Carlos Mazón todavía no había salido de la facultad de Derecho cuando Susana Camarero ocupó asiento por primera vez en las Cortes valencianas. Era 1995, primera legislatura de Eduardo Zaplana. La hoy vicepresidenta primera del Gobierno valenciano, que –según apuntan en la Generalitat- ocupará un “papel clave” en el nuevo “Consell de la Recuperación”; pertenece a la hornada de Nuevas Generaciones que lideró Juanma Moreno allá por 1997. Aquel grupo de chavales, entre los que se encontraban Jorge Azcón, Cuca Gamarra, Miguel Tellado, Elías Bendodo, Borja Sémper o el propio presidente valenciano, consiguió tomar el control de la organización juvenil del PP de la manera más inusitada: doblando el pulso al mismísimo José María Aznar, que pujaba por otro equipo.
Años más tarde, Camarero dio el salto a la política nacional. Se estrenó como diputada en el Congreso en el 2000. Con la primera mayoría absoluta de su partido. Ya con la segunda, la de Mariano Rajoy, ascendió al Gobierno. En la segunda parte, 2014, se hizo cargo de la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad. Entonces, demostró una de sus principales cualidades. “Tiene empatía con la gente, en asuntos sociales el sector la apreciaba”, apunta a Artículo14 una persona que trabajó con ella y que apuesta por su perfil para su etapa que se abre en la Comunidad Valenciana tras la peor DANA de la historia de la región.
Queda la duda de si será ella la persona elegida por Mazón para liderar la vicepresidencia de Recuperación Económica y Social. No obstante, lo que está claro, porque así lo admiten las personas más próximas al presidente valenciano, es que “ha tenido un papel clave, tiene un papel clave y seguirá teniendo un papel clave”. Y para el mayor reto al que se ha enfrentado jamás una administración autonómica, los que conocen a Camarero creen que se encomendará a su talante y a su experiencia: “La reconstrucción va mucho de acompañar y de que la gente se sienta acompañada”. Cosa que, dan por sentado, ella, con sus trienios políticos a las espaldas, conseguirá con nota.
Los dirigentes del PP valenciano destacan que la vicepresidenta de Mazón es “eficaz, muy buena gestora”. Casi todos la ven como la persona “más solvente” del Govern. Desde que estalló la crisis por las riadas, ha sido uno de los rostros principales en la gestión. De hecho, ha asumido un rol de portavoz que, en la práctica, no le corresponde. A la Generalitat llegó como responsable de una macroconselleria: Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda. Con rango de vicepresidenta segunda. No ocupó la primera porque cayó en manos de Vox, como consecuencia del pacto para sellar un gobierno de coalición. Después de la ruptura con el partido de Santiago Abascal, ascendió al lugar que Mazón siempre tuvo en mente para ella. Ahora, que arranca una nueva etapa, Camarero se perfila como su principal escudera.
Este viernes, Mazón, en su comparecencia clave ante las Cortes valencianas, anunció “una nueva estructura gubernamental, un nuevo Consell para la recuperación”, que sumará dos áreas: una vicepresidencia para la recuperación económica y social. “Será el corazón de nuestra estrategia”. Y tendrá por objetivo “coordinar la reconstrucción económica y social” de la región, además de “integrar y fortalecer” desde “la gestión de los fondos europeos hasta el impulso del empleo”. Esta nueva unidad, detalló, “será la puerta de entrada de nuevos proyectos, inversiones que generen empleo”. Todo para que “cada persona encuentre su lugar en la recuperación” y sienta que forma parte de un “renacimiento”.
Esa vicepresidencia, además, dirigirá una comisión interdepartamental en la que participarán el resto de consellers del Govern. Se ha especulado mucho con que Mazón quiere incorporar perfiles técnicos en su equipo para resarcirse de los errores de esta crisis. Lo que no quita que necesite una figura que lleve todo el peso político. Esa será Susana Camarero. Se haga cargo, o no, de la nueva unidad anunciada por el president valenciano.