Relación con Junts

Puigdemont impuso el “no” en todas las votaciones tras una fuerte discusión con Zapatero

El expresidente del Gobierno afeó al prófugo su "chantaje permanente" al PSOE y le advirtió de que no habrá la cuestión de confianza que exige y de que la amnistía sigue pendiente del Constitucional

Hasta el último momento esperaban el martes en el PSOE una llamada de Carles Puigdemont que salvase a Pedro Sánchez de su peor derrota parlamentaria. Los antecedentes daban margen para ser optimistas. No sería la primera vez que el prófugo había salvado al presidente in extremis. Lo había hecho hace un año en la votación de otro decreto ómnibus tras una negociación exprés entre Santos Cerdán, Félix Bolaños y la portavoz Miriam Nogueras a pie de escaño.

Esta vez no hubo margen. La decisión de Puigdemont estaba tomada hacía varios días tras una dura conversación con José Luis Rodríguez Zapatero, según han desvelado fuentes cercanas al catalán a Artículo14. El expresidente del Gobierno, en su calidad de “mediador” entre La Moncloa y Waterloo, emplazó al catalán a abandonar su exigencia de que el Congreso votase su propuesta de que Sánchez se sometiese a una cuestión de confianza. Le dejó claro que no había ningún margen.

El presidente de Junts, Carles Puigdemont, y el presidente de ERC, Oriol Junqueras, junto a los secretarios generales de Junts, Jordi Turull, y de ERC, Elisenda Alamany

Puigdemont, según las citadas fuentes, instó en que se sentía engañado por el Sánchez y le recordó a Zapatero que no se habían cumplido acuerdos de investidura “básicos” como la oficialidad del catalán en la Unión Europea, y más recientemente, el compromiso de transferir a la Generalitat catalana las competencias en inmigración que permitirían a los Mossos de Esquadra controlar la frontera de Cataluña.

Lejos de intentar “conciliar” como en otras ocasiones, Zapatero elevó el tono -según trasladó a su equipo el propio Puigdemont- y le recordó que su “futuro” pasaba por volver al redil de la mayoría de investidura en el Congreso. Entre reproches de uno hacia el otro el exmandatario socialista puso sobre la mesa que los socialistas habían sido los artífices de “su” amnistía y que ésta seguía pendiente de la luz verde del Tribunal Constitucional.

Los reproches de Zapatero

Llegó incluso a recriminarle Zapatero a Puigdemont su “juego” con el PP y el hecho de “alimentar” una moción de censura con el partido de Alberto Núñez Feijóo. La conversación acabó de forma abrupta. El prófugo daba por rota también su relación con quién hasta ese momento había sido su hombre de confianza en la difícil relación con el PSOE. Sin la intervención de Zapatero, Sánchez nunca hubiera sido presidente.

Él fue quien hizo virar en noviembre de 2023 a Puigdemont de aquel público “no investiré a Pedro Sánchez” a ser la pieza clave para aquella “mayoría progresista” que el presidente del Gobierno jaleó desde Ferraz ya en la noche electoral del 23 de julio.

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero

Último intento de Santos Cerdán

Tras esta bronca entre Zapatero y Puigdemont, los socialistas intentaron acercar posturas sabedoras del desgaste que supondría la derrota parlamentaria del martes. El pasado fin de semana Santos Cerdán se reunía con Puigdemont para intentar rebajar la tensión. Le pidió que los siete diputados de Junts en el Congreso apoyasen el decreto ómnibus en el que iban la revalorización de las pensiones y las ayudas al transporte. No hubo margen. El catalán está instalado en el no es no.

Pedro Sánchez clausura la XV edición del foro internacional ‘Spain Investors Day’

El secretario de Organización del PSOE insistió en que el presidente del Gobierno estaba dispuesto a reunirse en Suiza con Puigdemont y hacerse la fotografía que venía demandando el catalán. Llegó a plantear, según fuentes cercanas al expresidente, la opción de aprovechar el viaje de Sánchez al Foro de Davos. “No es ya tiempo de fotos”, sentenció el líder de Junts.

La naturalidad con la que Sánchez ha reconocido en público su disposición a sentarse con Puigdemont ha neutralizado como baza negociadora el encuentro a ojos del catalán que insiste en que es prioritario para que Junts vuelva a “confiar” en el PSOE que se “hagan gestos” como la transferencia de las competencias de inmigración y la votación de la cuestión de confianza. No quiere el catalán una “fotografía sin contenido”.

Sin Presupuestos

En este escenario desde Moncloa se hacen equilibrios para no romper definitivamente con Junts con el horizonte de unos Presupuestos que aún no se han ni presentado en la Cámara. Hoy Puigdemont ya ha trasladado que no hay margen para votar “sí” a las cuentas de 2025. En el Gobierno ya abonan el discurso de una prórroga bajo la coartada de que varias comunidades del PP harán lo propio.

Más allá de la estrategia la preocupación es máxima entre el equipo de Sánchez. Entre los otros socios empieza a causar fatiga que cada votación en el Congreso se una “agonía“. Sumar es consciente de que no legislar, especialmente en materia social, perjudica a sus intereses electorales.

¿Hay margen para reconducir la relación con Puigdemont? En estos momentos poco. El de Waterloo está cómodo en esta posición de fuerza que entiende le da protagonismo y ventaja sobre ERC, su eterno rival. Si el Constitucional acelera y se pronuncia ya favorablemente sobre la amnistía, se abriría una nueva pantalla.