La mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, entraría dentro de la calificación de PEP: Persona Expuesta Políticamente. Lo que en jerga judicial se conoce como “los Pepes”. Pueden pertenecer a organizaciones gubernamentales -órganos legislativos, ejecutivos, judiciales, funcionarios diplomáticos- o instituciones financieras centrales, Fuerzas Armadas… En esta clasificación entran no sólo ellos, sino también los familiares de estos cargos.
Esta figura existe en muchos países, y se ha creado para que las entidades financieras y las empresas sepan identificarlas, actuar cuando se encuentran delante de un PEP y atenerse a un código de conducta, como elaborar un proceso de diligencia reforzada, para que no se incurra en un delito con esa persona, como podría ser tráfico de influencias en el caso de la mujer del presidente.
Para algunos miembros del Consejo General del Poder Judicial con normativas como ésta es suficiente. “En nuestro sistema ya tenemos una manera de ejercer un control preventivo sobre los cargos públicos y familiares”, afirman. Tras la polémica abierta en torno a la mujer de Pedro Sánchez , después de que el magistrado del juzgado de Instrucción 41, Juan Carlos Peinado, abriera diligencias al aceptar la denuncia interpuesta por Manos Limpias, los principales partidos, PSOE y PP, no descartan regular la figura del marido/mujer del presidente del Gobierno.
El sistema ya funciona
“Cuando la mujer de Felipe González daba clases en un instituto, nadie decía que había que regular nada. El problema no es trabajar, sino en lo que haces mientras trabajas”, consideran. “El sistema actual ya funciona, y si no sigues las reglas del juego pues puedes acabar en manos de la Justicia. El juez que habla para este medio se refiere a la posibilidad de que Begoña Gómez haya incurrido en el delito de tráfico de influencias y corrupción privada.
Un proceso judicial que apenas ha comenzado y que podría quedar archivado, primero porque el juez no viera indicios de delito y segundo porque la Audiencia Provincial acepte el recurso de la Fiscalía ante la Audiencia Provincial. El líder del Ejecutivo no sólo no ha mostrado un respeto por la independencia del Poder Judicial, sino que decidió tomarse cinco días para reflexionar sobre si seguía o no en la Presidencia por lo que considera una persecución hacia su mujer.
“Crear un sistema basado en la hiper regulación no es bueno”, afirma otra magistrada. “No es razonable. Es muy difícil limitarla porque entonces sí que acaba metida en casa, que es lo que no quiere precisamente el señor Sánchez”, opina. “En todo caso se podría hacer para ser más escrupulosos una norma de transparencia muy estricta, en la que también hicieran su declaración de bienes, por ejemplo”. Esta magistrada también opina lo mismo que su colega de profesión en cuanto a que no es en qué se trabaja, sino lo que se hace mientras se trabaja. “Es más una cuestión de ética moral y estética”.