Legislatura en el aire

Vértigo en el Congreso: Sánchez, en manos de Puigdemont y ahora también de Feijóo

Tres decretos serán sometidos a debate en el pleno de este miércoles, y uno el Gobierno lo da directamente por perdido

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. EFE/ Borja Sanchez-Trillo

El Gobierno acabó el año salvando los muebles con el apoyo de Junts, y lo ha empezado evitando el enfrentamiento directo, pero este miércoles volverá a quedar a expensas de los siete votos del partido de Carles Puigdemont. La novedad, en esta ocasión, es que también estará en manos del PP, que ya ha comprometido su apoyo a la norma que persigue “la mejora de la compatibilidad de la pensión de jubilación”.

Salvo giro de guion, la mayoría de investidura se romperá en dos de las tres votaciones, y una de las normas no será convalidada. El pleno extraordinario, el primero del año, servirá para medir el estado de las relaciones entre el Ejecutivo y sus socios. Llegaron a finales de 2024 entre advertencias al PSOE por su forma de operar, con negociaciones de última hora y sin la “ambición” suficiente, en palabras de los partidos a su izquierda.

Y en 2025 Pedro Sánchez estrena el año parlamentario con tres reales decretos leyes aprobados en Consejo de Ministros en diciembre, y sometidos a convalidación este miércoles. Su viabilidad es posible, en el primero de los casos, por el apoyo del partido de Alberto Núñez Feijóo, con las pensiones.

Depende de Junts, salvo que el PP también decida ayudar a salvar esta bala, en lo que toca al decreto ómnibus (prórroga de ayudas al transporte, frente a la destrucción de la Dana o de extensión de la prohibición de desahucios a personas vulnerables).

El tercero, que debería servir para asentar la extensión del gravamen a las empresas energéticas durante un año más, se da por perdido desde diciembre. Nada hace pensar que el Ejecutivo pueda evitar que la votación del miércoles confirme su defunción, después de semanas de reproches y silencios.

De hecho, fuentes de Podemos sostienen que no ha habido nuevas conversaciones para buscar alternativas a su descarrilamiento. Desde Hacienda sostienen que siempre hay contactos, pero asumen que no hay opciones de mantener este tributo.

El Gobierno decidió buscar una fórmula contradictoria, que pasaba por vender una solución intermedia entre los intereses de sus socios de izquierdas y de derechas, PNV y Junts, por un lado, y ERC, Bildu, Podemos y BNG, por otro.

Se espera un pleno agrio, toda vez que los ataques mutuos a cuenta de este gravamen han alcanzado altos niveles de decibelios. El rechazo de PNV y Junts lo hace inviable, y Podemos aspira a utilizarlo para marcar posición propia.

El lunes, la coportavoz del partido, María Teresa Pérez, ya advirtió de que ni siquiera se sentará a negociar los Presupuestos Generales del Estado para 2025, que el Gobierno ve complicarse por momentos, si previamente no logran “el cumplimiento de los acuerdos”.  “En un mes no ha movido un dedo para que haya impuesto a las energéticas”; “Nos equivocamos, el cachorrito de Repsol no es Aitor Esteban, sino Pedro Sánchez”, apostilló.

Su partido, junto con ERC, Bildu y BNG, impiden reeditar el bloque de la mayoría con la votación del decreto sobre pensiones, por considerar que instaurará una “prolongación encubierta de la edad de jubilación”, hoy fijada en 67 años. Sumar prevé apoyarlo, como sugirió el lunes el ministro de Cultura y portavoz del partido de Yolanda Díaz, Ernest Urtasun.

La razón es que el decreto aterriza en el BOE un acuerdo alcanzado en el marco del diálogo social, que siempre aspiran a respetar. En un contexto en el que pelean por diferenciarse del PSOE, no es de su agrado tener que votar con los dos grandes partidos, y menos junto al PP, pero en principio el grupo parlamentario ratificará esta decisión antes del miércoles.

La incógnita está hoy en lo que ocurrirá con el decreto ‘ómnibus’, que requiere de los votos del PP o de Junts para contar con más síes que noes. Llega a la Cámara Baja apenas cinco días después de que Puigdemont anunciara la suspensión de las negociaciones con el PSOE. Las conversaciones están siendo “difíciles”, según fuentes del Gobierno, y todo apunta a que se mantendrán abiertas hasta poco antes de que se vote.

Mientras el partido de Pedro Sánchez y el líder de Junts preparan una nueva reunión en Suiza -exigida por los independentistas-, para celebrarla esta misma semana. Después de que PSOE y Sumar dieran patada hacia adelante en la Mesa del Congreso, y evitaran posicionarse sobre la iniciativa de Junts que presiona a Sánchez para que presente una cuestión de confianza, los puentes no están rotos, pero sí deteriorados.

La votación del suplicatorio de Ábalos, ‘a oscuras’

Por otro lado, está previsto que además del pleno se celebre una reunión de la diputación permanente, que abordará las peticiones de comparecencia del PP a varios ministros. Y que el hemiciclo aborde la votación del suplicatorio de José Luis Ábalos. 

El pleno facultará el miércoles al Tribunal Supremo para investigar al exministro y exnúmero tres del PSOE por su rol en el caso Koldo, y lo hará en un Congreso sin presencia de informadores ni streaming. Sólo para este punto del día, la Cámara de Baja dejará de emitir imágenes, y no habrá vídeo de la votación del suplicatorio de Ábalos. Más allá de esta casuística, el Congreso aguarda al Gobierno como lo despidió en 2024; haciéndole sudar cada votación. 

Y, mientras el presidente se vende como dique de contención frente a la “tecnocasta“, coincidiendo con la toma de posesión de Donald Trump como presidente de EEUU, sus socios a la izquierda le exigen medidas mucho más contundentes.