Concluye una semana frenética en la instrucción del juez Juan Carlos Peinado con declaraciones en todos los formatos: presenciales, telemáticas e incluso a domicilio. La última, la citación como imputado del empresario y compañero de cátedra de Begoña Gómez, Juan Carlos Barrabés. Fue a distancia por su grave estado de salud. Motivo que hizo que la citación prevista en un principio para este lunes se aplazara tres días. La última vez que Barrabés vio la cara al juez Peinado lo hizo como testigo y en su declaración negó irregularidades en las adjudicaciones públicas que consiguió Barrabés gracias, presuntamente, a unas cartas de recomendación de la mujer del presidente. También afirmó que había visitado el Palacio de la Moncloa para reunirse con Gómez. En dos de los encuentros reconoció la presencia del presidente del Gobierno, lo que motivó a Vox a pedir la testifical de Pedro Sánchez, petición que el juez Peinado tomó a bien.
Este jueves Barrabés declaró ya como investigado por videoconferencia, pero el resto de la comitiva judicial estaba en los juzgados de Plaza Castilla. El empresario solo contestó las preguntas de su abogado. Lo que ha trascendido de la declaración es que esta vez Barrabés dio “más detalle”, aseguró la abogada de la acusación particular de Vox, Marta Castro. Volvió a hacer referencia a las visitas al Palacio de la Moncloa. Pero fuentes del proceso consultadas por este periódico no aclaran los términos de estas reuniones. Mientras algunas hablan de que Barrabés hizo referencia a “varias reuniones con Sánchez”, incluso sin la presencia de Begoña Gómez, otras fuentes insisten en que solo habló de dos encuentros. Uno en el que Barrabés estaba reunido con Gómez y Sánchez se pasó a saludar y otro en el que Barrabés y otros empresarios se reunieron con el presidente para hablar de innovación.
En la misma jornada, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid registró la querella por prevaricación judicial contra el juez Peinado. Esto no significa que la admita trámite, esa decisión la deja para septiembre. Pero oficializa una querella histórica: por primera vez un presidente del Gobierno se querella contra un juez y lo acusa de prevaricador. Pedro Sánchez dijo que su citación como testigo fue un “montaje bochornoso, patético e injusto” que “agravió la institución de la presidencia del Gobierno”. Por eso la querella la firma la Abogacía del Estado, porque busca defender la institución de la presidencia independientemente de quién ocupe el Palacio de la Moncloa. Aunque para fuentes del Tribunal Supremo consultadas por este periódico “tiene poco recorrido judicial” porque “puede que Peinado cometiera un defecto de forma en la citación de Sánchez, pero eso no es delito”, aseguran las fuentes.
El “error” que pudiera haber cometido Peinado tiene que ver con la citación como testigo del jefe del Ejecutivo. El juez citó a Sánchez a declarar en calidad de esposo. La citación dejaba de lado el cargo que ocupa y por tanto Sánchez no pudo acogerse a la dispensa a declarar por escrito que recoge la ley para los jefes del Ejecutivo. Citarlo como esposo hacía inevitable que se produjera la entrada de la comitiva judicial en el Palacio de la Moncloa que vimos este martes. Eso sí, al ser esposo la ley lo dispensaba de otra forma: podría no declarar (pese a que todos los testigos están obligados a ello) en aras de no perjudicar a un familiar directo, como, en este caso, es Begoña Gómez, su mujer.
Así fue, la comitiva judicial entró en el domicilio del presidente del Gobierno para recoger declaración a Pedro Sánchez. Una diligencia que duró dos minutos porque, como era de esperar, Sánchez se acogió a la dispensa ya mencionada.
Justo la víspera de esa escena había declarado Joaquín Goyache, rector de la Universidad Complutense e imputado en el caso también por tráfico de influencias y corrupción, los mismos delitos por los que son investigados Begoña Gómez y Juan Carlos Barrabés. En esa cita el rector también reconoció una visita al Palacio de la Moncloa. Se reunió con Gómez en 2020 durante la pandemia porque la Universidad estaba cerrada por las restricciones. El motivo de la reunión fue hablar de la cátedra que después otorgó a la mujer del presidente. Según su versión no se cometió ninguna irregularidad, se le concedió la cátedra a Gómez por su “trayectoria profesional” y dijo que él no dio la orden para crear nada ex profeso para la mujer del presidente. Algo que contradice la declaración del exvicerrector de Relaciones Institucionales Juan Carlos Doadrio.
También el lunes fueron a Plaza Castilla otros tres testigos: el presidente del Instituto de empresa Diego Alcazar, el CEO de una de las empresas de Barrabés, Luis Miguel Ciprés y Félix Jordán de Urríes, director general de la Fundación Deporte Joven del Consejo Superior de Deporte. Las próximas diligencias, si nada cambia, se producirán a final de agosto cuando acudirán más testigos a verse con el juez Peinado. Y así la instrucción crece y se enrevesa cada vez más en lo judicial y en lo político.