemont. La idea era retomar las conversaciones de cara a la negociación de los Presupuestos. Como ya adelantó Artículo14, el encuentro fue tenso por las malas relaciones con el número tres del PSOE al que el líder de Junts rechaza como interlocutor.

En la falta de empatía se justifica que el expresidente del Gobierno formase parte de la delegación socialista que pretendía acercar posturas con Puigdemont. Zapatero es la persona de confianza del prófugo. “Es del único que se fía” apuntan desde su entorno más cercano, no sin insistir en que el “desprecio” por Sánchez se acrecienta día a día.

“Sabemos lo de Elvas”

Más allá de lo personal, Puigdemont hizo llegar al expresidente socialista su “preocupación” por la investigación al hermano de Sánchez. “Sabemos lo de Elvas”, trasladó en referencia a la población portuguesa donde David Sánchez Pérez-Castejón tiene su residencia fiscal desde 2022 y es propietario desde el pasado año de un palacete.

El hermano del presidente está siendo investigado por un presunto delito continuado contra la Hacienda Pública y la Seguridad social, malversación, tráfico de influencias y prevaricación, tras admitirse a trámite la denuncia de Manos Limpias a raíz de la contratación de David Sánchez Pérez-Castejón por parte de la Diputación de Badajoz en junio de 2017.

Se da la circunstancia de que en Elvas registró cuatro empresas pantalla el comisionista de la trama Koldo, Víctor de Aldama, en prisión desde la semana pasada por el fraude de los hidrocarburos. Las sociedades se crearon poco después de que el hermano del presidente comenzase a vivir en la localidad portuguesa.

Puigdemont está convencido, por supuestas informaciones que maneja, de que el presidente no podrá resistir ante los escándalos de corrupción que le cercan y de ahí que haya elevado sus exigencias para votar con el PSOE en el Congreso.

Su postura es de máximos. Desde pedir que Sánchez acuda a verle a insistir en que el presidente se someta a una cuestión de confianza para “revalidar” el apoyo de los socios de investidura.

La cuestión de confianza es una de las cartas que Puigdemont seguirá jugando, más aún tras conocerse parte del sumario del “caso Koldo”. Tensará al máximo la cuerda con el PSOE de cara a una posible aprobación del techo de gasto. El plan pasa por ir suministrando oxígeno parlamentario a Sánchez con cuentagotas desde el convencimiento de que “no sobrevivirá”.

Puigdemont ha llegado a plantear incluso el escenario de que el PSOE busque un relevo a Sánchez en su convencimiento de que tendrá que dejar el cargo. Queda por ver si es más un deseo del líder de Junts que una realidad.

El mensaje al PP

En paralelo, el catalán hace llegar a Alberto Núñez Feijóo que estaría dispuesto ha facilitar una moción de censura. Ya tiene la suma hecha. Para tumbar los 178 escaños de la mayoría de investidura, el PP tendría que atraerse a Coalición Canaria para junto con Vox y UPN sumar 172 escaños. Si los siete diputados de Junts se abstienen, Sánchez perdería la votación por un voto.

En Vox estarían dispuestos a apoyar una moción de censura del PP para convocar elecciones aunque fuese de la mano de Junts y PNV si es para convocar elecciones generales. ¿Es posible que Feijóo la presente? En estos momentos desde Génova enfrían esta opción porque, aseguran, no darán a Puigdemont ahora lo que le negaron hace un año. Lo único cierto es que todo pasa por Waterloo.