Teresa Freixes, experta en Derecho Constitucional, tanto español como europeo, se sigue sorprendiendo por la “ineficiencia” de la gestión del Ejecutivo de Sánchez durante la pandemia. La catedrática lo vivió entre Heidelberg y Bruselas, y pone como ejemplo el sentido de Estado de la “coalición Vivaldi” que firmaron los cuatro grandes partidos de Bélgica. Afirma que en España se vulneraron derechos, como impedir la libre circulación sin decretar el Estado de Excepción, y compara la gestión del Gobierno en la pandemia con la Dana: “Es delegar competencias para no asumir responsabilidades. Y esto no es un estado federal como intentan vendernos”.
Durante el Covid, vivió entre Bruselas y Heidelberg. ¿Cómo vio desde allí lo que sucedía en España?
Pues alucinaba. Ya ha habido bastantes interpretaciones sobre la declaración de un Estado de Alarma para limitar de una manera desproporcionada la libertad de circulación de las personas. Aquí no podías salir a la calle si no era para cuestiones muy concretas, pero en Bruselas y Heidelberg te animaban a que salieras a tomar aire a la calle, tomando las distancias de seguridad.
¿En pleno Covid?
Sí, sí. En pleno Covid. Cuando aquí aún nadie hacía nada, en Bruselas las escuelas se estaban adaptando, creando tres turnos al día para los niños, haciendo que todos los pupitres tuvieran unas mamparas de seguridad… Todo se adecuaba a esas medidas necesarias para que no se propagara tan fuertemente la enfermedad. En Alemania no se paralizó la actividad económica.
¿Cómo fue allí la reacción de las autoridades?
Muy distinta. Aquí el Gobierno decide que traspasa las competencias para organizar los confinamientos, los perímetros por los que se puede circular y los que no, a las Comunidades Autónomas. Con lo cual se creó un follón impresionante para ir de una Comunidad a otra porque no sabías qué normas había en la otra Comunidad. Y en Bélgica hicieron todo lo contrario: formaron la “Coalición Vivaldi”, en un guiño a las cuatro estaciones, porque estaban los cuatro grandes partidos, tanto federales como nacionalistas, en esa coalición. Y cada día salían en televisión los representantes explicando la situación a la población. Es decir, se federalizó más la cosa para que no hubiera discriminaciones y para hacer frente con más eficacia a todas las medidas.
Aquí se vivió un clima de oportunismo político muy diferente.
Efectivamente. Una cosa desde mi punto de vista totalmente alucinante. Luego ya la sentencia del Tribunal Constitucional dejó claro que si se quería restringir de aquella manera la libertad de circulación se debía haber decretado un Estado de Excepción. Pero claro, eso tenía que haber pasado por el Parlamento. Pero es que ni siquiera hubiera sido necesario.
¿Qué derechos más graves se vulneraron?
La libre circulación desde luego. Es un derecho fundamental que está en la Constitución, y además es un derecho de la ciudadanía en los tratados europeos. Y la puesta en riesgo de derechos derivados.
¿Cuál cree que era la intención del Gobierno poniendo tantas limitaciones?
Yo lo que creo es que hubo mucha incompetencia.
¿Cree que sólo por incompetencia o había un objetivo final de mayor control de la población? Se llegaron a firmar 23 decretos en seis meses.
Eso también. Y de forma abusiva. Pero es que esto está dentro de la línea de los Gobiernos de Pedro Sánchez, donde a una concepción equivocada del ejercicio del poder se suma una manifiesta incompetencia. No se quieren enterar de lo que hacen en otros países. Ellos van con la idea fija y les importa un bledo todo el resto. También costó que la Comisión Europea tomara medidas comunes en materia sanitaria: mascarillas, vacunas… Hasta que todo eso no se centraliza y se empieza a poner orden…
¿Se pudo prevenir el alcance del Covid o priorizó el interés político?
Que había un interés político estaba claro. Recuerdo que sí fue sonado a nivel internacional la manifestación del 8 de marzo previamente a la declaración del Estado de Alarma. El resto de Europa con todas las medidas enfocadas y aquí, por el interés que fuera, convocando una manifestación. No había la instrumentalización política que hubo aquí.
¿Se pudo abordar la recesión económica de otra manera?
Claro que sí. En Alemania, la restauración fue ayudada. No cerraron los restaurantes. Lo que hicieron fue restablecer unos sistemas para que tú lo pudieras ir a comprar y llevártelo. O comer en la calle. No se permitió hacerlo por dentro por razones obvias, pero no se cerraron tantos comercios como aquí. Es decir, todos los problemas que hubo en España ahí no las hubo. Lo que hicieron las autoridades belgas con los autónomos en Bélgica fue hacer una media de lo que habían sido sus recursos económicos y nivel de facturación durante los últimos años y darles una compensación mensual durante toda la pandemia.

Una enfermera hace la prueba del Covid a una paciente desde la ventana
¿Hubo una mayor coordinación entre las zonas fronterizas?
Es verdad que en Europa son estados pequeños. Pero hubo una coordinación importantísima para trasladar a las personas cuando un hospital estaba muy lleno y al otro lado de la frontera había otro en mejores condiciones se montaban trenes medicalizados para trasladar a los enfermos al otro lugar, una eficacia notablemente mayor.
¿Qué le parece que se tomaran medidas como que los niños no podían salir pero un ciudadano sí podía sacar a pasear al perro?
Bruselas tiene muchos parques. Se recomendaba llevar a los niños para que jugaran, se movieran y respiraran aire. De manera coordinada y guardando las distancias. Pero enseguida se vio muy claro que el virus no se transmitía por el aire.
La actuación del Gobierno respecto a la Dana, ¿puede tener algún paralelismo con el Covid?
Es lo mismo. El Ejecutivo no asume sus responsabilidades ni las competencias. Lo vimos con el Estado de alarma y se repitió en la Dana. Que se arreglen las Comunidades Autónomas, es el mensaje. Y esto no es un Estado Federal como intentan vendernos.