LOS DATOS

Una tendencia al alza: las mujeres quieren reforzar la seguridad militar

El único grupo de ciudadanas que mantiene la opinión de que el gasto militar es excesivo es el de las menores de 30 años

Varias militares, en una imagen de archivo Efe

Las exigencias de Donald Trump y de la OTAN dirigidas a España (y al conjunto de los aliados) para incrementar a la mayor brevedad el gasto militar cogen al Gobierno de Pedro Sánchez, en realidad, en un buen momento en términos sociológicos.

Aunque las tensiones internas entre PSOE y Sumar respecto a un aumento del gasto en Defensa serían automáticas, la realidad demoscópica muestra que atravesamos un deseo de estabilidad debido a los recientes tiempos convulsos y este deseo enlaza con el de la demanda de una política de seguridad más contundente al que también se apuntan las mujeres (históricamente más reacias a la inversión militar).

Para comprender esta aspiración de estabilidad no solo hay que observar los conflictos bélicos en Ucrania y en Oriente Medio, a 4.000 y 5.000 kilómetros de territorio español. En realidad, hay que rebobinar hasta 2021, hasta la salida de la pandemia. Por entonces, existían ciertas sospechas de que el mundo se dirigía hacia unos Felices 20 después de muchos meses de restricciones. Abundaba el pronóstico de que la sociedad iba a desatarse después de un confinamiento duro, semiduro y semisuave. Pero ocurrió lo contrario.

El giro pragmático

Después de una crisis sanitaria nunca vista, la incertidumbre se instaló en la sociedad y la prudencia se convirtió en moda. No hubo una era del descontrol y el despilfarro, sino que el sentir mayoritario pasó a ser que no hay nada garantizado en un mundo cambiante ni tampoco hay prosperidad a salvo. “Se produjo un giro pragmático”, concluye el analista Andrés Medina.

“Por primera vez en muchos años, hay una mayoría que responde que el gasto en Defensa es inferior al necesario. La proporción entre quienes opinan que hay gastar más y hay que gastar menos es prácticamente de 1:1, pero ahora hay una ligera mayoría favorable a incrementar el presupuesto militar. Nunca había ocurrido hasta ahora”, describe el propio Medina.

El cambio de tendencia se ha producido en todos los segmentos analizables: por ideología, por edad y por sexo. “El único grupo de mujeres que mantiene la opinión de que el gasto militar es excesivo es el de las menores de 30 años; el resto se ha dirigido a la otra posición porque cada vez observa como más prudente el despliegue militar en el sentido de favorecer la estabilidad. El bloque de la izquierda, por su parte, ha ido matizando su opinión en este tema”, explica Medina.

Los trucos con las cuentas

Y en este contexto postpandémico y bélico en territorio europeo, el gasto militar comenzó a dispararse en España, aunque el Gobierno de coalición lo hizo tratando de resolver sus contradicciones internas, entre dos socios con opiniones enfrentadas.

Producto de ellas, el gasto público real en Defensa suele ser muy superior al presupuestado inicialmente (con incrementos en los dos últimos años que oscilan entre el 20% y el 30% por encima de lo previsto). En 2023, el Gobierno adjudicó 12.825 millones a gasto militar y al final los desembolsos rondaron los 15.000 millones.

El truco siempre es parecido. El Gobierno recurre a créditos extraordinarios, al Fondo de Contingencia (diseñado para afrontar emergencias) o a créditos del Ministerio de Industria. De igual manera, se aprueban ayudas a las industrias militares para producir armas, que salen del Ministerio de Industria. Y, así, el presupuesto de Defensa permanece inalterable y los equilibrios de la coalición se mantienen.